mis reflexiones al sur
Viviendo un sueño
24 de septiembre de 2012
Javier Imbroda | .-
Procesar en apenas dos temporadas, un Málaga C. F. tradicionalmente equipo ascensor, plantarse de salvar la categoría a estar en Champions, no es nada fácil. Escuchar el himno de esta competición en un estadio no habituado a esa emocionante melodía, resulta casi inimaginable. Debutar arrasando a un rival como el Zenit, que se ha dejado en el camino una inversión multimillonaria para objetivos mayores, una quimera. Pero sí, es real. Algunos siguen pellizcándose, pero la realidad es tozuda. Este arranque de temporada tras una increíble y desconcertante gestión por parte de los propietarios del club, no hace sino valorar aún más lo conseguido en estos inicios. Enorme mérito liderado por un entrenador que, una vez más, demuestra su categoría. En cualquier caso, estos resultados deportivos no solucionan la incertidumbre de una gestión que nadie entiende, o por lo menos uno no entiende. Estos resultados no solucionan este desgobierno, tan solo lo aplazan. Cuando llegue un momento débil, que llegará (no hay equipo, ni de los grandes, que aguante una temporada sin altibajos), aflorará de nuevo una situación a la que solo los propietarios pueden dar respuesta. Con la esperanza que la den, y pronto, sigamos disfrutando de este mágico sueño.
Bases: ¿tatuajes? No, gracias
Qué quieren que les diga, no me gusta tener en mi equipo a un base que es la prolongación del entrenador en la cancha, tenga plagados sus brazos y cuerpo de tatuajes. No me inspira demasiada confianza. Sí, ya sé que será algún tipo de tara o prejuicio que lleva uno encima, pero mi base ideal es aquel que no dedica una parte, o en algún caso el total de su intelecto, en buscar algún rincón de su atlético cuerpo donde imprimir el siguiente. Pase algo discreto, pero con esos que en vez de brazos parecen llevar un mosaico de colores que lucir, media un abismo. Esa vestimenta se la deberían reservar pívots aguerridos que intimiden por las zonas respectivas, los bases a pensar y dirigir el juego. Cuando empiece la temporada veremos si el rendimiento de esos bases maquillados es inversamente proporcional al juego.
Una de gestión
El todo gratis ha pasado a la historia. Hay quien todavía pide, y en el peor de los casos, exige, ciertos beneficios apelando a la justicia social, normalmente particular. Llegar a acuerdos, por supuesto, pero equilibrados. Mi madre me contaba que le preguntaban a un niño: «Nene, ¿cómo te llamas?». «Pues me llamo Tomás Tomasito y Tomarás». «¿Y dar?», le contestaron, a lo que el niño raudo y veloz respondió: «¡¡No!!, mi mamá no quiere que me llame tanto». Esto está lleno de «Tomases», y pocos de dar. Se trata de equilibrar, solo eso.