El central argentino y uno de los líderes de este Málaga habla sin tapujos de lo vivido en Champions y lo que está por venir en la recta final de Liga.
lea con atención cada una de las palabras de Martín Demichelis. Nunca defrauda. Curtido en mil batallas, aún sigue recordando en su interior lo vivido en Dortmund, pero avisa de que la herida ya ha cicatrizado. La cuarta plaza, el futuro del Málaga, su renovación... Pasen y disfruten.
Bueno, pasado el mal rato, ¿cómo se debe valorar lo hecho por el Málaga en Champions?
No hay mucho más qué decir que lo demostrado en Champions. Fue un sueño hecho realidad para jugadores, cuerpo técnico, ciudad... Quedó una sensación de tristeza, de pánico o como quiera llamarlo, pero hay que quedarse con el orgullo y con el recuerdo de que este Málaga y su afición plantaron cara a los obstáculos y rivales, sorprendimos a jugadores, técnicos, aficionados de toda Europa y del mundo entero.
¿Dónde estuvo la clave?
Fuimos capaces de tener personalidad para jugar de igual a igual en Champions. En la fase de grupos, quedaron eliminados grandísimos equipos -City, Chelsea, Benfica- y nosotros pasamos primeros. Eliminamos a un gran Oporto y jugamos ante un gran Borussia. Fue cruel la manera, pero hay que irse con la frente más que alta.
Está convencido de que el tiempo curará las ideas.
Seguro. Primero, los jugadores, que miraremos esa cicatriz que quedó con un poco de cariño, con recuerdos de cada viaje y de cada uno de los partidos. Porque cada encuentro fue importante y tuvo un sabor especial. Nuestro debut fue en La Rosaleda, ante un Zenit que acababa de invertir 100 millones de euros. Todos hablaban de ellos y de que eran favoritos junto al Milan. Nosotros jugamos y les metimos 3-0, fue espectacular. Después, fuimos a Bruselas y todos dudaban, porque el Anderlecht había empatado en San Siro y le ganamos igual. Más tarde llegó el Milan y con todo lo que significa en la historia del fútbol y le pudimos ganar… Puedo seguir. Con el tiempo se recordará de excelente manera. Hoy por hoy estamos aún con esa sensación de dolor y shock, pero con el tiempo todo el mundo recordará a este gran Málaga.
¿Le sigue dando vueltas a lo ocurrido en Dortmund?
El partido lo volví a ver una vez más, pero esos últimos cinco minutos los volví a ver dos o tres veces más y jugados en la cabeza llevo como 20 veces. Hay noches en las que se me siguen apareciendo esas imágenes y esos recuerdos, ese vestuario. El silencio de los 65.000 aficionados alemanes y toda la gente del Málaga cantando y disfrutando. Difícil de encontrar una explicación, no la va a haber nunca, porque ahí están las imágenes y ese dolor. Ya no es una herida, sino una cicatriz. No no puedo aceptar y no lo puedo permitir que haya pasado, soy muy autocrítico. Ese partido lo sigo jugando aún en la cabeza.
Hay que pasar pagina.
Hay que saber dejarlo de lado, porque hay que competir muchísimo y, gracias a Dios se volvió a ganar ante Osasuna, porque era un partido emocionalmente muy difícil de jugar por todo. Era un partido bisagra y muy importante, el fútbol nos premió un poquito. Ahora toca seguir mostrando grandeza y seguir siendo responsables.
¿Qué opciones tienen de acabar la temporada en la cuarta plaza?
Lamentablemente, no dependemos de nosotros, hay una desventaja considerable de cuatro puntos. En este fútbol, con cruces difíciles, el objetivo es alcanzable siempre y cuando nosotros seamos el Málaga de los partidos importantes. Tenemos uno crucial que es de Champions ante el Valencia y donde tenemos el golaverage ganado. Sacar los tres puntos y meterse de lleno por esa plaza, independientemente de lo que haga la Real, porque después se enfrentan entre ellos. No depende de nosotros, pero sí depende de nosotros el querer seguir luchando.
Pese a que la Real es cuarta y les saca cuatro puntos, hay quien apunta al Valencia como el principal rival para estar en Champions.
Para mí, el principal rival es la Real Sociedad, aunque la gente mire la historia del Valencia. La realidad es que la Real nos ganó aquí y lo hizo en su casa. Fue y le ganó al Rayo. No es una casualidad que esté ahí, así que hoy por hoy es el rival a alcanzar y a vencer. Nuestro calendario final es difícil con Sevilla, Madrid, Barcelona y Deportivo, que está implicado en el descenso. No va a ser fácil.
¿Ve similitudes entre esta Real y el Málaga del año pasado?
Ellos tienen la ventaja de que sólo juegan un torneo y pueden trabajar con semanas largas. Eso les permite concentrar todo en una única competición. Se basan en un juego con mucha posesión y tienen jugadores desequilibrantes. Pero queda mucho por competir y yo confío en que este Málaga todavía quiere seguir demostrando muchas cosas.
Parece obligado estar en Europa el año próximo.
Es vital, después de todo lo que se generó en la ciudad, en la gente, en los jugadores, lo que despertó el equipo en Europa. Sería un pecado que nosotros no lo alcanzáramos deportivamente, primero en el campo y después lo que vaya a pasar con el castigo y el famoso TAS. La gente que trabaja en el Málaga es optimista, pero nuestro deber como profesionales es alcanzar en el campo los primeros puestos para seguir compitiendo en Europa. La Champions te da prestigio y te enriquece como jugador. Es una obligación estar entre los mejores.
¿Cree que se está dejando pasar en exceso el tiempo para definir el proyecto?
Habló el agente de Manuel (Pellegrini), el de Toulalan, y cuanto más se deje pasar el tiempo más van a ser las voces. Hay que actuar, ser precisos y concretos. Y, aunque nosotros nos centramos en los partidos de Liga que vienen, cuanto más pase el tiempo hay futuros que están en el aire, proyectos que están indefinidos, trabajos… Hay cosas que acelerar y que deben hacerse para ganar tranquilidad.
Sigue con la idea de decidir su futuro al final.
Málaga no es sólo un sitio para jugar, sino para quedarse a vivir, por su calidad de vida, por el proyecto importante y por los logros. Todo jugador quisiera quedarse, siempre y cuando las condiciones se lleven a cabo. Si se sigue generando incertidumbre, se sigue intentado desvalorizar al Málaga y si no se juegan cosas importantes, es más difícil que los jugadores se queden o que los futbolistas de fuera apuesten por venir al Málaga. No tomé ningún tipo de decisión, lo mejor es tomarla al final de temporada, para no desviarme, para hacerlo lo mejor posible y porque si me toca quedarme hacerlo compitiendo en Champions o Europa, y si no, me toca despedirme de la mejor manera.
Pero no descubrimos nada si decimos que su futuro está ligado al del entrenador Pellegrini.
Está claro que si Manuel se va, es porque el Málaga no seguirá apostando por cosas importantes. Y, obviamente, sería para mí una gran desmotivación. Lo primero que tiene que hacer esta institución si quiere apostar por cosas importantes es retener al entrenador.
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