El Gobierno del país pretende evitar que los ciudadanos de 14 países de la UE, entre ellos España, accedan a los subsidios sin haber trabajado antes en su territorio
El Gobierno alemán ha excluido a los inmigrantes de 14 países europeos, entre ellos España, de los subsidios para parados de larga duración conocidos como Hartz IV. Los recién llegados desde los 17 países (14 de la Unión Europea, Turquía, Islandia y Noruega) y que firmaron el Convenio Europeo de Asistencia Social y Médica no tienen acceso a estos subsidios desde el pasado 23 de febrero.
Una portavoz del Ministerio de Trabajo ha confirmado la medida aduciendo que “el Gobierno tiene que equiparar el trato a todos los socios de la UE y no puede privilegiar a los 14” que suscribieron el Convenio. Hace años que las empresas y el Gobierno de Alemania reconocen la necesidad de atraer mano de obra cualificada al país para mantener el desarrollo industrial. Según Trabajo, la reciente medida no entorpecerá esta demanda, porque “el número de personas que vienen de países como España y solicitan ayudas sociales inmediatamente es estadísticamente irrelevante”.
Por eso mismo llama la atención que introduzcan la medida en uno de los peores momentos para el empleo en los países del sur de Europa. Hace solo dos años que el Tribunal Federal de lo Social obligó a las instituciones a admitir las solicitudes de los socios del Convenio de Asistencia. Desde el 23 de febrero, los recién llegados a Alemania tendrán que esperar un mínimo de tres meses para solicitar las ayudas. La renuncia ministerial a aplicar el fallo de los jueces podría acarrear consecuencias legales.
En el Ministerio dicen que los inmigrantes “deberían venir a Alemania con un trabajo pactado, no a buscar uno”. Aunque el Gobierno insiste una y otra vez en la necesidad de mano de obra cualificada para la industria y los servicios, quieren evitar una “inmigración a los sistemas sociales”. Es decir, que los recién llegados accedan a las ayudas sin haber trabajado antes. De modo que “el que no haya trabajado un solo día en Alemania” tendrá que esperar un mínimo de tres meses para percibir ayudas.
La ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, ha lamentado recientemente la “escasa afluencia de inmigrantes cualificados” a Alemania, que achacó a los problemas con el idioma, pero también a “una deficiente cultura de la bienvenida”.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/09/actualidad/1331292267_634801.html
El Gobierno alemán ha excluido a los inmigrantes de 14 países europeos, entre ellos España, de los subsidios para parados de larga duración conocidos como Hartz IV. Los recién llegados desde los 17 países (14 de la Unión Europea, Turquía, Islandia y Noruega) y que firmaron el Convenio Europeo de Asistencia Social y Médica no tienen acceso a estos subsidios desde el pasado 23 de febrero.
Una portavoz del Ministerio de Trabajo ha confirmado la medida aduciendo que “el Gobierno tiene que equiparar el trato a todos los socios de la UE y no puede privilegiar a los 14” que suscribieron el Convenio. Hace años que las empresas y el Gobierno de Alemania reconocen la necesidad de atraer mano de obra cualificada al país para mantener el desarrollo industrial. Según Trabajo, la reciente medida no entorpecerá esta demanda, porque “el número de personas que vienen de países como España y solicitan ayudas sociales inmediatamente es estadísticamente irrelevante”.
Por eso mismo llama la atención que introduzcan la medida en uno de los peores momentos para el empleo en los países del sur de Europa. Hace solo dos años que el Tribunal Federal de lo Social obligó a las instituciones a admitir las solicitudes de los socios del Convenio de Asistencia. Desde el 23 de febrero, los recién llegados a Alemania tendrán que esperar un mínimo de tres meses para solicitar las ayudas. La renuncia ministerial a aplicar el fallo de los jueces podría acarrear consecuencias legales.
En el Ministerio dicen que los inmigrantes “deberían venir a Alemania con un trabajo pactado, no a buscar uno”. Aunque el Gobierno insiste una y otra vez en la necesidad de mano de obra cualificada para la industria y los servicios, quieren evitar una “inmigración a los sistemas sociales”. Es decir, que los recién llegados accedan a las ayudas sin haber trabajado antes. De modo que “el que no haya trabajado un solo día en Alemania” tendrá que esperar un mínimo de tres meses para percibir ayudas.
La ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, ha lamentado recientemente la “escasa afluencia de inmigrantes cualificados” a Alemania, que achacó a los problemas con el idioma, pero también a “una deficiente cultura de la bienvenida”.
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