Partido complicado pero a ver si continua la racha en liga

La exigencia se eleva para el Unicaja. El perfecto arranque de temporada que está protagonizando se encontrará en las próximas semanas con varios obstáculos importantes. Y es que el calendario le deparará rivales cada vez más complicados en una serie de cinco encuentros claves para lograr el primer objetivo de la temporada, la presencia en la Copa del Rey.

La primera prueba seria llegará el domingo frente al Valencia (12.30 horas, Canal Sur 2). El conjunto que dirige Paco Olmos no es que haya tenido un buen comienzo de temporada, pues es sexto con dos derrotas y las mismas victorias, pero la última hay que tenerla más en cuenta, en Vitoria ante el Caja Laboral. El Unicaja se midió al Valencia en su último compromiso de pretemporada y cayó en la 'Fonteta' por solo un punto (84-83) en la que fue la única derrota en la pretemporada.

Al choque del domingo le seguirán dos partidos consecutivos en el Palacio de los Deportes, el primero ante el Blancos de Rueda Valladolid, que con un partido menos es decimocuarto. De nuevo en su cancha, el rival será el Real Madrid en la séptima jornada, con la presencia en las filas madridistas de Rudy Fernández y Serge Ibaka, los dos jugadores con los que el Real Madrid se ha reforzado tras el cierre patronal en la NBA.

Dos frentes

El equipo malagueño podrá salir muy reforzado en la clasificación si saca adelante los dos partidos seguidos en casa, pues le espera un desplazamiento ciertamente complejo en la octava jornada, a la pista del Meridiano Alicante, uno de los equipos revelación de la temporada. Noviembre se cerrará con otro choque de máxima exigencia en el Palacio de los Deportes contra el Caja Laboral, que a día de hoy ha protagonizado su peor arranque liguero de las últimas cuatro temporadas.

A un mes vista, su situación puede cambiar de forma considerable, pero también la del Unicaja. En este carrusel de partidos, el equipo que dirige Chus Mateo tendrá que hacer frente a la Euroliga con partidos frente al Brose Baskets, Zagreb, CSKA y Panathinaikos -casi nada-, en los que deberá confirmar su presencia entre los dieciséis mejores de Europa.

Chus Mateo pide tiempo. "Cada partido nos vamos conociendo más todos, llevamos una pretemporada larga en la que hemos funcionando bien. Vamos viendo lo que cada uno puede aportar, dónde y cómo pasarnos el balón, en qué momento. Los nuevos me van conociendo a mí y yo a ellos", explica el técnico. A estas alturas, el Unicaja sigue ensamblándose. Quedan por ajustar muchas cosas aún.
Pero si algo que ha quedado claro en estas primeras semanas de competición oficial es que se trata de un grupo muy competitivo y con hambre de gloria. Sólo así se explica que en tan pocas jornadas haya sido capaz de poner sobre la mesa un repertorio tan variado de registros para ganar sus partidos. Se le presuponía un equipo centrado en la defensa y la rapidez en las transiciones ofensivas pero ha demostrado que puede ganar sin defender demasiado bien y mostrando una gran fluidez en ataque en el cinco para cinco. Se ha impuesto en partidos extremadamente igualados, con alternativas en el marcador, pero también ha remontado resultados adversos y ha dominado con claridad desde el principio.

Capacidad de reacción

Tuvo el conjunto malagueño que hacer frente a las adversidades desde el primer momento. Debutó ante el Gran Canaria con la sensible baja de Joel Freeland, ausente por una lumbalgia, y en un partido que los de Pedro Martínez tuvieron en su mano mediado el tercer cuarto. Perdían los malagueños 38-47 antes de que un parcial de 19-11 les rescatara del abismo y un gran último cuarto certificara, de forma contundente, la primera victoria de la temporada. Capacidad de reacción que volvió a sacar a relucir en el choque del pasado martes, cuando tumbó al Zalgiris después de anular una renta de 11 puntos, verse siete abajo a falta de cinco minutos y forzar una prórroga en la que se mostró muy superior.

