La capital prevé que los tributos municipales aumenten un 3,2%, conforme al IPC de junio. Pasadas las elecciones, algunos ayuntamientos revisan al alza sus ordenanzas fiscales
Una de las primeras tareas a las que se tienen que enfrentar los alcaldes salidos de las urnas el pasado mes de mayo es preparar los presupuestos para el año próximo y, con ellos, la política tributaria que tendrá que sustentar los gastos que suponen los servicios municipales. Complicada labor la que tienen ante sí, ya que tendrán que conjugar la necesidad de recaudar el dinero necesario para, al menos, mantener su nivel de prestaciones, con la premisa de no tocar demasiado el bolsillo de los contribuyentes. Y todo ello con una virulenta crisis que afecta tanto a las economías domésticas como a las arcas públicas, especialmente mermadas en muchas localidades de la provincia que tienen serias dificultades para pagar a sus empleados y proveedores.
Algo empieza a cambiar en las políticas fiscales de los municipios. Tras dos años, los previos a la cita electoral del pasado 22 de mayo, en los que han procurado por todos los medios congelar las tasas y tributos, ahora comienzan a plantear actualizaciones de los impuestos, es decir, subidas dentro de los límites que marca la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC). Sin una cita electoral de por medio y con cada vez más dificultades presupuestarias, agravadas por la reducción de las transferencias que perciben del Estado, al que tienen que devolver parte del dinero que percibieron en 2008 y 2009, algunos de los principales ayuntamientos barajan un incremento de la presión fiscal para el año próximo que pone fin a la congelación de los últimos ejercicios.
Málaga Es el caso de la capital, donde esa congelación, practicada en 2010 y 2011, ha provocado que el incremento de la presión fiscal en los últimos cuatro años haya quedado dos puntos por debajo del IPC acumulado desde 2007. Desde ese año, los impuestos han crecido un 7% y los precios lo hicieron un 9,4%. Este puede ser uno de los argumentos del equipo de gobierno del PP en la Casona del Parque para justificar la no congelación de las tasas e impuestos el año que viene. Algo que, según fuentes consultadas por este periódico, está prácticamente garantizado.
De hecho, los responsables municipales ya están barajando la aplicación de una actualización de la presión fiscal del 3,2%, correspondiente al IPC acumulado del mes de junio. Los grupos políticos aprobaron hace años que, para la elaboración de las ordenanzas fiscales, se tomara como referencia el índice de precios acumulado del mes en el que se empiezan a preparar los presupuestos, y este año ha sido junio.
No obstante, puede que se produzcan excepciones para favorecer la creación de empleo. Así, está previsto que se mantengan congeladas las tasas que tengan que ver con la apertura de negocios y empresas; el impuesto de construcciones y obras; y el mantenimiento de las bonificaciones en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), que solo pagan las empresas que superan el millón de euros de facturación, para las que generen empleo estable.
Con todo, la gran patata caliente cara al año que viene está en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), pues el Ayuntamiento ya no puede eludir la actualización de los valores catastrales de la ciudad que tendría que haber entrado en vigor paulatinamente desde 2009, repartiéndose en un 10% de aumento los siguientes diez años. Sin embargo, el equipo de gobierno optó por aplicar una bonificación que ha contenido hasta el momento la revisión del Catastro, lo que ha supuesto una pérdida de recaudación de 63,8 millones de euros en los últimos tres años.
El reto de los responsables del organismo autónomo de Gestión Tributaria está en hacer que la subida media del IBI para el año que viene ronde el 3,2% del IPC de junio, cuestión harto complicada por lo dispar de los valores catastrales en función del lugar de la ciudad en el que se encuentre el inmueble.
La fórmula que en principio se baraja para evitar que el IBI suba de media por encima del 3,2% es una reducción del tipo impositivo del impuesto, que ahora está en el 0,69% y podría bajarse hasta el 0,4%. Pero eso no garantiza el equilibrio. Y es que bajar el tipo impositivo para toda la ciudad podría suponer que viviendas que ya tienen un alto valor catastral, y que apenas notarán la actualización de 2009 porque han sido construidas en los últimos años, vean cómo la cuota del IBI se les reduce. En cambio, aquellas con una mayor antigüedad tendrán un nuevo valor catastral más alto que, por mucho que se aminore el tipo, les hará tener que hacer frente a una cuota mucho más elevada que hasta ahora. Y es que la revisión catastral de 2009 supone, de media, duplicar los valores que habían estado vigentes hasta ese año.
