La Agencia Tributaria, inflexible al acordar los pagos, considera que el club es inviable con su actual estructura
Las manifestaciones ayer del emisario de los dueños del Málaga, Moayad Shatat, respecto a que el jeque Abdullah Al-Thani mantendrá su apoyo e inversión en el club contrastan con la cruda realidad del diagnóstico emitido por Hacienda respecto a la viabilidad del club. Según esta administración pública, la entidad deberá reducir en doce millones su masa salarial durante este ejercicio 2012-2013.
Las buenas palabras y las intenciones de poco valen en el Málaga pese a la escenificación vivida en la mañana de ayer en la sala de prensa del estadio La Rosaleda. Ni siquiera la clasificación del equipo blanquiazul para la fase de grupos de la Liga de Campeones ha provocado la desaparición de ese clima de incertidumbre que se vive de puertas adentro, muy especialmente en la cúpula del club. Porque la situación es la que es por muchos paños calientes que se trate de poner públicamente, como sucedió ayer.
Equilibrio. Ese fue el término empleado ayer en varias ocasiones por Shatat y en él se engloba hacia dónde va el Málaga. Bajo el paraguas del afán por adaptarse al futuro 'fair play' financiero impuesto por el presidente de la UEFA, Michel Platini, se esconde la realidad de un club sobredimensionado en distintas facetas y que se hizo insostenible para el jeque Al-Thani, «esa deuda importante generada», como confesó el flamante vicepresidente ejecutivo de la entidad durante su primer comparecencia pública. Conviene recordar que el ejercicio 2010-2011 se saldó con 83 millones de déficit, lo que obligó en diciembre a una ampliación de capital, y que en el último la cifra estuvo por encima (según algunas fuentes, cerca de 90).
Desfase prohibitivo
La realidad es que ese equilibrio en el que incidió ayer Shatat se resume en una cifra: doce millones. De salida el club cuenta con un desfase presupuestario prohibitivo (más gastos que ingresos), cercano a los 50 millones. Y estos se suman a los más de cuarenta de deuda del anterior ejercicio, que, como explicaba este periódico el martes de la semana pasada, son vencidos y exigibles. La salida de Van Nistelrooy, Cazorla, Rondón, Mathijsen y Malagueño ha permitido aligerar la nómina en la plantilla, pero equivale a una mínima parte de lo necesario.
La Agencia Tributaria se ha mostrado especialmente inflexible a la hora de darle facilidades al Málaga, porque entiende que el club se encuentra en situación de quiebra técnica. De ahí que en su momento bloqueara todos los movimientos de la entidad, lo que obligó a una negociación exprés en la que se acordó entregar la mitad del ingreso por el traspaso de Cazorla (7,5 millones).
Esa fue la primera parte de una compleja negociación, el abono inminente y a cuenta de la deuda reconocida. La segunda correspondía al calendario de pagos para el futuro. Y ahí la Agencia Tributaria ha puesto firme al Málaga y lo obliga a una serie de compromisos que la entidad no puede cumplir en su situación actual. La razón de esta postura es sencilla: la administración pública considera que el club es inviable con su actual estructura de personal.
Por esta razón el Málaga se verá obligado a reducir su masa salarial en doce millones; es decir, un millón mensual. El club ya se ha puesto manos a la obra para ver qué fórmula emplea y, sobre todo, dónde puede meter la tijera. En un año la macroestructura diseñada por Abdullah Ghubn en las distintas áreas del club, deportivas o no, quedará reducida a cenizas. De momento ayer ya se reestructuró el funcionamiento interno de la entidad en dos grandes áreas.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2012-09-06/hacienda-impone-club-rebaja-20120906.html