La policía se enfrentó ayer a una revuelta en Los Asperones. Tres agentes que acababan de efectuar una detención se vieron acorralados por una turba de cerca de un centenar de vecinos. Los exaltados arremetieron contra los funcionarios justo cuando introducían al arrestado en el coche patrulla y consiguieron liberarlo.
Todo comenzó poco antes de las cuatro de la tarde, cuando los tres policías nacionales acudieron a la primera fase de Los Asperones en busca de un hombre para detenerlo. Una vez allí, se cruzaron con una moto que levantó sus sospechas, y trataron de interceptar al conductor, que emprendió la huida, según ha podido saber SUR.
Los agentes lograron localizar y arrestar al sospechoso. Pero la intervención se complicó. Empezó a aparecer gente por todas partes. Numerosos vecinos -entre los que, según las fuentes consultadas, había mujeres e incluso niños- acorralaron a los funcionarios mientras escoltaban al detenido.
A patadas
La muchedumbre cargó contra los tres policías. Justo en el momento en que iban a introducir al arrestado en el vehículo policial, los amotinados se lo arrebataron de las manos y la emprendieron a golpes con los agentes, a los que llegaron a tirar al suelo.
Para evitar un linchamiento, uno de los policías sacó su arma reglamentaria y efectuó varios disparos intimidatorios al aire, con los que consiguió dispersar al gentío que se le había venido encima, y pudo pedir refuerzos. En sólo unos minutos, una decena de patrullas tomó el núcleo de Los Asperones.
Los agentes lograron identificar al menos a media docena de vecinos que supuestamente participaron en la agresión. Tres de ellos fueron detenidos ayer mismo por los presuntos delitos de atentado a agente de la autoridad y daños, este último por los destrozos causados en el vehículo policial camuflado. Entre otros desperfectos, hicieron añicos la luna trasera con una piedra.
Sospechoso identificado
Entre los arrestados no está el sospechoso al que los exaltados consiguieron liberar, aunque está identificado. No obstante, la moto que conducía sí se intervino.
Los tres agentes fueron atendidos en el hospital por las contusiones sufridas durante el motín. No obstante, y a pesar de que uno de ellos recibió una fuerte patada en la cabeza, ninguno resultó herido grave y todos fueron dados de alta a lo largo de la tarde de ayer.
Todo comenzó poco antes de las cuatro de la tarde, cuando los tres policías nacionales acudieron a la primera fase de Los Asperones en busca de un hombre para detenerlo. Una vez allí, se cruzaron con una moto que levantó sus sospechas, y trataron de interceptar al conductor, que emprendió la huida, según ha podido saber SUR.
Los agentes lograron localizar y arrestar al sospechoso. Pero la intervención se complicó. Empezó a aparecer gente por todas partes. Numerosos vecinos -entre los que, según las fuentes consultadas, había mujeres e incluso niños- acorralaron a los funcionarios mientras escoltaban al detenido.
A patadas
La muchedumbre cargó contra los tres policías. Justo en el momento en que iban a introducir al arrestado en el vehículo policial, los amotinados se lo arrebataron de las manos y la emprendieron a golpes con los agentes, a los que llegaron a tirar al suelo.
Para evitar un linchamiento, uno de los policías sacó su arma reglamentaria y efectuó varios disparos intimidatorios al aire, con los que consiguió dispersar al gentío que se le había venido encima, y pudo pedir refuerzos. En sólo unos minutos, una decena de patrullas tomó el núcleo de Los Asperones.
Los agentes lograron identificar al menos a media docena de vecinos que supuestamente participaron en la agresión. Tres de ellos fueron detenidos ayer mismo por los presuntos delitos de atentado a agente de la autoridad y daños, este último por los destrozos causados en el vehículo policial camuflado. Entre otros desperfectos, hicieron añicos la luna trasera con una piedra.
Sospechoso identificado
Entre los arrestados no está el sospechoso al que los exaltados consiguieron liberar, aunque está identificado. No obstante, la moto que conducía sí se intervino.
Los tres agentes fueron atendidos en el hospital por las contusiones sufridas durante el motín. No obstante, y a pesar de que uno de ellos recibió una fuerte patada en la cabeza, ninguno resultó herido grave y todos fueron dados de alta a lo largo de la tarde de ayer.