La labor de Muñiz y Tapia ha sido clave para apaciguar el fuerte genio de Apoño y hacerlo madurar tácticamente hasta ser uno de los jugadores de moda de la Liga
De no haberse cruzado Muñiz en el destino de Antonio Galdeano 'Apoño', quizás hubiera sido uno más de los talentos emergentes del fútbol provincial que se diluyen como azucarillos hasta abandonar el sueño de ser profesional. Sin embargo, los caminos del centrocampista malagueño y el técnico gijonés se unieron en el Marbella y desde entonces la cotización del jugador ha subido como la espuma. En apenas dos años, con apenas treinta partidos en Segunda y menos de veinte en Primera, es uno de los hombres de moda en la Liga y tiene numerosos clubes pendientes de su evolución.
Para ello Apoño ha reconducido su carácter. Más bien, se lo han apaciguado. En este sentido, Antonio Tapia ha seguido con maestría el camino que inició Muñiz. Bien asesorado, el medio centro ha madurado tácticamente en su juego. «Todo lo que se le dice se le queda grabado», comenta uno de las personas del club.
Sólo de esta manera un jugador que tuvo este verano pie y medio en el Alavés, en una operación de intercambio con Astudillo, ha podido crecer de la forma en que lo ha hecho. La realidad es que el mismo Antonio Tapia es uno de los primeros sorprendidos y ni en la más optimista de las previsiones podía creer que su juego alcanzaría este nivel tan pronto. Lo más inteligente parecía una cesión, pero el destino ha deparado la curiosidad de que el argentino del cuadro vitoriano ha dejado de ser titular en Segunda, y Apoño, que no comenzó la Liga siéndolo, es ya uno de los hombres de moda en la élite.
La clave ha sido saber encauzar ese fuerte carácter de Apoño y su ansia de prosperar. Quería llegar a Primera en un santiamén, cuentan sus más cercanos. «La temporada anterior jugaba más para el público. Quería hacerlo todo, y ahora he aprendido a correr», reconocía el futbolista en una entrevista reciente. Los que lo han visto jugar en Segunda B, Segunda y Primera admiten: «Ha dejado de jugar al doscientos por ciento». Domina mejor los tiempos del partido. Quedan olvidadas carencias de su juego, como dos pérdidas de balón que condujeron al desastre en el terrible 4-6 del Hércules de la temporada anterior. Hoy es un jugador más preciso en los envíos y es clave la influencia de Sandro, uno de las personas que con más frecuencia le ofrece consejos.
Jugador completo
Apoño es ahora un jugador que establece jerarquía en el juego. Como muy pocos medios centro actuales combina la labor sacrificada en la zona con la visión de juego que lo habilita para ofrecer pases al espacio a los jugadores de ataque. A todo ello le suma una gran capacidad realizadora, que siempre tuvo en su carrera. Seis goles en Primera, en la campaña de su estreno, más allá del dato de que cinco fueran de penalti -algunos, en situación de mucha exigencia-, no son una cifra baladí.
Hasta hace unos meses Apoño era un futbolista difícil de domeñar. En dos ocasiones abandonó equipos por enfrentamientos personales con el entrenador. Sucedió en su etapa de juvenil, con el técnico que hizo campeón de Liga al Málaga, Manuel Fernández, y ya en el Marbella, en Segunda B, con Antolín Gonzalo.
