Otros no permiten que a los adolescentes se les vea la ropa interior o la barriga, y que lleven gorra dentro de las instalaciones.
Los centros prohíben que los alumnos vayan a clase con el atuendo para dormir
Cuando La Martirio puso de moda su desternillante tema con 'el chándal y los tacones, arreglá pero informá', fiel retrato , por otra parte, de un atuendo propio de la época, no pensó nunca que la realidad que ella describía a la perfección en este tema iba a verse superada por la moda postrera y que Madonna, con su chándal Dolce & Gabbana y sus tacones Manolo Blahnik, iba a dar el trastre con su canción de los años 80.
Pero la primera década del siglo XXI en Málaga ha dado pie a una nueva lucha que, a lo mejor, dentro de poco suscribe algún vocalista en 'Youtube'. Los directores de algunos institutos de la capital han prohibido expresamente a sus alumnos que acudan al centro con sus galas para dormir, es decir con sus pijamas. «Bueno, se me ha dado el caso hasta de que una madre viniese a hablar conmigo en bata, y he tenido que pedirle expresamente que se vistiese para volver al instituto, ya que las normas impedían entrar así al centro», según explicó a este periódico la responsable de uno de los institutos de la zona de Ciudad Jardín, donde también iban con este atuendo los alumnos hasta que se prohibió.
Para indagar mejor en este asunto de 'pyjama party', pero de día, habría que conocer que la última moda en algunos barrios es la de que los adolescentes se compren la vestimenta propia para abrazar los sueños de Morfeo con dos fines: uno, para el objetivo tradicional, es decir para entrar en la cama; y el segundo, para pasear por la calle, con bata incluida, y zapatillas a juego. Los motivos: el 'Patito feo' (serie sudamericana sobre un instituto), la gatita 'Hello Kitty', Hannah Montana o similares. De hecho, la propia Miley Cirus escogió varias veces alguno de sus pantalones del pijama para salir a la calle combinado con otras piezas.
Pero, volviendo a Málaga el estilismo culmina con las babuchas de toda la vida, que si son rosa y con pelitos, mucho mejor. Una imagen cada vez más habitual en algunos centros comerciales.
Pues bien, este atuendo de andar por casa, que ya ha tenido seguidores entre los modistos hace dos años en las propias pasarelas, eso sí con poco eco en la calle, ya no será el caballo de batalla de algunos institutos malagueños ya que, acogidos a la potestad que les permite el Reglamento Orgánico de Centros (ROC), pueden prohibir ciertas indumentarias conforme a las normas de organización, convivencia y disciplina del centro.
Otros institutos consultados, como por ejemplo Sierra Bermeja han optado por prohibir que los adolescentes enseñen su ropa interior, otra moda imperante actualmente entre los jóvenes. «Ni ellas pueden mostrar por encima de los pantalones los tangas o bragas ni ellos pueden dejar ver sus calzoncillos», según explica su directora María Paz Cots, quien también añade que está prohibido que a los jóvenes se les vea la barriga. «A veces me veo por los pasillos, indicándoles a los niños que se suban los pantalones; hay ciertas normas de convivencia que se deben cumplir», subraya la directora.
En este instituto y también en otros como en Torrijos o Miraflores de los Ángeles no está permitido entrar con gorra o llevar bañadores (como si fuesen pantalones cortos en el caso de los adolescentes) y en la mayoría de los consultados tampoco se puede ir con chanclas, aunque en el caso de las féminas, sí que pueden hacerlo con sandalias. Es más, en algunos como Puerta Oscura están pensando ya en elaborar una serie de normas sobre la vestimenta adecuada cara al verano para evitar que los adolescentes y no tan adolescentes se crean que se visten para ir a la playa.
http://www.diariosur.es/v/20110317/malaga/guerra-pijamas-instituto-20110317.html