"El chico se quiere quedar y seguir creciendo aquí y creo que se irá ya consagrado", dice el director deportivo del Málaga sobre su renovación, que marcha por muy buen camino
Mario Husillos perdió seis kilos en una semana, en la que debía gestionar cuatro fichajes sin dinero. Ahora vuelve a ser ese tipo de fútbol reflexivo. Está absolutamente fascinado por trabajar con Pellegrini.
-¿Qué se siente estando en octavos de final con su Málaga?
-Algo muy bueno. También una responsabilidad grande, pues a futuro uno va a tener que hacer un gran trabajo para mantener ese nivel tan alto. Más aún en el Málaga, porque es el club donde he estado toda mi vida, donde más veces he vuelto, la ciudad donde viven mis hijos y yo. Te da tiempo a alegrarte cinco minutos casi, pero se disfruta porque en el fútbol los ambientes lo marcan los resultados. Tras encierros, una desaparición, descensos, ya me tocaba vivir algo bonito aquí. Se disfruta mucho viendo el malagueñismo, la gente con la camiseta. Hacía tiempo que no se vivía si es que alguna vez se ha vivido aquí.
-Tres meses después de su llegada, ¿cómo está la estructura de la dirección deportiva?
-Ha crecido. Hay un primer paso de tener a gente y la hemos juntado con la que ya había aquí. Estoy conforme con lo que estamos haciendo. Todo se puede mejorar, pero creo que hay buena carga de trabajo. Se le dedica muchas horas y estoy contento con los resultados. El trabajo se ve viendo hacia dónde se llega. A veces podrías explicar por qué han pasado algunas situaciones, pero no se puede porque sonaría a justificación. Es un trabajo donde siempre te queda algo por hacer. Como entrenador tienes claras las metas. Tienes este grupo, tienes que sacarle determinado rendimiento y preparar el trabajo de una manera concreta. En la dirección deportiva algo te ronda la cabeza siempre. En la cama se me ocurren ideas y tengo un papel y un lápiz en la mesita de luz para apuntar. La distribución del tiempo es un arte. Una serie de situaciones que se van afinando. Por suerte, lo había hecho en Argentina y en el Murcia y tengo experiencia. Si no, te comen el tiempo. Entre conversaciones que no te aportan nada, llamadas con gente que no sabes ni quién es ni lo que te están ofreciendo... Estás todo el día trabajando pero con mucho gusto.
-¿Pellegrini le da cancha, le hace sentir importante?
-Claro. Están claras las ideas que tiene. Para cualquiera que esté en el fútbol está claro qué tipo de jugadores quiere Pellegrini. La sintonía es muy buena y estoy muy contento por trabajar a sus órdenes.
-¿Su reciente viaje a Argentina dio para mucho?
-Sí, porque elegimos fechas de jornadas domingo, miércoles y domingo. Había 15-20 clubes allí y me encontré a varios directores deportivos europeos y de España porque era el momento para viajar. No había competición europea y martes, miércoles y jueves, todos los días podías ver dos o tres partidos. Vi a jugadores importantes que había seguido por vídeo, charlé con algunos de ellos, nos reunimos con intermediarios. Estoy contento.
-¿Pero pensando en el año que viene o hay opción de fichar en el mercado de invierno?
-No tenemos en estos momentos una presión por tener que hacer ninguna situación, pero nuestra obligación es estar preparado para cualquier contingencia en cuanto se abra el libro de pases. El director deportivo se acuesta tranquilo y al día siguiente aparece un jugador que se quiere ir, una lesión. Con estos meses de trabajo, estamos medianamente preparados para afrontar un mercado de invierno.
-¿La plantilla es corta?
-La plantilla es corta. Eso también ha permitido que muchos jugadores se sientan importantes. Ha habido crecimiento de jóvenes por esa situación. Indudablemente podemos hablar de que Isco o Portillo han subido un escalón con respecto al año anterior. Tienen más oportunidades. La parte negativa es que cuando se juntan dos o tres lesiones en algún partido puedes tener alguna complicación. La plantilla está justa y algún nombre más podría ser importante.
-¿Vender en el mercado de invierno es una posibilidad real o solo un plan B?
-No existe esa opción. Ahora mismo esa situación no está planteada. Insisto: hablamos hoy. En el fútbol no se sabe, pero ni un solo momento se habló de la posibilidad de que saliera algún futbolista en el mes de enero.
-¿Qué falta para cerrar las conversaciones con Isco?
-Siguen bien encaminadas. El chico se quiere quedar en el club, uno palpa en la primera conversación si hay una voluntad real de quedarse o marear. Isco tiene claro que su crecimiento y su rendimiento tienen que estar aquí y creo que vamos a conseguir que la gente de Málaga disfrute de Isco esta temporada y algunas más.
-Entre futbolistas acusados de mercenarios, es de destacar la actitud de Isco.
-Sin ninguna duda. Además, es inteligente. Entiendo que Isco tiene un margen de crecimiento y de afirmación muy grande. Es un jugador muy joven que ha jugado pocos partidos aún en Primera. Él tiene que plantearse salir cuando sea un jugador consagrado. Por sus condiciones, tiene que jugar en la selección en x plazo. Ese será el momento ideal para salir. Si en dos o tres años ha hecho méritos y se va a Real Madrid o Barcelona, todos entenderían que es un paso adelante en su carrera en todos los sentidos. Y se asumiría con naturalidad. Hay equipos que por tradición aspiran a los grandes títulos y si Isco es un jugador de ese nivel, como pensamos todos, es normal que esté en ese lugar, pero en su momento. Él lo tiene claro y lo ha demostrado así. Es la gran baza que tenemos para renovarle el contrato y creemos que así va a ser.
