Las dos entidades plantean a los sindicatos la salida voluntaria de 1.800 trabajadores en tres años
Unicaja y Caja España Duero tienen la intención de suprimir casi 1.800 empleos en los tres primeros años de su andadura conjunta como parte del plan de negocio que hará viable la fusión de ambas entidades, según confirmaron ayer fuentes sindicales. Este recorte supondría hasta un 20% de sus actuales plantillas dado que entre ambas suman ahora mismo más de 9.400 trabajadores: casi 5.000 trabajadores pertenecen a la caja castellanoleonesa y más de 4.500 a la malagueña.
La propuesta fue entregada por las cajas a los representantes sindicales de ambas entidades el pasado miércoles en una reunión celebrada en Madrid dentro de los contactos periódicos que se mantienen desde hace un par de meses para alcanzar un acuerdo en la mesa laboral que establezca las condiciones de los trabajadores en la futura entidad conjunta.
De momento, no se conocen más detalles de la propuesta relativos a cómo se repartiría la salida de trabajadores entre las dos cajas. La reducción de personal se realizaría con prejubilaciones, bajas incentivadas y reducciones de jornadas, en principio siempre de forma voluntaria, según comentaron las fuentes, que añaden que las cajas también plantean «ajustes salariales» para los trabajadores más antiguos. No hay fecha aún para la nueva reunión de la mesa laboral.
Plazos de acuerdo
Las dos cajas vienen negociando con los sindicatos el acuerdo laboral desde el pasado mes de octubre, y con un margen de tiempo hasta el 31 de marzo de 2012, según un acuerdo firmado en su día con los sindicatos y que se entiende como suficiente para alcanzar un entendimiento entre ambas partes. Las cajas se comprometieron a no presentar en ese plazo ninguna medida traumática de salida de trabajadores.
Fuentes sindicales recordaron en su día que en las dos cajas hay ahora mismo más de 900 trabajadores por encima de los 56 años –200 en Caja España-Duero y 700 en el caso de Unicaja–, un colectivo del que se podría tirar a la hora de ofrecer las citadas prejubilaciones.
El otro colectivo sobre el que los sindicatos quieren esclarecer el futuro son los 2.000 empleados que trabajan ahora mismo en los servicios centrales tanto de Unicaja como de Caja España- Duero. El proyecto de integración de ambas entidades financieras establece que la futura entidad bancaria tendrá su sede social en Málaga, pero también señala que se mantendrán servicios operativos centrales del grupo que se corresponderán con las sedes operativas actuales de ambas cajas –Málaga, Ronda, León y Salamanca–, así como en Madrid.
En cuanto a las oficinas, la fusión de Caja España-Duero con Unicaja tiene la gran ventaja de que sus redes son absolutamente complementarias. De hecho, de las 1.700 sucursales de ambas cajas tan sólo 70 están solapadas (término que hace referencia a cuando oficinas de las dos cajas coinciden en una misma zona). Así que la supresión será pequeña y complementaria a los cierres de oficinas que ambas entidades ya vienen aplicando por separado, en consonancia con las directrices del Banco de España.
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