El cazatalentos cobraba entre 150 y 300 euros por la asistencia de los jugadores a estadías ficticias.
La Policía Nacional detuvo el pasado 19 de febrero en la capital de la Costa del Sol a un falso agente de futbolistas que ofrecía contactos ficticios a jóvenes jugadores de la provincia con grandes clubes europeos a cambio de sumas que iban de los 150 a los 300 euros, informaron fuentes judiciales a La Opinión de Málaga. Lo cierto es que ni las estadías ni los acuerdos informales con esos equipos para poner a prueba a los deportistas adolescentes llegaban a materializarse.
Tras declarar ante el juzgado de guardia de la capital, quedó en libertad con cargos por un presunto delito de estafa, aunque no se le impuso ninguna medida cautelar, salvo la de comparecer a presencia judicial cuando se le requiera por el instructor.
Estuvo representado por el penalista Javier Arias González, quien explicó a este periódico que actualmente están proliferando «los negocios jurídicos criminalizados», es decir, la transacciones que estarían a medio camino entre el Derecho Penal y el Civil y que consisten en contratos que, una vez satisfechas las sumas, generalmente pequeñas, no son cumplidos por quien presta el servicio. Esta parte sabía desde un principio que no iba a poder colmar las aspiraciones del contratante en el caso de este tipo de negocios, apunta el jurista.
En este asunto concreto, el falso agente se ponía en contacto con los padres de los jugadores, y les pedía diversas cantidades con la promesa de introducirlos en el mercado futbolístico europeo y en la órbita de grandes clubes.
También les aseguraba que podrían asistir a estadías y pruebas organizadas por clubes punteros que no se llevaban después a cabo. Un gran equipo griego de Primera División servía, según los investigadores del Grupo de Fraudes de la Policía Nacional, como tapadera. Era, en principio, el conjunto que debía organizar el clinic.
El agente de futbolistas responde a las iniciales de F. V. M., y su detención se produjo como consecuencia de la denuncia de los padres de los futbolistas, todos ellos menores de edad. Los progenitores se alarmaron ante la falta de noticias sobre su dinero y sobre las pruebas de talento. En principio, hay una decena de chavales afectados.
No pudieron coger el avión
Algunos de ellos, explican las fuentes consultadas, se quedaron en el aeropuerto de Málaga esperando a coger el avión que debía llevarles al país heleno para someterse a las pruebas de talento.
Su modus operandi era simple: ponía anuncios en diversas páginas digitales, de forma que los padres contactaban con él por el móvil inserto en el reclamo publicitario. Incluso, funcionó el boca a boca, muy desarrollado en el fútbol base malagueño.
El arrestado cuenta con antecedentes policiales en Madrid por hechos similares. Las sumas que percibía oscilaban entre los 150 y los 300 euros (algunas alcanzaron los 400 o 500 euros).
Arias, que representa a numerosos empresarios de prestigio en varios procedimientos penales, recordó que su cliente «sí cumplía con lo estipulado», por lo que la reclamación debería dirimirse en la jurisdicción civil, no en la penal.
La propia jurisprudencia, explica el penalista, no tiene clara la línea que separa el delito de la reclamación civil, lo que ocurre es que, a mayor número de afectados, las sumas son más importantes y, en algunos casos, millonarias.
El letrado defensor solicita respeto a la presunción de inocencia de su cliente y afirma que la jurisprudencia está de su parte en este caso. No quiso comentar los detalles concretos de la causa.