Fiable en la igualdad

Tampoco parece templarle el pulso a los de Chus Mateo cuando tienen que desenvolverse en un partido igualado, con alternativas en el marcador y un desenlace apretado. Ganó en Santiago, donde llegó a perder por 9 y ganar por 11 en un duelo sin dueño. Hasta que Fitch y Garbajosa amarraron el triunfo en los últimos segundos. Y se impuso en San Sebastián gracias a un 0-6 final propiciado por Freeland y Valters después de entrar perdiendo en el último minuto.

La igualdad ha presidido la mayoría de las cinco victorias malagueñas. De hecho, sólo la cosechada el pasado domingo ante el CAI Zaragoza puede calificarse como cómoda por el dominio que se ejerció desde el final del primer cuarto.

Ofensivo y defensivo

El Unicaja ha demostrado ser camaleónico, capaz de brillar en ataque un día y de emplearse a fondo atrás otro. El primer caso puede encontrarse en los duelos de Santiago y San Sebastián. Es en esas plazas donde mejor ha hecho circular el balón, lo que le permitió tener elevados porcentajes de tiro (43,8% en triples en Galicia y 64,3 % en tiros de dos en el País Vasco). Como ejemplos de solidez defensiva están las otras tres victorias. La del Gran Canaria, con 68 puntos encajados y 23,8% en los triples del rival, y la del CAI, con 57 tantos recibidos tras forzar unos pobres 36,7% en tiros de dos y 24% en triples.

Es la pieza que le falta al equipo. El hombre resolutivo que tome decisiones acertadas en el perímetro. Que complemente la versatilidad de Darden, la lectura de juego de Berni y las apariciones esporádicas de Saúl y Peric. El killer que meta las bolas calientes. Lo intenta, él asume su rol, pero con desacierto alarmante.

RAFAEL M. GUERRA Quizá Gerald Fitch se haya tomado un «respiro» viendo el fenomenal inicio de temporada del equipo y haya decidido guardar su enorme talento para cuando la oportunidad lo requiera. El caso es que el «jugón» americano no está al nivel del pasado curso, cuando llegó como el salvador de la crisis instaurada por Aíto García Reneses y se echó el equipo a la espalda para liderar la reacción verde. A veces, es cierto, creando una peligrosa «Fitchdependencia». Pero sería absurdo rehusar a ponerse en manos de su excelsa muñeca teniéndole en nómina. Ocurre igual que con Joel Freeland. Muchos critican que sin él en la pista, el Unicaja es otro. La comparativa es tan real como evidente y extensible a otras estrellas del básket. ¿O es igual el Barça sin Navarro, el Madrid sin Rudy o el Caja Laboral sin Teletovic?

Y Fitch lo intenta. Cuentan en el club que el chico se entrena a un nivel de exigencia tremendo, que se cuida, que trabaja como siempre y que su único problema es de mera precisión. Mantiene la intachable actitud con la que llegó a Málaga y ahora sólo atraviesa una mala racha. Es lo que le pasa a los tiradores, a los killers como él. Los tiros dejan de entrar, ellos mismos se presionan, llega la ansiedad y ese círculo vicioso sólo empeora aún más la situación.

En el Unicaja se han tomado su mala racha con toda la naturalidad del mundo. En cierta forma, porque el equipo está rindiendo a un nivel impresionante y, ciertamente, hasta inesperado. Invicto en la Liga Endesa, donde el Unicaja es líder en solitario tras cuatro jornadas, y con el casillero de triunfos de la Euroliga recién estrenado tras vencer al Zalgiris. Corren buenos tiempos, pero no hay que relajarse. El equipo es limitado, pero repleto de honradez, corazón y ganas de progresar.

Hay muchos hombres dentro del plantel que tienen en Málaga, en plena cúspide de sus carreras, una oportunidad de oro para brillar por primera vez en un escaparate como éste: Kris Valters, Earl Rowland, Tremmell Darden e incluso el propio Luka Zoric. También Gerald Fitch es uno de esos jugadores. Tras pasar por el Fuenlabrada y sufrir una grave lesión de rodilla encontró acomodo en el baloncesto turco. En plena crisis, el Unicaja le reclamó el pasado curso. Ni se lo pensó. Firmó un contrato leonino, muy ventajoso para el club. Y demostró que podía rendir a buen nivel en un club de la exigencia del malagueño. Ahora se espera mucho de él y no se le va a presionar.

