Tapia y el cuerpo técnico elogian la capacidad de reacción del equipo y destacan que ya tiene casi asegurado ser al menos noveno. «Ganar en Pamplona era clave para aspirar a la UEFA , pero no tendrá valor si no le ganamos al 'Depor'», dicen los jugadores
El gol de Salva se celebró como el de Higuaín en el Bernabéu el día anterior. Todos llegaron raudos a felicitar al ariete malaguista cuando este acababa de obsequiar al público del viejo El Sadar con el tradicional saludo militar. El vestuario había calibrado la importancia de un triunfo en el feudo del Osasuna. Nadie lo expresó en público para no alimentar la tensión -aunque, vista la actitud del rival, no hacía falta-, pero los jugadores habían llegado a una conclusión. «No podíamos fallar, era el partido clave para Europa». Mientras, Antonio Tapia hacía una reflexión con sus más cercanos después del 2-3: «Este Málaga tiene mucha casta».
El Málaga regresó ayer en vuelo directo desde Bilbao. Hubo suave sesión de recuperación en el hotel y Tapia prefirió no forzar la máquina. No hubo sesión preparatoria vespertina. «El equipo se entrena bien, no hay más que verlo día a día. Cuento con unos grandes profesionales que están muy implicados», recalca el técnico. Es evidente que la decisión de suprimir el entrenamiento obedecía a la necesidad de que los jugadores descansaran para llegar hoy a tope, pero además el fuengiroleño y su grupo de trabajo asisten asombrados al nivel de los futbolistas en el día a día. Así quedó de manifiesto el pasado domingo, al día siguiente del empate con el Mallorca. Los no habituales pusieron una intensidad altísima.
Momento clave
La satisfacción en el autobús era patente, porque los futbolistas tenían la convicción de que el partido en el Reyno de Navarra era crucial. «Sabíamos que debíamos ganar. No hizo falta que lo habláramos. Tenemos muy claro que estamos en el momento clave y que esta semana nos lo jugamos todo. Ganar era decisivo para aspirar a la UEFA, pero no tendrá valor si no le ganamos al 'Depor'», confesó un destacado jugador después del encuentro.
Los elogios de Tapia y el cuerpo técnico a los futbolistas son innumerables. «Podrán decir lo que quieran, pero Iñaki (Goitia) apenas tuvo que intervenir. En la primera parte los únicos que bajamos el balón al césped fuimos nosotros. Nada de pelotazos. Luego, en la segunda, los tuvimos muy controlados. No tuvieron opciones claras de remate. En cambio, nosotros nos rehicimos y ya antes de los cambios demostramos que íbamos a ir por el partido», valoró el técnico en privado después de su paso por la sala de prensa.
Otros miembros de la plantilla reiteraban ayer un dato muy elocuente del potencial ofensivo del Málaga. «Hacerle siete goles al Osasuna y tres de ellos en su casa no es nada fácil». Esta tesis concordaba con la que manejaban los técnicos, porque tanto Tapia como Dely Valdés habían analizado al cuadro navarro y comprobaron que contra el Espanyol, por ejemplo, el ambiente era ensordecedor y que la presión local provocaba numerosas oportunidades. Y no tardaron en recordar que el cuadro navarro llevaba cinco victorias en seis encuentros en su feudo en la segunda vuelta.
En la mitad alta
Ayer pasó inadvertido, porque lógicamente el Málaga está centrado en cotas mayores, aunque la permanencia matemática estaba pendiente de alcanzarse si el Recreativo y el Espanyol no ganaban (este último sí lo hizo en Gijón). Pero en realidad era una anécdota -maravillosa anécdota si se valoran las históricas dificultades para seguir en la élite-, porque a día de hoy se da por hecho que el equipo acabará como mínimo entre los nueve mejores. La diferencia con el décimo, el Betis, es de trece puntos cuando en juego quedan dieciocho como mucho.
El Málaga encara el partido con el Deportivo henchido de moral y también con la esperanza de recuperar a Weligton y Calleja, ausentes en Pamplona por motivos físicos. Ambos han evolucionado favorablemente y ayer mismo no tuvieron molestias después de la carrera continua y de practicar el fútbol-tenis. Entre hoy y mañana se sabrá si están disponibles para el encuentro que se disputa en La Rosaleda mañana desde las ocho de la tarde. Por contra, está garantizada la baja de Adrián, que pertenece al club coruñés y que también tiene decidido repescarlo.
