Acostumbrada a disfrutar con goleadores de época, la afición contempla en los últimos años a delanteros 'interruptus' o con problemas de realización · Cazorla, tras 16 jornadas sin gol, aún es el máximo artillero
Cazorla marcó su cuarto gol de la temporada en la quinta jornada. Desde entonces, su rendimiento ha sido una cuesta abajo. Casi una vuelta después, sigue figurando como máximo anotador del Málaga. Los delanteros del equipo no están dando la talla. Aun así, viven una buena racha. Buena porque al menos uno ha marcado en la últimas tres jornadas, algo que se ha dado muy pocas veces esta campaña. Pero a sus artífices, Van Nistelrooy, Rondón y Sebas Fernández, no les da para pasar de los dos goles el holandés, de los tres sus compañeros. Esta es la realidad de los últimos años, nada que ver con la época de los grandes goleadores blanquiazules. Salva, que dijo adiós hace tres años sigue figurando como el último de la lista.
El maño se marchó lastrado por lesiones musculares con una tarjeta de 47 goles en 121 partidos. Números similares a los que dejaron antes que él Dely Valdés, Darío Silva o Catanha, las grandes referencias que maneja siempre el aficionado blanquiazul. Desde entonces, los portadores del 9 en la camiseta han ido sufriendo altos y bajos que en el caso de algunos, Baha es el caso por excelencia, le han llevado a ser adorado y repudiado. Héroe en la temporada del ascenso y en la de su estreno en la élite, la falta de gol hizo olvidar todo su buen trabajo y le convirtió en uno de los flancos favoritos de las críticas. Hasta el punto de que llegó a no celebrar sus tantos en La Rosaleda.
Aunque él es de los pocos que ha tenido el lujo de disfrutar de continuidad. Adrián fue una cesión efímera de un año, mismo tiempo que tendrá Van Nistelrooy en Málaga. El holandés ha dejado claro este año que está muy lejos del nivel que conocía la gente; está por ver con cuántos goles en su haber.
También un halo de misterio se cierne en torno a la figura de Rondón. El venezolano rompió el registro anotador de un debutante en la Liga merced a sus 14 tantos. Pero esta temporada está muy alejado de ese realizador. Suma tres dianas, en muchos menos minutos, aunque ofreciendo peores sensaciones, sobre todo en la definición. Es el mismo handicap que azota a Sebas Fernández. Ambos de un esfuerzo que normalmente no pasa desapercibido para el aficionado, se atoran en la suerte última del fútbol.
Edinho, todavía con un año de contrato por delante, vivirá en el Académica Coimbra su tercera cesión en tres temporadas, dejando la duda del millón de euros que Fernando Sanz pagó por él (su inversión más alta como presidente blanquiazul). A Juanmi se le sigue negando la continuidad que su gran proyección demanda. Albert Luque dejó mucho que desear en su regreso a casa, en el que se habló más de su estado físico que del futbolístico. Ahora que el jeque ilumina el porvenir financiero de la entidad, la afición espera volver a disfrutar de la misma manera que hace una década.
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