Queda meridianamente claro que el grupo le echa de menos. El perímetro se compuso en torno a él. Darden es un complemento a Fitch. Había en mercado varios jugadores de perfil económico similar, pero de características diferentes. Varios «jugones» llamaban la atención. Pero tanto Chus Mateo como Manolo Rubia decidieron que, con Fitch en plantel, se necesitaba otro exterior menos acaparador de juego, diferente, completo, mejor defensor y menos anotador. Y el elegido fue Darden. ¡Bendita decisión!

Problema de coco

Por eso, cuando faltan los puntos de Fitch, el equipo se resiente. El acierto exterior de Valters tomó el relevo en el encuentro ante el Zalgiris. Porque por ahora, Fitch sólo ha aparecido en la pista del Obradoiro, en Santiago de Compostela. En los demás partidos se le ha echado en falta. Él lo ha intentado y, viendo que los tiros no le entraban, ha optado por penetrar una y otra vez. Pero cuando se fallan tiros debajo del aro, sin defensor alguno en tres metros a la redonda como ante el Zalgiris, es que el problema es de confianza. Está en el coco, no en su muñeca.

En sus cinco participaciones promedia 4 puntos menos que el pasado curso, con unos porcentajes sensiblemente inferiores. En tiros de dos acumula un acierto del 43,3%, por el 48% del pasado curso. Y en lanzamientos de tres puntos la diferencia es notable: Del 30,6 de la anterior campaña al paupérrimo 17,6 de ésta. Y es que, hasta el momento, sólo ha transformado tres triples de los 17 intentados.

Esa desconfianza se transmite a otras estadísticas del juego y, por supuesto, se nota en la valoración, que ha pasado de 13,6 a sólo 8,8. Le superan en el Unicaja Freeland (20,8), Darden (11,3), Valters (11,3) y Sinanovic (9,7). Coge 1,3 rebotes menos que hace unos meses –uno de los fuertes de su juego– y pierde el doble de balones.

Fitch tan sólo necesita un buen partido. El día que le entren los tres primeros tiros volverá a ser el que siempre ha sido. Valencia y Bamberg, próximas oportunidades.

Jorge Garbajosa causó baja en la jornada de ayer en la vuelta al trabajo del Unicaja a causa de una distensión en el muslo de la pierna derecha. A pesar de esto, no se espera que el ala-pívot cause baja en el partido contra el Valencia del próximo domingo (12.30 horas, Canal Sur 2), que será arbitrado por Pérez Pizarro, Pérez Pérez y Sánchez Mohedas.

Derrota de Unicaja 75 a 62

Llegó la primera. El Unicaja estrenó ayer su casillero de derrotas en la Liga Endesa y cedió el liderato de la clasificación. Las dos cosas, a la vez, después de una terrible segunda parte frente al Valencia. No hay que echarse las manos a la cabeza ni tirarse por un precipicio, porque tenía que llegar. Por suerte lo ha hecho en la quinta jornada, con medio camino hacia la Copa del Rey recorrido. Ayer simplemente una desconexión total tras el descanso dilapidó lo que hasta entonces había sido un buen partido del conjunto que dirige Chus Mateo. El Unicaja dominó por completo a su rival durante veinte minutos y luego estuvo a merced del Valencia, que mejoró notablemente en defensa y frenó por completo a Freeland; es decir, al mejor hombre en ataque.

Sin esta referencia y con muchos problemas para atacar, el equipo entregó el partido. Solo 21 puntos durante toda la segunda parte hablan a las claras de lo que fue el juego del cuadro malagueño tras el paso por los vestuarios. Fue una pena, porque, a pesar de esa pobre segunda parte, el Unicaja estuvo en el choque hasta el minuto 36 (64-62), cuando una zona bien ejecutada le permitió enjugar la renta de ocho puntos que tenía su rival (60-52). A partir de ese momento, el Unicaja estuvo sin anotar hasta el final del partido y dilapidó todas sus opciones de victoria. El francés De Colo, el mejor del choque, dio la puntilla con siete puntos seguidos en esos minutos finales.