También hoy se espera que el Comité de Competición no sancione a Jesús Gámez. El club presentará las alegaciones correspondientes a la expulsión por tarjeta roja porque las imágenes prueban claramente que el fuengiroleño no llega a golpear al iraní Masoud, como apunta el acta del aragonés Clos Gómez. De producirse castigo, los dirigentes malaguistas tienen previsto recurrir a Apelación.
www.diariosur.com
El gol de Salva se celebró como el de Higuaín en el Bernabéu el día anterior. Todos llegaron raudos a felicitar al ariete malaguista cuando este acababa de obsequiar al público del viejo El Sadar con el tradicional saludo militar. El vestuario había calibrado la importancia de un triunfo en el feudo del Osasuna. Nadie lo expresó en público para no alimentar la tensión -aunque, vista la actitud del rival, no hacía falta-, pero los jugadores habían llegado a una conclusión. «No podíamos fallar, era el partido clave para Europa». Mientras, Antonio Tapia hacía una reflexión con sus más cercanos después del 2-3: «Este Málaga tiene mucha casta».
El Málaga regresó ayer en vuelo directo desde Bilbao. Hubo suave sesión de recuperación en el hotel y Tapia prefirió no forzar la máquina. No hubo sesión preparatoria vespertina. «El equipo se entrena bien, no hay más que verlo día a día. Cuento con unos grandes profesionales que están muy implicados», recalca el técnico. Es evidente que la decisión de suprimir el entrenamiento obedecía a la necesidad de que los jugadores descansaran para llegar hoy a tope, pero además el fuengiroleño y su grupo de trabajo asisten asombrados al nivel de los futbolistas en el día a día. Así quedó de manifiesto el pasado domingo, al día siguiente del empate con el Mallorca. Los no habituales pusieron una intensidad altísima.
Momento clave
La satisfacción en el autobús era patente, porque los futbolistas tenían la convicción de que el partido en el Reyno de Navarra era crucial. «Sabíamos que debíamos ganar. No hizo falta que lo habláramos. Tenemos muy claro que estamos en el momento clave y que esta semana nos lo jugamos todo. Ganar era decisivo para aspirar a la UEFA, pero no tendrá valor si no le ganamos al 'Depor'», confesó un destacado jugador después del encuentro.
Los elogios de Tapia y el cuerpo técnico a los futbolistas son innumerables. «Podrán decir lo que quieran, pero Iñaki (Goitia) apenas tuvo que intervenir. En la primera parte los únicos que bajamos el balón al césped fuimos nosotros. Nada de pelotazos. Luego, en la segunda, los tuvimos muy controlados. No tuvieron opciones claras de remate. En cambio, nosotros nos rehicimos y ya antes de los cambios demostramos que íbamos a ir por el partido», valoró el técnico en privado después de su paso por la sala de prensa.
Otros miembros de la plantilla reiteraban ayer un dato muy elocuente del potencial ofensivo del Málaga. «Hacerle siete goles al Osasuna y tres de ellos en su casa no es nada fácil». Esta tesis concordaba con la que manejaban los técnicos, porque tanto Tapia como Dely Valdés habían analizado al cuadro navarro y comprobaron que contra el Espanyol, por ejemplo, el ambiente era ensordecedor y que la presión local provocaba numerosas oportunidades. Y no tardaron en recordar que el cuadro navarro llevaba cinco victorias en seis encuentros en su feudo en la segunda vuelta.
En la mitad alta
Ayer pasó inadvertido, porque lógicamente el Málaga está centrado en cotas mayores, aunque la permanencia matemática estaba pendiente de alcanzarse si el Recreativo y el Espanyol no ganaban (este último sí lo hizo en Gijón). Pero en realidad era una anécdota -maravillosa anécdota si se valoran las históricas dificultades para seguir en la élite-, porque a día de hoy se da por hecho que el equipo acabará como mínimo entre los nueve mejores. La diferencia con el décimo, el Betis, es de trece puntos cuando en juego quedan dieciocho como mucho.
El Málaga encara el partido con el Deportivo henchido de moral y también con la esperanza de recuperar a Weligton y Calleja, ausentes en Pamplona por motivos físicos. Ambos han evolucionado favorablemente y ayer mismo no tuvieron molestias después de la carrera continua y de practicar el fútbol-tenis. Entre hoy y mañana se sabrá si están disponibles para el encuentro que se disputa en La Rosaleda mañana desde las ocho de la tarde. Por contra, está garantizada la baja de Adrián, que pertenece al club coruñés y que también tiene decidido repescarlo.
También hoy se espera que el Comité de Competición no sancione a Jesús Gámez. El club presentará las alegaciones correspondientes a la expulsión por tarjeta roja porque las imágenes prueban claramente que el fuengiroleño no llega a golpear al iraní Masoud, como apunta el acta del aragonés Clos Gómez. De producirse castigo, los dirigentes malaguistas tienen previsto recurrir a Apelación.
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