Posteado Miér 13 Mar 2013 - 13:08
Las dos votaciones de la mañana no han clarificado la situación en la Santa Sede y la primera fumata del día, la segunda del cónclave, ha sido negra. Veinte minutos antes de lo previsto, a las 11.40, el humo negro ha vuelto a llenar el cielo de Roma. Ahora, los cardenales han salido de la Capilla Sixtina para irse a comer sin que ninguno de ellos haya logrado todavía los 77 apoyos necesarios para convertirse en el sucesor de Benedicto XVI.
La primera votación del día se ha producido esta mañana, alrededor de las 9.30, y la respuesta a la expectación de los fieles ha sido el "silencio administrativo". Es decir, no ha habido fumata blanca entre las 10.30 y las 11 horas. La segunda votación, a las 12, ha acabado en fumata negra. Esta tarde, si los cardenales, que volverán a pronunciarse después de comer, eligen a uno de sus pares como Papa, habrá fumata blanca entre las 17.30 y las 18 horas. Si se tiene que llegar a la cuarta votación del día, la fumata, tanto blanca como negra, será a las 19 horas.
La legendaria discreción de la Santa Sede está funcionando una vez más. Nadie sabe qué está ocurriendo intramuros en el Vaticano. Algunos medios italianos apuntan a que el cardenal Scola, uno de los favoritos, logró en la votación de ayer una cifra importante de cara a las jornadas precedentes. Pero también cobra fuerza la hipótesis de que el próximo Pontífice podría ser uno de los candidatos americanos: el canadiense Ouellet, los estadounidenses Dolan, O'Malley y Wuerl o el brasileño Odilo Scherer. Es decir, las dos teorías se anulan, así que, por ahora, el único triunfador es el secreto.
Hoy sí está siendo una jornada grande en el Vaticano. Desde primera hora de la mañana, miles de fieles se han acercado a la plaza de San Pedro para presenciar en directo la fumata de la mañana. Muchos más turistas que en la jornada de ayer se apostan en la plaza y, sobre todo, entre las columnas de Bernini, el único lugar donde protegerse de la persistente lluvia que no deja de caer sobre la capital romana. El cónclave del 2013 puede ser recordado también como el del mal tiempo: en los dos días transcurridos hasta ahora no ha dejado de caer agua, algo poco común en una ciudad tan luminosa como Roma.
La jornada ha comenzado pronto para los cardenales. A las 6.30 han desayunado y a las 7.45 se han trasladado desde la residencia de Santa Marta, donde se encuentran hospedados durante el cónclave, hasta el Palacio Apostólico. Allí, en la Capilla Paulina, han escuchado misa antes de comenzar a votar de nuevo. Si no hay Papa antes, los cardenales tienen prevista una comida a las 13 horas y a las 19.15, acabadas todas las votaciones, un rezo en la Capilla Sixtina antes de desplazarse de nuevo a sus aposentos para descansar.