Por fin terminaron los partidos entre el Real Madrid y el Barcelona, denominados por no sé quién clásicos y ahora nos centramos en la lucha por Europa y el descenso. Tanto defraudaron, por juego y otras actitudes los enfrentamientos entre estos dos equipos, que los aficionados que no son de estos dos clubes lanzaron un suspiro para que todo vuelva a la normalidad. La gente en Málaga como en otras ciudades está harta de escuchar y leer siempre lo mismo. Quieren información de sus respectivos equipos y que se les presté más atención, sobre todo a nivel nacional, y más por lo que se están jugando. El Málaga se juega la permanencia. Está a un paso, pero falta lo más difícil. Nadie sabe cuántos puntos van a hacer falta para seguir en Primera División. Unos dicen 42, otros 43, algunos 44 y los más osados 45. Al conjunto malaguista le restan tres para llegar a los 42, pero para estar más tranquilo, cuatro para los cuarenta y tres de marras, que posiblemente sean la barrera.

El Málaga lo puede conseguir, porque es un equipo unido, comprometido, en estos momentos con gol y que vive en un estado de ilusión y alegría. El partido frente al Atlético de Madrid puede ser primordial, aunque ambos equipos se juegan mucho. La temporada pasada el Málaga le endosó un 0-2 justo, y los atléticos querrán venganza deportiva. Confío en Baptista, Rondón, Seba Fernández, Duda, Apoño, Recio, Gámez, Demichelis, Kris Stadsgaard, Eliseu, Caballero, presumible once inicial, y en los demás. El Málaga es un sentimiento. Volveré.