TERMINAR un partido con ocho hombres es un 'handicap' excesivamente grande en el fútbol de hoy. Aunque tu rival sólo tenga diez jugadores y no once. Eso le pesó y le pasó a un Osasuna que vio cortada su habitual dureza (permitida desde hace años con total impunidad por los colegiados de turno) con tres justísimas expulsiones, mientras que Clos Gómez no pudo inventarse más que la roja directa a Jesús Gámez en una acción que, honestamente, sólo merecía, como mucho, una cartulina amarilla. Pero es que después de lo de Pepe, o le ponemos freno a esto o nos cargamos la historia. El Málaga, con superioridad numérica, no tuvo mayores problemas para conseguir tres puntos de oro para sus aspiraciones, impensables al comienzo de la temporada, de conseguir un puesto en Europa, pero debió machacar al rival y no pasar los apuros de los últimos minutos... Osasuna pierde muchos enteros cuando no puede desarrollar su habitual fútbol-dureza, y el Málaga, pese a sus minutos de flaqueza tras el 0-1, que permitió que los locales se pusieran por delante en el marcador, consiguió atenazar en el segundo tiempo a los navarros, quienes, excesivamente nerviosos ante la posibilidad del empate, acabaron perdiendo por la actitud virulenta de Josetxo y de Vadocz, que se vieron las caras con Puñal y con Camacho, también expulsados. No se puede jugar al fútbol así. Sobre todo si hay un árbitro que no lo permite. El Málaga jugaba y dominaba y los nervios atenazaron a un rival que le sirvió la remontada en bandeja, ayudados, eso sí, por la incorporación visitante de Luque y de Salva, que están pidiendo a gritos su incorporación en la titularidad blanquiazul. Además, la pesadilla que era Juanfran, por las expulsiones, había desaparecido, y entonces el peligro se desvaneció en los navarros. El Málaga, agigantado, superó a su rival y ganó con escaso margen de diferencia para las ocasiones de que dispuso, y encara con un optimismo importante la recta final de un campeonato que pasará a los anales de la historia del equipo de La Rosaleda, sea cual sea su final. 2-3 y punto. O sea, tres puntos de oro y un camino que sigue ilusionando. El próximo sábado, ante el Deportivo, un encuentro decisivo. Ahí hay que echar el resto. Hay que tomarlo como una final; así de fácil.
PEDRO LUIS GÓMEZ
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-04-23/osasuna-gano-pulso-20090423.html
PEDRO LUIS GÓMEZ
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