El tipo impositivo del IBI para las viviendas y para los solares tiene que ser el mismo para toda la ciudad, por lo que los cálculos de Gestión Tributaria para paliar los desequilibrios territoriales que se generarán se antojan muy difíciles. Solo puede establecerse un tipo impositivo distinto para el 10% de los contribuyentes en el resto de usos, como comerciales, oficinas, institucionales, espectáculos e industriales.
Al margen del IBI, otras novedades en los impuestos municipales de la capital para el año próximo pasan por medidas que buscan incrementar la presión fiscal en aquellas empresas con mayor solvencia para mantener el nivel de recaudación de años anteriores, teniendo como hipótesis que la morosidad no subirá por encima del 19% actual. Como avanzó este periódico (ver SUR 31/7/2011), esas medidas son la creación de una nueva tasa para los cajeros de los bancos por la ocupación de la vía pública y el incremento del IAE para las grandes multinacionales en función de su ubicación en la ciudad. Todo ello con el fin de mantener prestaciones como las ayudas al pago del IBI para las familias con menos recursos, que cada vez son más. Esas subvenciones están calculadas en 44,3 millones de euros para este año.
Vélez y Torrox
Junto con la capital, hay otras localidades de la provincia que también van a revisar al alza sus impuestos. Una de ellas es Vélez-Málaga, donde el nuevo alcalde del PP, Francisco Delgado, ha anunciado que las tasas y tributos se actualizarán conforme al IPC, «porque así lo marcan las ordenanzas y no podemos incumplirlas». No obstante, la intención del equipo de gobierno es no aplicar esa revisión al IBI, en el que aumentarían las subvenciones a colectivos desfavorecidos para compensar las subidas por la revisión de los valores catastrales. «Hay que tener en cuenta que la revisión catastral de Vélez se hizo en pleno 'boom' inmobiliario, y se da ahora la paradoja de que hay valores por encima de los precios de mercado. Esto es inadmisible», aseguró el alcalde.
Torrox es otro de los municipios que cambiará el rumbo tributario para 2012. Su alcalde, el socialista Francisco Muñoz, explicó que desde octubre de 2010 existe sobre la mesa de la Alcaldía un informe del interventor municipal que recomienda subir el tipo impositivo del IBI, del 0,7 al 0,8, para compensar la caída de los ingresos urbanísticos y para hacer frente a las obligaciones de pago y de saneamiento. «Lo que no es admisible es que los que han estado cuatro años gobernando (en alusión a IU, PSA PIU y PP) salgan ahora con hipocresía oponiéndose a esto, cuando ellos también conocían este informe», apuntó.
Costa del Sol
También en Benalmádena los vecinos tendrán que rascarse algo más el bolsillo. La delicada situación financiera que atraviesa el Ayuntamiento llevará al nuevo equipo de gobierno a modificar al alza las ordenanzas fiscales, aunque aún no se ha fijado el porcentaje de subida, sin descartar tampoco que se quede solo en una actualización del IPC. «Sabemos que será una medida impopular, pero no nos queda otra», reconocieron fuentes municipales.
Estepona, por su parte, mantendrá la no congelación de los últimos años porque así lo obliga la delicada situación financiera de su ayuntamiento. El concejal del área económica, Manuel Aguilar, reconoció que, tal y como se encuentran las cuentas municipales, «no podemos bajar los impuestos, pero el compromiso es de no subirlos», dijo. Para ello, se actualizarán al menos según el IPC acumulado, incluido el IBI, cuya cuantía será subvencionada para que no crezca por encima de la evolución de los precios del mercado.
En el caso de Marbella, la intención del consistorio es mantener congelados todos los impuestos para 2012, con las excepciones del recibo del agua, para dar cumplimiento a la legislación de la Junta, y del impuesto de plusvalías que, lejos de subir, se contendrá mediante una reducción de su tipo para compensar la revalorización catastral que supone la entrada en vigor del nuevo PGOU. Los responsables municipales consideran que la situación económica es tan negativa que con subir los impuestos no solucionarían nada.
http://www.diariosur.es/v/20110821/malaga/impuestos-descongelan-20110821.html