El presidente del Málaga, Fernando Sanz, está en la ciudad. El dirigente presenció el entrenamiento del equipo ayer por la mañana y, a continuación, mantuvo reuniones con los jugadores que acaban su vinculación con la entidad (Calleja y Goitia) y con Eliseu, con el que se negocia una posible subida en la cláusula (de 600.000 euros) y un nuevo contrato. El objetivo de esta cita fue transmitirles a los interesados la realidad económica del club, que no quiere hipotecarse cara al futuro con fichas prohibitivas, motivo por el que se prolonga la negociación con todos ellos. El director deportivo, Ricardo Rodríguez, y su adjunto, Sandro, también estuvieron presentes, y la reunión no supuso lanzar propuesta nueva alguna o exhortar a un plazo definitivo antes del cual se han de resolver estos tres asuntos.
Las últimas fechas, coincidiendo con el buen juego del equipo, están dando lugar a multitud de noticias y rumores, en algunos casos interesados, en los medios de comunicación, sobre el futuro de algunos de estos futbolistas, que despiertan el interés de numerosos clubes. Ello por no hablar del elevado número de cedidos con los que cuenta el Málaga, que son Duda, Lolo, Nacho, Pablo de Barros, Adriano o Luque.
«La planificación de la próxima temporada se lleva tiempo realizando. Lo ideal es que todos tuvieran el futuro claro, pero eso no sucede en ningún lado. Hay jugadores que acaban contrato y que están negociando. Pienso que se están haciendo bien las cosas y que no debe de haber problemas», comentó ayer Antonio Tapia cuando fue abordado sobre este tema.
El técnico no se mostró preocupado por un hipotético desmantelamiento de la columna vertebral del grupo cara a la próxima temporada. «Es cierto que tenemos varios cedidos, pero también es verdad que la base del equipo está ahí», dijo, y admitió que su criterio es tomado en cuenta a la hora de planificar todos estos asuntos. «Soy el entrenador del equipo, y es lógico que sea así».
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