Duelo

La transformación del cuadro cajista fue total y hasta difícil de imaginar para cualquier aficionado que hubiese presenciado la primera parte del encuentro. A pesar de que el Valencia se situó 11-3 en poco más de dos minutos y medio, la reacción del Unicaja fue demoledora de la mano de Freeland, y el parcial, contundente (6-18). Dio un paso al frente en defensa, movió bien el balón y Freeland pasó por encima de Caner-Medley en ese duelo tan esperado de los jugadores franquicia de los dos conjuntos. Hasta tal punto llegó la exhibición del inglés que Paco Olmos tuvo que sentar a su anotador, que pasó inadvertido hasta el final del choque. El hecho de que Zoric cometiese su segunda falta fue hasta beneficioso, pues la entrada de Sinanovic dio espacios a Freeland. De ir perdiendo por ocho, el Unicaja cerró los primeros diez minutos cinco puntos arriba (15-21), tras una combinación perfecta de juego interior y exterior para acabar con dos triples seguidos de Darden y Rowland.

El Valencia estaba obligado a reaccionar, después de que el Unicaja lograse su mayor renta del partido (20-28, minuto 13) y lo hizo de la mano de De Colo. El francés fue casi la única referencia ofensiva de su equipo en los siguientes minutos con su particular estilo. Eso sí, ni Berni, ni Fitch ni Darden pudieron frenarlo. Mientras, en el Unicaja fue Peric el que recogió el testigo anotador de Freeland. El croata aprovecha cada oportunidad como si fuese la última y su regularidad es notable. Sus ocho puntos en el segundo cuarto no pudieron impedir que el Valencia tomase el mando del choque en el minuto 18 (38-37). Los problemas del conjunto malagueño comenzaban a aflorar, pese a que de nuevo Peric y Rowland, este sobre la bocina, le devolviesen la ventaja al descanso (38-41).

Declive

Las cosas terminaron de torcerse para el conjunto que dirige Chus Mateo tras el descanso con un mal tercer cuarto en el que afloraron los problemas para anotar. Sin la referencia de Freeland, perfectamente controlado por Pietrus, el Unicaja se diluyó. El inglés anotó sus últimos puntos del choque en el minuto 25 (45-45). Fue el principio del fin del Unicaja, que perdió su dominio en el juego interior y se ahogó en pérdidas e imprecisiones con una mala dirección de Fitch, absolutamente desconocido. Esta vez Valters, demasiado precipitado, no fue el revulsivo. Los pívots no recibían balones y Chus Mateo tuvo que pedir hasta dos tiempos muertos para tratar de frenar al rival y reactivar el ataque de su equipo (55-48, minuto 29).

No quedaba ni rastro de la buena conjunción del juego interior y exterior, y hacía ya más de veinte minutos del último triple anotado por el Unicaja en el partido (62-54, minuto 33). Y no es que no lo intentase, porque el equipo lanzó dieciocho veces. El problema es que solo anotó tres.

A pesar de todo, el Unicaja lo siguió intentando, con una zona bien planteada con Sinanovic. Quizá entró demasiado tarde el bosnio. Se rozó la remontada, pero no se completó (64-62, minuto 36). Al equipo le pudo la precipitación, personificada ayer en Gerald Fitch. Todo lo contrario que De Colo, que con un triple rompió la zona y alteró los planes del rival para sentenciar el choque.


Árbitros: Pérez Pizarro, Pérez Pérez y Sánchez Mohedas. Bien. Sin eliminados por personales.

Incidencias: Quinta jornada de la fase regular, disputada en la Fuente de San Luis ante 8.000 espectadores, según datos ofrecidos por el club. Antes del comienzo del partido se guardó un minuto de silencio por el próximo Día de los Difuntos.

LAS CLAVES

Sin acierto exterior

El Unicaja volvió a mostrar sus problemas en los lanzamientos de tres, con un pobre balance de tres aciertos de 18 intentos.

Freeland, desaparecido

Solo seis puntos del inglés en la segunda parte, una de las claves del atasco en ataque.

De Colo

La calidad del francés fue lo que decidió el encuentro.