Fue Paco Camacho el entrenador que se lo llevó al San Pedro en la temporada 2003-04. Desde entonces, cuando hizo su debut en categoría nacional, acumula la friolera de cuatro expulsiones y treinta y tres amarillas. Su capacidad de autocontrol es aún un aspecto en el que puede progresar, así como el bagaje que le ha de dar el necesario rodaje en la máxima categoría. Pero de lo que no cabe duda es de que, de seguir ofreciendo este rendimiento, cuando acabe la campaña va a tener numerosas ofertas importantes. Entonces le tocará al Málaga evaluar si el montante compensa para permitir el traspaso o si se ha de convertir al jugador asentado en La Palmilla en uno de los pilares de su proyecto.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-01-27/caracter-reconducido-20090127.html
De no haberse cruzado Muñiz en el destino de Antonio Galdeano 'Apoño', quizás hubiera sido uno más de los talentos emergentes del fútbol provincial que se diluyen como azucarillos hasta abandonar el sueño de ser profesional. Sin embargo, los caminos del centrocampista malagueño y el técnico gijonés se unieron en el Marbella y desde entonces la cotización del jugador ha subido como la espuma. En apenas dos años, con apenas treinta partidos en Segunda y menos de veinte en Primera, es uno de los hombres de moda en la Liga y tiene numerosos clubes pendientes de su evolución.
Para ello Apoño ha reconducido su carácter. Más bien, se lo han apaciguado. En este sentido, Antonio Tapia ha seguido con maestría el camino que inició Muñiz. Bien asesorado, el medio centro ha madurado tácticamente en su juego. «Todo lo que se le dice se le queda grabado», comenta uno de las personas del club.
Sólo de esta manera un jugador que tuvo este verano pie y medio en el Alavés, en una operación de intercambio con Astudillo, ha podido crecer de la forma en que lo ha hecho. La realidad es que el mismo Antonio Tapia es uno de los primeros sorprendidos y ni en la más optimista de las previsiones podía creer que su juego alcanzaría este nivel tan pronto. Lo más inteligente parecía una cesión, pero el destino ha deparado la curiosidad de que el argentino del cuadro vitoriano ha dejado de ser titular en Segunda, y Apoño, que no comenzó la Liga siéndolo, es ya uno de los hombres de moda en la élite.
La clave ha sido saber encauzar ese fuerte carácter de Apoño y su ansia de prosperar. Quería llegar a Primera en un santiamén, cuentan sus más cercanos. «La temporada anterior jugaba más para el público. Quería hacerlo todo, y ahora he aprendido a correr», reconocía el futbolista en una entrevista reciente. Los que lo han visto jugar en Segunda B, Segunda y Primera admiten: «Ha dejado de jugar al doscientos por ciento». Domina mejor los tiempos del partido. Quedan olvidadas carencias de su juego, como dos pérdidas de balón que condujeron al desastre en el terrible 4-6 del Hércules de la temporada anterior. Hoy es un jugador más preciso en los envíos y es clave la influencia de Sandro, uno de las personas que con más frecuencia le ofrece consejos.
Jugador completo
Apoño es ahora un jugador que establece jerarquía en el juego. Como muy pocos medios centro actuales combina la labor sacrificada en la zona con la visión de juego que lo habilita para ofrecer pases al espacio a los jugadores de ataque. A todo ello le suma una gran capacidad realizadora, que siempre tuvo en su carrera. Seis goles en Primera, en la campaña de su estreno, más allá del dato de que cinco fueran de penalti -algunos, en situación de mucha exigencia-, no son una cifra baladí.
Hasta hace unos meses Apoño era un futbolista difícil de domeñar. En dos ocasiones abandonó equipos por enfrentamientos personales con el entrenador. Sucedió en su etapa de juvenil, con el técnico que hizo campeón de Liga al Málaga, Manuel Fernández, y ya en el Marbella, en Segunda B, con Antolín Gonzalo.
Fue Paco Camacho el entrenador que se lo llevó al San Pedro en la temporada 2003-04. Desde entonces, cuando hizo su debut en categoría nacional, acumula la friolera de cuatro expulsiones y treinta y tres amarillas. Su capacidad de autocontrol es aún un aspecto en el que puede progresar, así como el bagaje que le ha de dar el necesario rodaje en la máxima categoría. Pero de lo que no cabe duda es de que, de seguir ofreciendo este rendimiento, cuando acabe la campaña va a tener numerosas ofertas importantes. Entonces le tocará al Málaga evaluar si el montante compensa para permitir el traspaso o si se ha de convertir al jugador asentado en La Palmilla en uno de los pilares de su proyecto.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-01-27/caracter-reconducido-20090127.html