Málaga Cf
Una ilusión para la ciudad, un máster para el jeque
El Málaga de Al-Thani afrontará la próxima temporada con más ambición que nunca tras una primera experiencia saldada con éxito pese a empezar con mal pie por la fallida elección de Jesualdo Ferreira
J. L. M. / Málaga | Actualizado 25.05.2011 - 05:02
El jeque Al-Thani, acompañado por Fernando Sanz, en su presentación en sociedad como nuevo propietario del Málaga el pasado verano.
De un día para otro se reveló un secreto que Fernando Sanz llevaba protegiendo en sigilo incluso de alguno de sus familiares más directos: estaba tratando con un desconocido y multimillonario jeque para la venta del Málaga CF. La experiencia, inédita en la historia de la ciudad, levantaba tantas suspicacias como ilusión. Después de su primer año en el fútbol, Al-Thani sigue siendo a grandes rasgos una persona desconocida, pero su proyecto con el Málaga ya está más que desembaulado. La ciudad alberga más expectante que nunca un equipo grande, europeo y ambicioso. Y el dirigente catarí empieza a tomar conciencia del particular mundo que es la empresa futbolística.
Llegó como el primer inversor extranjero de la historia de la Liga y hoy es el primero de tres tras la irrupción invernal de Ali Syed y la que viene en el Getafe con la entrada de otro jeque, el dubaití Butti Al-Maktourn. Su primera temporada se salda sin cumplir el objetivo que se había propuesto, acabar entre los diez primeros (aunque simbólicamente sí lo logró, viendo el fútbol desplegado en los últimos dos meses de competición), pero dejando claro su sueño de colocar al Málaga entre los clubes más selectos de la Liga. Sólo en su ópera prima se ha dejado en torno a 50 millones de euros en fichajes, más todos los arreglos en el césped, hoy en día impoluto, reforma de La Rosaleda, acondicionamiento del estadio Ciudad de Málaga, sueldos de sus entrenadores e indemnizaciones de futbolistas.
En un primer momento, pareció más pendiente de los negocios personales que busca en España que del propio equipo. En un tiempo casi récord, se reunió con los representantes de las instituciones (Junta de Andalucía, Diputación y Ayuntamiento), el lehendakari Patxi López o la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz. Con ella fraguó su primera gran obra al margen del fútbol: la reforma del Puerto de La Bajadilla de Marbella. Hace escasos días se le confirmó a la empresa del jeque, la Nasir Bin Abdullah & Sons, en colaboración con el ayuntamiento local, la victoria en el concurso de empresas. Por un montante de 84 millones de euros, durante cuatro años proyectará la ampliación de dichas instalaciones. Ayer fue presentado el proyecto, obra de José Seguí.
Apenas se dejó ver por Málaga y los estadios patrios. Casi confinado en una suite del hotel Málaga Palacio y prácticamente inaccesible, llegó en julio para tener un primer contacto con la entidad y los trabajadores de La Rosaleda y se marchó para no regresar hasta el inicio de la competición. Presenció en directo los partidos ante Sevilla, Villarreal y Real Madrid, en Martiricos, y Getafe y Almería a domicilio. Y el próximo 1 de junio, para firmar el acuerdo de colaboración con la Unesco, reaparecerá en la Costa del Sol ocho meses después.
Sus ausencias permitieron descubrir al auténtico brazo ejecutor de la entidad, Abdullah Ghubn, secretario del jeque y vicepresidente y consejero delegado del Málaga. En un principio, el jordano también tenía previsto ausentarse pronto, pero el conflicto surgido con Yasmin Al-Sahoud, despedida como directora general por desavenencias, le obligó afrontar intensamente el verano de oficinas. Al dictado de Jesualdo Ferreira, entrenador con libertad plena en la dirección deportiva, fue comprobando de primera mano las particularidades de la compraventa de futbolistas. Poniéndose las pilas a marchas forzadas e intentando involucrarse en la gente y costumbres de la ciudad, como hizo acudiendo a la feria pese a su coincidencia con el Ramadán.
El momento cumbre de la temporada no llegó hasta la octava jornada, cuando hubo que tomar la determinación de despedir a Jesualdo Ferreira y buscar un sustituto que no hiciera peligrar el proyecto con un indeseado descenso. El propio Ghubn, con plenos poderes del jeque, reaccionó a la sangría de resultados (cinco derrotas seguidas en casa) bajando al vestuario de La Rosaleda tras la derrota ante la Real Sociedad (1-2) y recabando opiniones de todos sus miembros sobre lo que estaba pasando. Esa misma noche decidió interrumpir su contrato o, lo que es lo mismo, reconoció que Al-Thani y él se habían equivocado cuando en verano asumieron la decisión de fichar al encargado de liderar el proyecto en el banquillo sin asesoramiento externo. Se rehicieron de su error oyendo las voces de sus consejeros, quienes les recomendaron que apostaran por un hombre del perfil del luso pero con experiencia en España. De ahí la contratación de Manuel Pellegrini.
Ghubn dejó hacer al chileno y se volvió para marchar a manejar las otras empresas que lleva en los Emiratos Árabes. Con una vista fugaz obligatoria para oficiar la Junta General de Accionistas, se volvió a ir otros tres meses, que coincidieron con los peores momentos de la temporada. Su regreso en marzo, justo tras una derrota inopinada ante Osasuna (0-1, jornada 23), descubrió un talismán para el equipo. Se cerró en el vestuario con la plantilla, a la que arengó y comunicó un jugoso sistema de primas, organizó un par de almuerzos de confraternización, no se perdió ni un entrenamiento del equipo y, curiosidad o no, el Málaga retomó el vuelo clasificatorio. Paralelamente, todo siempre con el beneplácito del jeque, siguió reordenando la estructura del club, en la que se fueron produciendo nuevos nombramientos como el de Jesús Nuño, nuevo responsable en materia jurídica, Manuel Novo, director financiero; Manel Casanovas, responsable de la cantera, o el último en llegar, Vicente de Pablo, quien suple a José María Arrabal en la dirección de marketing.
La segunda temporada debe descubrir un Málaga más ambicioso y que no se pone límites a la hora de configurar su nueva plantilla para el asalto a Europa. Los nombres que han trascendido ya dan fe de ello. La Ciudad Deportiva, de la que tanto se habló y poco se hizo durante la temporada, debe confirmar ese salto de calidad. Ya el mes que viene puede ponerse la primera piedra de un megaproyecto en lo deportivo y lo empresarial (hoteles, centro comercial, zonas de ocio) que apunta a ser ubicado en el Arraijanal, aunque este extremo aún no está confirmado de forma oficial.