La sorpresa llega, en el mejor de los casos, al consultar la cuenta corriente. En el peor, el conductor se entera de que está circulando con el saldo de puntos agotado al ser requerido por la Guardia Civil en un control rutinario o tras cometer una infracción, lo que supone incurrir en un delito del que ni siquiera era consciente. Aunque parezca inverosímil, Automovilistas Europeos Asociados (AEA) asegura que esta estampa es demasiado habitual. Así, según denuncian, la tardanza de la Dirección General de Tráfico (DGT) en trasladar las sanciones hace que miles de personas se pongan al volante con el permiso invalidado sin saberlo. A tenor de los cálculos de la organización, en España habría unos 400.000 usuarios en esta situación, 12.000 de ellos en Málaga.
Mario Arnaldo, presidente de AEA, explica que dicha estimación parte del dato de la DGT, que afirma tramitar unos quince millones de procedimientos sancionadores cada año. «Ello implica que en los cuatro años del carné por puntos se habrían contabilizado unos sesenta millones de los que calculamos que en torno a un 10% acarrean pérdida de puntos -unos seis millones de expedientes- y, de ellos, por lo que nos consta un 40% tienen problemas con las notificaciones. Hecha esta criba nos quedan 2,4 millones de automovilistas, de los que uno de cada seis por nuestras estadísticas son multireincidentes y estarían circulando pues con el permiso sin vigencia».
Comunicaciones en el acto
Como ha analizado AEA son varias las cuestiones que requieren de una modificación para reforzar las garantías del usuario y evitar que se produzcan este tipo de situaciones que, además, le restan posibilidades de defensa. Entre ellas, Arnaldo pide que se incrementen las notificaciones en el mismo acto, a pie de carretera, «como recoge la normativa general».
Al respecto, aporta un dato extraído de una reciente respuesta parlamentaria: de los 13,3 millones de denuncias interpuestas entre 2008 y 2010, el 84% se pusieron sin parada. Es decir, al conductor le llegó la sanción a posteriori de haberla cometido, «lo que además dificulta la identificación del conductor, una de las multas que resulta más rentable para las arcas de la DGT, ya que aporta el 18,9% de la recaudación», ilustra.
Pero este no es el único escollo. El presidente de AEA pone sobre la mesa una realidad investigada por el propio Defensor del Pueblo a raíz de la denuncia de un afectado al que no le llegaban los avisos de Tráfico. «Resulta que muchas cartas no llegan nunca a su destinatario dada las limitaciones del campo informático de la base de datos de la DGT, que solo admite 26 caracteres para recoger el domicilio», dice.
Desde este año la DGT facilita la consulta de las multas a través de Testra, un tablón de edictos virtual. Sin embargo, Arnaldo recuerda que no todos los ciudadanos manejan Internet ni saben utilizar adecuadamente este registro.
Mario Arnaldo, presidente de AEA, explica que dicha estimación parte del dato de la DGT, que afirma tramitar unos quince millones de procedimientos sancionadores cada año. «Ello implica que en los cuatro años del carné por puntos se habrían contabilizado unos sesenta millones de los que calculamos que en torno a un 10% acarrean pérdida de puntos -unos seis millones de expedientes- y, de ellos, por lo que nos consta un 40% tienen problemas con las notificaciones. Hecha esta criba nos quedan 2,4 millones de automovilistas, de los que uno de cada seis por nuestras estadísticas son multireincidentes y estarían circulando pues con el permiso sin vigencia».
Comunicaciones en el acto
Como ha analizado AEA son varias las cuestiones que requieren de una modificación para reforzar las garantías del usuario y evitar que se produzcan este tipo de situaciones que, además, le restan posibilidades de defensa. Entre ellas, Arnaldo pide que se incrementen las notificaciones en el mismo acto, a pie de carretera, «como recoge la normativa general».
Al respecto, aporta un dato extraído de una reciente respuesta parlamentaria: de los 13,3 millones de denuncias interpuestas entre 2008 y 2010, el 84% se pusieron sin parada. Es decir, al conductor le llegó la sanción a posteriori de haberla cometido, «lo que además dificulta la identificación del conductor, una de las multas que resulta más rentable para las arcas de la DGT, ya que aporta el 18,9% de la recaudación», ilustra.
Pero este no es el único escollo. El presidente de AEA pone sobre la mesa una realidad investigada por el propio Defensor del Pueblo a raíz de la denuncia de un afectado al que no le llegaban los avisos de Tráfico. «Resulta que muchas cartas no llegan nunca a su destinatario dada las limitaciones del campo informático de la base de datos de la DGT, que solo admite 26 caracteres para recoger el domicilio», dice.
Desde este año la DGT facilita la consulta de las multas a través de Testra, un tablón de edictos virtual. Sin embargo, Arnaldo recuerda que no todos los ciudadanos manejan Internet ni saben utilizar adecuadamente este registro.