La afición rejuvenece, logra captar a féminas y foráneos, y se moviliza para cualquier acto de la entidad El apoyo al conjunto de La Rosaleda alcanza un techo histórico al tiempo que el club inicia su proyecto más ambicioso
«Cuando un socio malaguista se echaba novia el club perdía un abonado; ahora, en cambio, lo gana». La sabia reflexión del veterano periodista Juan Cortés resume de alguna manera la fiebre malaguista, que ha alcanzado a un público cada vez más joven y femenino y seduce a las colonias de foráneos de la Costa del Sol. No es una exageración afirmar que la masa de seguidores ha alcanzado un techo histórico después de décadas presididas por los sinsabores. Se palpa en el ambiente y se aprecia en aspectos cuantificables. Basta contemplar la evolución de la cifra de abonados de los últimos años, la ocupación media del estadio esta campaña o la expectación que levanta cualquier acto: quince mil personas se movilizaron en la presentación de las nuevas equipaciones; diez mil en la de Van Nistelrooy, y más de tres mil en una mañana de compras en enero para ver a Baptista.
El núcleo duro de la afición, esa masa invariable de estoicos incondicionales que soportó el páramo malaguista en Tercera División, que viajó a campos de tierra incluso, ha crecido. Los más críticos recurren a ese argumento para cuestionar que en Málaga el público solo se suma a la ola creciente. El ambicioso proyecto del jeque Abdullah Al-Thani y la llegada de estrellas justifican este argumento, pero sería demasiado reduccionista. A día de hoy es una realidad que el malaguismo está de moda. El alarde se aprecia a diario: el repartidor que viste con orgullo la camiseta, la conversación en la cola del supermercado, o en una reunión de amigos.
La conquista de Ronda
Miguel Molina, el presidente de la Federación de Peñas del Málaga, se siente orgulloso de haber desembarcado en una plaza difícil como Ronda, proclive al sevillismo por proximidad geográfica. Ahora ya se ha creado la Peña Malaguista Ciudad del Tajo, con componentes que 'bajan' a Málaga a cada partido, lo que requiere un esfuerzo. Son ya veinticuatro las peñas federadas, más una decena más (dos de Nerja, de Torrox, Riogordo, Benalmádena o Álora, entre otras) que siguen los trámites administrativos para incorporarse a este ente.
Resulta hasta cierto punto una paradoja que dos temporadas agónicas en la élite hayan desembocado en el momento de mayor ilusión en el seno del malaguismo. Como admite el exdirigente del Málaga Eduardo Padilla, «esto no se podía prever». «La afición está de diez, ha cambiado a mejor», suscribe con un deje de amargura el expresidente Fernando Puche, al que le hubiera gustado ver las gradas mas repletas cuando el Málaga jugaba la desaparecida Copa de la UEFA.
Si bien se puede argumentar que históricamente hubo otras coyunturas de euforia en el seno del malaguismo, no hay parangón con el presente, como se encarga de recordar el entrenador Fernando Rosas: «Quizás cuando llegó Juanito, o en aquellas tres temporadas seguidas de los ochenta en Primera con muchos canteranos, pero nada como ahora».
«La afición que tiene el Málaga Club de Fútbol no la he conocido en el Club Deportivo Málaga», sentencia en la misma línea Juan Cortés, que suele incidir en el detalle de que el Málaga en las últimas temporadas ha regalado un porcentaje demasiado elevado de puntos en La Rosaleda, lo que no le ha acarreado un divorcio con su 'parroquia'.
El consejero consultivo del Málaga Francisco Martín Aguilar parece estar viviendo un sueño, después de décadas en la directiva del club. Por ello afirma sin ambages: «En 25 años en el Málaga no había visto nada igual». «Los acontecimientos que nos está tocando vivir -continúa- y el modo personal de organizar las cosas de Abdullah (Ghubn, vicepresidente de la entidad) están generando un entusiasmo sin parangón. Veo que se está incorporando mucha juventud y se está convirtiendo en imprescindible en las gradas. No se han desanimado nunca, como si fuera una afición experta. Incluso, no ha acabado cansada la temporada y ya está deseando que esto empiece de nuevo».
Martín Aguilar alude al que quizás es ya el sector más numeroso de la afición. Pero, al amparo de nombres propios como Pellegrini, Demichelis, Caballero, Duda, Apoño, Weligton, Baptista o Van Nistelrooy, los más pequeños también empiezan a garantizar el relevo para muchos años.
Hace un tiempo también que las gradas tienen un gran foco de animación como nunca se vio en el estadio de Martiricos. La denominada 'curva' de Malaka Hinchas. La parte superior de la esquina que une Preferencia con Gol es una algarabía en cada encuentro, con cánticos sincronizados, excepcionales tifos y un apoyo a prueba de bombas que se ha ganado la participación de los 'guiris' aficionados al fútbol. De modo que el Málaga tiene un amplio aliento cerca de cualquiera de las dos porterías, porque en Fondo permanece el Frente Bokerón.
Madura e ilusionada
¿Y de qué forma ha madurado la afición? «Ya no es tan madridista o 'culé'. Los goles de estos equipos aún se celebran, pero menos», afirma Miguel Molina. De alguna forma ha de sentirse que el Málaga ha jugado en Primera División en diez de las doce últimas temporadas. Todo hace pensar, además, que podría estar ante el ciclo más largo en la élite, que hasta ahora es de siete campañas.
«Nos merecemos el dulce de empezar bien la temporada y ver hasta dónde podemos llegar», afirma Daniel Alcover, un socio simpatizante de Malaka Hinchas y con amplia experiencia en la gestión de un club deportivo. No en vano, ahí está su trabajo en el Club Bádminton Benalmádena. «Cuando era pequeño, nunca me imaginé que en el baloncesto se podían ganar títulos, y se logró; ahora parece que es el turno del fútbol», reconoce José Carlos Bustamante, presidente de la Peña Universitaria Malaguista, sin duda una de las más activas. La comparación entre el Málaga y el Unicaja no parece ir descaminada.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2011-06-05/fiebre-malaguista-20110605.html