Van Nistelrooy quiso tirarlo, Demichelis pareció molesto y sólo 3 jugadores se abrazaron a Apoño cuando marcó
Desde el momento en el que Carlos Delgado Ferreiro señaló el punto de penalti, por indicaciones de su auxiliar situado en la grada de Preferencia, hasta que Apoño lo lanzó pasaron casi cuatro minutos. Fueron unos momentos de máxima tensión, pero no sólo en las gradas o en los banquillos por las dudas iniciales de si lo concedería tras dar en la mano (o en la mano y en el ojo), sino también en las inmediaciones del área espanyolista. Y es que Ruud van Nistelrooy quiso tirar el penalti, Apoño agarró el balón fuertemente con las dos manos, Joaquín hizo de intermediario entre ambos jugadores yendo de uno a otro en dos ocasiones y Martín Demichelis puso cara de pocos amigos cuando el malagueño se encaminó hacia los once metros dispuesto a patear la bola.
Apoño, el especialista en penas máximas de las tres últimas campañas (Julio Baptista lo tiró en la pasada Liga contra el Getafe en La Rosaleda frente a los dos del malagueño y a los ocho de hace tres ligas) tuvo la valentía de lanzarlo sólo cuatro minutos después de haber pisado el terreno de juego.
Pero también hubo un momento curioso cuando batió al guardameta Cristian Álvarez y consiguió el 2-1 que desequilibraba el marcador a favor del Málaga CF en un encuentro con un resultado tan igualado hasta ese momento. Cuando Apoño hizo su gesto de rabia tan característico cuando marca un gol, con el puño cerrado hacia arriba, sólo tres compañeros se acercaron a festejar el tanto: Jesús Gámez, Joaquín y Van Nistelrooy. ¿Por qué?
Un penalti con mucha miga
http://www.laopiniondemalaga.es/malagacf/2011/11/01/penalti-miga/461021.html