LUCAS MARTÍN Nadie quiere ser la voz de alarma, pero los números asustan. La economía de la provincia, acogotada hace ya más de un trienio por la bravura de la crisis, no acaba de dar un paso al frente y las perspectivas, por ahora, no invitan al optimismo. Incluso, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, necesitado de mensajes en positivo, advirtió ayer de que el paro seguirá creciendo este año. El BBVA, en un informe, avanza las cifras que la administración todavía prefiere no aventurar; el desempleo, según sus cálculos, crecerá en España alrededor de un cuatro por ciento. Una subida que Málaga no se puede, siquiera, permitir.
Con la reforma laboral sobre la mesa de negociación, todas las miradas se concentran en los próximos meses. Si se cumple la previsión del BBVA, la provincia saldría de 2012 profundamente herida, con una tasa de paro del 36 por ciento, lo que implica a más de un tercio de la población. Los agentes sociales dudan, en su mayoría, de que se alcance esa proporción, aunque no suavizan la hipótesis del presidente, que pronostica un nuevo año económicamente sucio, tildado por la destrucción. Una noticia especialmente dramática para Málaga, que acumula una cifra de paro, de casi el 32 por ciento, que no admite ninguna otra respuesta que no sea la merma, la caída, el reencuentro con la contratación.
Cualquier subida del desempleo en la provincia, tercian los expertos, sería ya preocupante. Juan Carlos Robles, decano del Colegio de Economistas de Málaga, desconfía de los milagros y avisa de que éste no será, ni mucho menos, el año de la resurrección. «Ya lo dijimos en nuestro barómetro y ojalá que nos equivoquemos. Se seguirá bajando en estos meses», indica. El desplome, no obstante, no será tan pronunciado como el que se desprende de los datos nacionales del BBVA. Robles cree que el avance del paro llegará, a lo sumo, en la provincia a los dos puntos, justamente la mitad del arrojado ayer a la mesa de predicciones por el equipo de la entidad financiera.
Para el responsable de los economistas, Málaga no está indefensa y juega con dos bazas para reordenar la situación. El turismo, que ya el pasado ejercicio dio muestras de fortaleza, y una todavía balbuciente reforma laboral, de cuyo resultado, alerta, dependerá, en buena medida, la restitución de la confianza. «Si se recupera, si se vuelve a confiar y el turismo mantiene el ritmo de crecimiento se podría pensar en empezar a frenar la caída en 2013», declara.
Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), es de los que también confieren importancia al efecto psicológico. «Hay que cambiar el criterio pesimista. Fíjese, por ejemplo, en la prima de riesgo, que ha pasado a un segundo plano. Cuando se recupera la idea de país serio no habrá tanta presión para España», razona.
Para el responsable de la patronal, la visión de Rajoy es «realista». El crecimiento del empleo, puntualiza, precisa el estímulo del PIB, y las previsiones con éste, de momento, tampoco parecen excesivamente boyantes. El informe del BBVA, por ejemplo, prevé un descenso del 1,3 por ciento en 2012. «Las reformas laborales de por sí no generan puestos de trabajo, son elementos que contribuyen, pero se requieren otras medidas de acompañamiento», indica.
González de Lara ve complicado que se contradiga la inercia a la baja que mueve laboralmente al nuevo año, aunque confía en que se asienten las bases que permitan remontar el vuelo lo antes posible. «No hay que preocuparse tanto por la inmediatez como por que se hagan bien los deberes y se deje bien estructurada la reforma»,dice.
En el caso concreto de Málaga, el responsable de la patronal alude al efecto positivo del calendario, que esta vez anticipa la Semana Santa hasta ubicarla en el mes de marzo, lo que podría servir de acicate para el segundo trimestre económico de la provincia. «Es realmente importante que se adopten medidas que tranquilicen», abunda.
Antonio Herrera, secretario provincial de CCOO, observa, no obstante, con preocupación la deriva de la economía global y la de Málaga, que, considera, con los reajustes del Gobierno ya perfilados, en una situación cercana al límite. «No se apuesta por la diversificación del modelo productivo y el crecimiento del turismo no se ve reflejado en el empleo ni en la situación de los trabajadores», precisa.
Herrera se opone con contundencia a las reformas planteadas por Rajoy y, anteriormente, por Zapatero, que, según dice, no sirven para reanimar el pulso productivo del país. «O existe un cambio de voluntad política o vamos a entrar en 4 o 5 años de intensa recesión en Málaga», precisa.
El sindicalista critica al presidente del Gobierno por haber ignorado propuestas como la creación de una banca pública o la reforma fiscal, que sigue pendiente. Además, le reprocha su «cínica» subida de impuestos. «Con los recortes, que aumentarán después de las autonómicas, se agravará la economía. No se ha apostado por la inversión pública, como en Estados Unidos», argumenta.
«Sin crédito no subirá la construcción». La reactivación de la economía de la provincia se subordina a la eclosión de los nuevos sectores, pero, sobre todo, a la fortaleza de sus motores tradicionales. El turismo ha empezado a despegar, aunque todavía está lejos de llevar en volandas al conjunto de Málaga. La construcción sigue ensimismada y, según su portavoz en la provincia, José Prado, presidente de la ACP, podría tener un peso relevante en el pronóstico de destrucción de empleo que maneja el del Gobierno. «Hasta que el crédito no llegue a los compradores no se volverán a vender productos y se seguirán perdiendo puestos de trabajo», precisa. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha anunciado que estimulará a la banca para que saquen a la venta sus activos inmobiliarios. «Saldrán más baratos que los nuestros. Y con crédito», reseña.
