La Comisión para la aplicación de la Ley de Memoria Histórica sobre el Valle de los Caídos recomienda que "los restos de Franco se muevan donde decida la familia, para ello habrá que buscar los acuerdos parlamentarios más amplios", según ha explicado Virgilio Zapatero, uno de los portavoces de la Comisión.
El criterio que ha seguido la comisión es que el general no fue una víctima de la Guerra Civil, es decir, no murió en este periodo, y lo que se pretende es que el centro del Valle de los Caídos sea, exclusivamente, "un homenaje a todas las víctimas de la guerra, sean del bando que sean" ya que están ahí "hermanadas ante la muerte".
Sin embargo, el cuerpo de José Antonio Primo de Rivera sí podrá quedarse en el complejo porque sí es una víctima de la Guerra Civil, si bien sus restos serán reubicados dentro de la Basílica para estar en igualdad de condiciones con los demás enterrados en el recinto.
Para cualquier movimiento, el Gobierno necesitará el permiso de la Iglesia puesto que "cualquier actuación en el interior de la Basílica exige una preceptiva autorización" de quien tiene la competencia sobre el lugar.
La razón para esta recomendación es que "el objetivo de despojar (al complejo) de todo color político sólo será posible si los enterramientos" allí son, como estaba previsto en su origen, "para los muertos de la guerra", ha añadido Zapatero.
La comisión, que no ha conseguido la unanimidad en este punto, insiste en que es mucho más importante poner en positivo el complejo que lo que pueda suceder con el traslado de los restos.
Tres miembros de la comisión, Miguel Herrero de Miñón, Feliciano Barrios y Pedro González Trevijano, son los que han ejercicio su derecho a un voto particular en este punto para oponerse al traslado pero, dejando claro, que "no tratan de poner en duda el carácter dictatorial del régimen".
Además de problemas jurídicos y de la exigencia de tener antes que nada la autorización de la Iglesia, los tres firmantes del voto particular aseguran que esta decisión significaría todavía hoy una forma de "dividir y tensionar" a la sociedad española, según ha defendido González de Trevijano.
Sin embargo, uno de los portavoces de la Comisión ha aclarado que "lo que pretendemos es explicar y no destruir nada porque es muy fácil destruir".
"Tan es así que pensamos que no sería bueno cambiar el nombre de Valle de los Caídos, porque todo lo que sean cambios puede dar pie a mistificaciones", ha aclarado Virgilio Zapatero.
Un memorial artístico con todos los nombres
La idea que se ha desarrollado en el informe de la comisión es convertir el complejo en un centro de homenaje y explicación de lo que allí ocurrió. Por eso, se han recomendado una serie de actuaciones que vendrían a "resignificar" el Valle de los Caídos, para darle un sentido nada partidista.
Entre las actuaciones propuestas está "que en la explanada se haga una intervención artística que recuerde a todos los fallecidos en la guerra. Deberían escribirse todos sus nombres en esta explanada para que el memorial esté completo".
"Además, hay que significar el cementerio, las ocho criptas con los más de 33.847 cuerpos" que están enterrados en este complejo.
"Hay que crear un lugar para la meditación de carácter cívico y que se construya un centro de interpretación para explicar por qué se creó, quién lo creó, quienes lo construyeron, quiénes están enterrados ahí", ha explicado Virgilio Zapatero.
Para ello, piden que se convoque un concurso público de carácter internacional.
Respecto a la petición que han hecho algunos familiares para sacar algunos restos allí, la Comisión cree que no sería viable.
"Hemos consultado a especialistas y hemos visto toda la documentación gráfica sobre lo que hay en el interior de las criptas y hemos llegado a la conclusión de que es imposible prácticamente la identificación individualizada de las víctimas que hay ahí", ha añadido Virgilio Zapatero.
Los miembros que han redactado este informe creen que "si se hace una dignificación del cementerio por completo, esto hará que las reclamaciones cambien esta perspectiva".
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/29/espana/1322570573.html