La alargada sombra de la crisis, unida a la acusada subida de precios que han experimentado las cajetillas de tabaco (cuyas tarifas rebasan ya las seiscientas pesetas de las de antes) constituye un cóctel explosivo para el contrabando; una actividad ilícita que, como confirman estanqueros y Cuerpos de Seguridad del Estado, ha reaparecido con fuerza en el mapa provincial. El porcentaje que maneja el gremio es, según su propia definición, «atroz»: «Uno de cada cinco paquetes que se consume actualmente procede de este mercado ilegal, lo cual es una auténtica barbaridad», denuncia el representante local de los vendedores, Mario Espejo.
A su juicio, la debilitada situación económica y la cercanía con Gibraltar -considerado como uno de los pasos más frecuentes de esta mercancía- son los ingredientes que han vuelto a convertir a Málaga en uno de los principales puntos calientes de España de este negocio, que se expande como la pólvora desde el pasado verano. «Si en el conjunto nacional estamos en niveles que rondan el 8% en la provincia el porcentaje se dispara al 20%, una tasa que no se daba desde la peor época de los años noventa», añade Espejo.
A tenor del relato de los Cuerpos de Seguridad del Estado, quioscos, bazares chinos y establecimientos no autorizados son los puntos de distribución más habituales del tabaco de contrabando. Su principal aliciente es el precio. Así, mientras cualquier cajetilla de curso legal se aproxima ya a los cuatro euros, en el mercado negro el coste rara vez supera los dos. «Al Ministerio de Hacienda se le fue la mano en diciembre con la última subida y como a la gente no le llega la capacidad adquisitiva se está refugiando en esta alternativa que causa pérdidas millonarias no solo a nuestro gremio, también al propio Estado que deja de ingresar ingentes cantidades en concepto de impuestos», explica el presidente de los estanqueros malagueños.
Al respecto, la propia estadística publicada por el Comisionado del Mercado de Tabacos (CMT) revela que en los dos primeros meses de 2011 la venta de cigarrillos se redujo en Málaga un 33,6%. Es cierto que el periodo analizado coincide con la entrada en vigor de la nueva Ley Antitabaco que prohibe fumar en los recintos públicos cerrados. Sin embargo, el sector matiza que la nueva normativa solo les ha restado en torno a un 10% de clientela. «Al resto -comenta Espejo- la hemos perdido por culpa del contrabando y del auge de la picadura de liar que es mucho más barata», sentencia.
De Gibraltar y las Islas Canarias
Junta a Gibraltar, las Islas Canarias son el principal origen de esta mercancía ilícita. En este segundo caso, las cajetillas llegan por vía aérea por la puerta de entrada del aeropuerto. La Guardia Civil constata que esta actividad se ha intensificado en los últimos meses en el aeródromo malagueño. De hecho, cada mes realizan como mínimo dos o tres intervenciones. Tras ellas están las ansias de obtener dinero rápido. «En Canarias los precios son mucho más bajos, por lo que se sacan el triple vendiendo la mercancía en la provincia. Allí pagan mil euros y aquí obtienen tres mil», sostienen las fuentes consultadas.
Las maletas facturadas son el vehículo más habitual de estos paquetes. Los contrabandistas las llenan de cartones y cruzan los dedos para que el delito pase desapercibido a ojos del escáner, donde suelen detectarse por su forma característica. Una vez pillados, la excusa siempre es la misma: que son para una fiesta o que hay un comprador. Los agentes recuerdan una operación reciente en la que interceptaron veinte mil cajetillas a un grupo de viajeros de un mismo vuelo. El récord, por reincidencia, lo tiene un hombre que fue sorprendido cinco veces en un año procedente de Tenerife. En todas las ocasiones argumentó que el tabaco era para la boda de un familiar.
Sus protagonistas
¿Pero quiénes están detrás del contrabando? Las fuentes consultadas matizan que sus protagonistas son muy variopintos. Hay desde españoles a ciudadanos procedentes de países del Este e incluso de China. Sobre estos últimos, Mario Espejo muestra su preocupación por el aumento de la circulación de falsificaciones procedentes de fábricas asiáticas. «Estos cigarros nos inquietan aún más dado que no sabemos ni su composición».
El responsable de la Unidad de tabaquismo del Centro Provincial de Prevención de la Asociación Española Contra el Cáncer, Salvador Oña, no descarta en este sentido que este tipo de tabaco contenga más nicotina «para hacerlos más adictivos», y más niveles de amoniaco y acetona. Ante el avance del contrabando y las estimaciones de los estanqueros de que ya acapara el 20% del mercado, este experto subraya que la situación es «tan extremadamente grave como para que se denuncie ante las autoridades sanitarias». «Hay que poner coto a este tráfico ilícito», agrega.
Sin embargo, el gremio se queja de que mientras se agrava el problema, el Gobierno plantea un cambio de legislación según el cual no se consideraría delito si la mercancía no supera un valor de 20.000 euros, cuando actualmente la cifra alcanza los 6.000 euros. «Esto supondría una práctica despenalización del contrabando de tabaco», denuncian.

Es normal,tal y como este el precio de las cajetillas,es lo mas normal que haya contrabando.

Y más que habrá