-¿Nos ha malacostumbrado a que juegue siempre tan bien?
-Los jugadores tienen vaivenes como todo ser humano. Y las dificultades para Isco serán cada vez mayores. Los contrarios lo conocen más, lo marcan más. Lo tienen muy en cuenta en las charlas de los entrenadores. Ese es el desafío, mantener el nivel. Pero lo va a conseguir sin duda porque los grandes futbolistas son los que se mantienen a pesar del paso del tiempo. Isco es un gran futbolista. Tiene todo el derecho a pasar un bajón o una mala racha, que no fue su caso. Hay que adecuarse a la exigencia y conseguir la mentalidad. Por eso se habla de jugadores acostumbrados a jugar la Champions y de otros que no. No son partidos diferentes, sino cuesta adecuarse a la exigencia.
-Así que está de acuerdo con el diagnóstico del Pellegrini.
-Sí. Vas al campo del Milan y cinco días antes dices: 'Dios, voy al campo del Milan'. Y luego te toca ir a Vallecas. Ser capaz de tener la cabeza en el campo del Rayo, saber que vas a encontrar más dificultades, un campo peor, y tienes que ganar. Ese es el desafío que asume el equipo grande porque es el día a día. En el Málaga cuesta un paso más, pero esa magia la ha conseguido este año el equipo, haciendo una Champions impresionante y con un puesto sensacional en Liga para lo que es la realidad del club. Ese es el gran desafío. No es futbolístico ni físico. Es la cabeza, encontrar la motivación, la fuerza, no dejarse ir. La gente ve a los futbolista 90 minutos por partido, pero, aunque suene ridículo decirlo, son humanos. Tienen que comer con su familia, tienen que salir a dar una vuelta, vivir. Son jóvenes con un dinero en el bolsillo y un montón de posibilidades. Hay que darle un momento para que vivan y con tantas concentraciones y partidos importantes a veces no es fácil encontrar el equilibrio. Es el reto de ser un jugador de Champions. Tu calidad más la capacidad física y mental. Hay jugadores con mucho talento en envase malo y se rompen. Así que les faltaba una condición para ser jugador de élite.
-Cansancio en noviembre no, ¿pero se pierde esa chispa con tanto calendario apretado?
-El mejor entrenamiento que hay es un partido, porque estás trabajando todas las facetas. Partiendo de esa base, no es fácil equiparar el trabajo con el que juega menos. Has tenido una carga de trabajo del partido de un entrenamiento total, pero solo 11. Hay otros 11 o 12 que no y tienes que darle la carga adecuada. Por suerte, Pellegrini conoce estas situaciones y las está llevando magníficamente bien. De hecho, si te pones a pensar en todos los jugadores que han venido con Pellegrini, se puede decir que le sacó el mejor rendimiento a todos. Joaquín, Camacho, Iturra, Demichelis, Caballero, Portillo... todos. El entrenador les saca lo mejor.
-Cuando llegó el jeque, el Málaga se convirtió en un club comprador. Vendió obligado en verano. ¿En qué punto está ahora?
-En un punto que todavía no hemos definido. La propiedad sí ha dejado claro que va a seguir aquí y hay mayor calma en el club. Sentimos que todos los compromisos que hay se van a cumplir. Sí veo muy claro que a corto plazo no vamos a ser un club vendedor. No hay necesidad. Nos estamos preparando para ser un club normal, que tenga que financiarse con los ingresos que tenga, manteniendo la estructura e intentando equilibrarse. Tampoco es una magia, clubes como el Valencia lo hacen. Tratamos de prepararnos para ese tipo de escenario y se venderá con naturalidad cuando haya que hacerlo. Ojalá tengamos el problema de que otra vez venga dinero y podamos traer jugadores de nivel.
-¿Cuál debe ser la rutina deportiva del Málaga?
-En España, salvo una excepción que no se prevé, hay dos fijos que van a a la Champions. Estamos 18 luchando por un sitio. ¿Alguien me explica por qué el Málaga tiene que ir obligado? No hay ni una sola razón, ni por presupuesto, ni por cantidad de jugadores ni por nada. Estamos entre los aspirantes cinco o seis, sí. Pero somos 18 para un sitio y un segundo sitio probable. Nuestro puesto actual es muy meritorio.
-¿El Málaga ya ha cumplido en la Champions o llega un punto en que no hay techo?
-El entrenado marca los objetivos. Es nuestro gurú y nos va fenomenal así. Si dice que tenemos que pensar ahora en cuartos, a pensar en cuartos. En un ida y vuelta, si nos coge con nuestro equipo de gala, estamos para dar batalla a prácticamente cualquier equipo europeo.
-Ya dijo Pellegrini que metería al equipo en octavos de final...
-Nunca le oí decir que ya habíamos cumplido. Hay cinco o seis equipos favoritos por historia y plantilla. Sacando a esos, estamos encima de muchos y en igualdad de condiciones de casi todos. Incluso ante esos cinco o seis, cuando ves el once de ellos y el nuestro si está completo, tenemos un equipo bastante complicado por nombres, por idea de juego, que se atraganta a muchos, por convicción de esa ideas. Ya no queda eso de ir al campo del Milan o del Anderlecht, no. Ya fuimos y no nos ganaron, y dominamos el partido. Vinieron y hasta ganamos cómodamente. No hay que ponerse techo si no se ve.
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