El director de Desarrollo y Área de Negocios, Vicente Casado, asegura que la estructura del club estará lista "absolutamente en dos años" para adaptarse a la nueva normativa UEFA
Málaga quiere que el jeque nunca se vaya. Los hechos justifican el sueño. Pero llegará ese momento. Para entonces, el club necesitará una estructura sólida que permita afrontar su adiós sin grandes traumas. La famosa estructura que de manera implícita señaló Fernando Hierro como motivo de su adiós. Antes de ese momento, hay un primer plazo de control insoslayable: el fair play financiero. Tras la próxima temporada, no se dejará competir en Europa a los clubes con desviación presupuestaria no controlada de más de 45 millones de euros. "Absolutamente en dos años estaremos sujetos al fair play financiero", manifestó ayer el director de Desarrollo y Área de Negocios del Málaga en la tertulia de la Jugada de Málaga, de Canal Sur.
Estrictamente, a día de hoy la empresa no es tan complicada. La deuda blanquiazul, en torno a tres millones y herencia del proceso concursal, no asusta. Otra cosa es la cuestión de fondo que propone dicha normativa UEFA, la manutención de clubes por parte de capitales millonarios de personas físicas o empresas. Ejemplificándola con el fútbol español, no se quieren más casos como el del Racing y Alí Syed, quien se postuló en Cantabria como un nuevo mecenas para meses después marcharse y dejar al club con un gran agujero económico. Ahí está el reto del Málaga, ser sostenible cuando las aportaciones de capital del jeque Abdullah Al-Thani ya no estén. Es una amenaza también para clubes pujantes como el Manchester City, que comparte la singularidad de los blanquiazules, estar en manos del capital de un jeque, Sulaiman Al Fahim.
Al respecto, Casado vaticinó nuevas iniciativas para que el Málaga sea una fuente de viabilidad más allá de su dueño. "Tenemos proyectos que harán que el Málaga sea capaz de trabajar con sus propios ingresos y su presupuesto", señaló el dirigente, quien confirmó que el club está en la segunda fase de las tres marcadas para la transformación del club. Tras una primera de inversión, actualmente "se trata de mantenerla". La última debe marcar el salto de calidad definitivo, el de las grandes cotas. "Habrá que esperar dos años para pensar dónde podemos llegar entonces", acotó.
En ese desarrollo económico, el proyecto de La Academia es tremendamente vital, es el eje que vertebra el futuro de los ingresos junto al contrato de televisión, que estos días se renegocia al alza. El propio Abdullah Ghubn reconoció su hartazgo por tanta demora burocrática y política. Casado, no obstante, se mostró muy optimista. "Todo se va a solucionar. Nos gustaría ir más rápido, pero respetamos los caminos por los que hay que pasar. Espero tener noticias para este mismo verano", remarcó.
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