Con la reforma laboral sobre la mesa de negociación, todas las miradas se concentran en los próximos meses. Si se cumple la previsión del BBVA, la provincia saldría de 2012 profundamente herida, con una tasa de paro del 36 por ciento, lo que implica a más de un tercio de la población. Los agentes sociales dudan, en su mayoría, de que se alcance esa proporción, aunque no suavizan la hipótesis del presidente, que pronostica un nuevo año económicamente sucio, tildado por la destrucción. Una noticia especialmente dramática para Málaga, que acumula una cifra de paro, de casi el 32 por ciento, que no admite ninguna otra respuesta que no sea la merma, la caída, el reencuentro con la contratación.
Cualquier subida del desempleo en la provincia, tercian los expertos, sería ya preocupante. Juan Carlos Robles, decano del Colegio de Economistas de Málaga, desconfía de los milagros y avisa de que éste no será, ni mucho menos, el año de la resurrección. «Ya lo dijimos en nuestro barómetro y ojalá que nos equivoquemos. Se seguirá bajando en estos meses», indica. El desplome, no obstante, no será tan pronunciado como el que se desprende de los datos nacionales del BBVA. Robles cree que el avance del paro llegará, a lo sumo, en la provincia a los dos puntos, justamente la mitad del arrojado ayer a la mesa de predicciones por el equipo de la entidad financiera.
Para el responsable de los economistas, Málaga no está indefensa y juega con dos bazas para reordenar la situación. El turismo, que ya el pasado ejercicio dio muestras de fortaleza, y una todavía balbuciente reforma laboral, de cuyo resultado, alerta, dependerá, en buena medida, la restitución de la confianza. «Si se recupera, si se vuelve a confiar y el turismo mantiene el ritmo de crecimiento se podría pensar en empezar a frenar la caída en 2013», declara.
Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), es de los que también confieren importancia al efecto psicológico. «Hay que cambiar el criterio pesimista. Fíjese, por ejemplo, en la prima de riesgo, que ha pasado a un segundo plano. Cuando se recupera la idea de país serio no habrá tanta presión para España», razona.
Para el responsable de la patronal, la visión de Rajoy es «realista». El crecimiento del empleo, puntualiza, precisa el estímulo del PIB, y las previsiones con éste, de momento, tampoco parecen excesivamente boyantes. El informe del BBVA, por ejemplo, prevé un descenso del 1,3 por ciento en 2012. «Las reformas laborales de por sí no generan puestos de trabajo, son elementos que contribuyen, pero se requieren otras medidas de acompañamiento», indica.
González de Lara ve complicado que se contradiga la inercia a la baja que mueve laboralmente al nuevo año, aunque confía en que se asienten las bases que permitan remontar el vuelo lo antes posible. «No hay que preocuparse tanto por la inmediatez como por que se hagan bien los deberes y se deje bien estructurada la reforma»,dice.
En el caso concreto de Málaga, el responsable de la patronal alude al efecto positivo del calendario, que esta vez anticipa la Semana Santa hasta ubicarla en el mes de marzo, lo que podría servir de acicate para el segundo trimestre económico de la provincia. «Es realmente importante que se adopten medidas que tranquilicen», abunda.
Antonio Herrera, secretario provincial de CCOO, observa, no obstante, con preocupación la deriva de la economía global y la de Málaga, que, considera, con los reajustes del Gobierno ya perfilados, en una situación cercana al límite. «No se apuesta por la diversificación del modelo productivo y el crecimiento del turismo no se ve reflejado en el empleo ni en la situación de los trabajadores», precisa.
Herrera se opone con contundencia a las reformas planteadas por Rajoy y, anteriormente, por Zapatero, que, según dice, no sirven para reanimar el pulso productivo del país. «O existe un cambio de voluntad política o vamos a entrar en 4 o 5 años de intensa recesión en Málaga», precisa.
El sindicalista critica al presidente del Gobierno por haber ignorado propuestas como la creación de una banca pública o la reforma fiscal, que sigue pendiente. Además, le reprocha su «cínica» subida de impuestos. «Con los recortes, que aumentarán después de las autonómicas, se agravará la economía. No se ha apostado por la inversión pública, como en Estados Unidos», argumenta.
«Sin crédito no subirá la construcción». La reactivación de la economía de la provincia se subordina a la eclosión de los nuevos sectores, pero, sobre todo, a la fortaleza de sus motores tradicionales. El turismo ha empezado a despegar, aunque todavía está lejos de llevar en volandas al conjunto de Málaga. La construcción sigue ensimismada y, según su portavoz en la provincia, José Prado, presidente de la ACP, podría tener un peso relevante en el pronóstico de destrucción de empleo que maneja el del Gobierno. «Hasta que el crédito no llegue a los compradores no se volverán a vender productos y se seguirán perdiendo puestos de trabajo», precisa. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha anunciado que estimulará a la banca para que saquen a la venta sus activos inmobiliarios. «Saldrán más baratos que los nuestros. Y con crédito», reseña.