Kameni, que tantos puntos le ha dado al Málaga esta campaña con sus paradas, resultó decisivo en la derrota de ayer ante el Villarreal. Una falta de atención, un fallo grave en una salida del balón desde el área, condenó a su equipo. Le dio el portero camerunés el balón a Gerard Moreno, que no solo aceptó el regalo, sino que se adornó en la ejecución y dejó al guardameta blanquiazul tirado en el suelo. El gol postrero de Sergi Darder no sirvió para nada, aunque el empate tampoco le habría permitido al equipo mantener la séptima plaza, porque el Athletic le dio la vuelta a su duelo con el Elche en los últimos diez minutos (perdía por 2-0 y ganó por 2-3).
El partido me deja con una duda que nadie me podrá resolver: ¿qué habría sido de este Málaga en el caso de que hubiera afrontado los partidos anteriores (los que lo llevaron a encadenar ocho jornadas sin ganar) con la misma actitud con la que lo hizo ayer? Los jugadores entrenados por Javi Gracia salieron muy concienciados de lo que se jugaban. Fueron superiores a un Villarreal que no se jugaba nada y que no ensayó el disparo hasta el minuto 41, cuando Trigueros lanzó el balón fuera. El Málaga cerró espacios, presionó como nunca y remató más que el rival, pero no supo mantener en la segunda mitad el dominio ejercido sobre el Villarreal en la primera. Pudo y debió sentenciar el equipo blanquiazul ya en el acto inicial. Javi Guerra avisó a los cinco minutos con un tiro cruzado tras aguantarle el pulso al central Víctor Ruiz. De nuevo el delantero veleño pudo adelantar a su equipo, con un remate de cabeza peinando el balón a centro de Torres al filo de la media hora. El portero Juan Carlos desvió a córner el cuero con la punta de los dedos y dejó al ariete malaguista con las ganas de marcar de nuevo. Lo intentó Javi Guerra otra vez al comienzo de la segunda parte, pero esta vez su testarazo en el segundo palo salió fuera.
Siguieron buscando el gol las huestes de Gracia sin suerte ni acierto en el remate, pero fue el Villarreal el que se adelantó en un contragolpe. Tuvo el empate en sus botas un activo Javi Guerra, pero Víctor Ruiz acertó a interceptar desde atrás su disparo cuando el malagueño se disponía a fusilar al portero adversario a falta de seis minutos para el final. En esas estábamos cuando llegó el garrafal error de Kameni, que se retiró cabizbajo consciente de su fallo. De todas maneras, el portero africano debe estar tranquilo si se hace balance de su temporada, que ha merecido un notable.
Dijo adiós el equipo malaguista a la séptima plaza, que solo recuperaría si venciera al Sevilla el próximo sábado y el Athletic no se impusiera en casa al Villarreal, que vuelve a estar implicado en un partido que le afecta al Málaga. Mejor no esperar el milagro, porque se me antoja complicado que el equipo vasco deje escapar esa oportunidad ante un adversario que no se jugará nada.
Hecha la salvedad de que el equipo de Gracia afrontó el choque con el Villarreal con un talante distinto a partidos anteriores, volvió a cometer errores que se han repetido durante toda la temporada, como fallos en pases fáciles, saques de esquina mal botados o mala elección en los disparos a puerta, error este en el que fue reincidente Amrabat, que ayer incluso tiró en una ocasión desde el borde del área con la mala suerte de que el balón fue a hacer blanco en un compañero.
El Málaga tiene complicado recuperar el séptimo puesto, pero no debe bajar los brazos porque se le presenta la oportunidad de terminar el curso con una victoria, y con la motivación extra de que el rival es el Sevilla.
JUAN ANTONIO MORGADO
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