La cifra puede subir en caso de llegar algún fichaje, opción descartada en principio, o tener que afrontar otra rescisión
Que el jeque Abdullah Al-Thani y el grupo NAS están volcados con el Málaga está ya fuera de toda duda. Todas las que pudieran flotar en el ambiente desaparecieron en el momento en que en cuestión de 48 horas convencieron al mejor entrenador del mercado, Manuel Pellegrini, para que recalara en un conjunto situado en la zona baja. La llegada del chileno ha traído aparejada una inversión durante las últimas semanas de unos veinte millones en la primera plantilla, cifra que puede incrementarse en varios millones más antes de que concluya febrero.
Esa cifra redonda se queda corta en principio a tenor de las expectativas del club, porque sus dirigentes confían en un excelente rendimiento del central argentino Demichelis para que sea factible ejercer la opción de compra pactada con el Bayern Munich, de otros cuatro millones.
La descomunal inversión del Málaga en las últimas semanas se reparte en tres capítulos: los pagos a los clubes para obtener los derechos de determinados futbolistas, los emolumentos de los incorporados y las cantidades desembolsadas para rescindir los contratos. Paradójicamente, en los dos primeros se puede hablar casi de la misma cifra.
El Málaga se ha gastado 8,5 millones en fichajes -es decir, en jugadores a los que hubo que comprar, sin carta de libertad-, porque en ese cómputo conviene incluir los 4,5 millones que el club abona al River Plate para quedarse en propiedad con el medio punta argentino Buonanotte a partir del 1 de julio. El desglose de los cuatro millones restantes es más o menos conocido por la opinión pública: 2,5 al Roma por Baptista y 1,5 al Atlético de Madrid por Camacho. En los casos de Asenjo y Demichelis llegaron en préstamo sin coste alguno (bastaba con asumir la parte de la ficha correspondiente al último semestre del ejercicio) mientras que Maresca estaba sin equipo. En esta cifra no se incluyen las posibles comisiones a los representantes que están a la orden del día en el mundo del fútbol.
Ghubn ya lo avanzó
Nadie puede discutir que los propietarios del Málaga han dado el visto bueno al desembolso necesario. Conviene recordar que a comienzos de septiembre, precisamente en la rueda de prensa posterior a la destitución de Yasmin Al-Sahoud como directora general, el máximo ejecutivo de NAS y a la sazón vicepresidente y consejero delegado del club, Abdullah Ghubn, ya avanzó que Al-Thani no ponía límites a la inversión durante el mercado de invierno.
Esa manga ancha del jeque en el aspecto económico ha quedado patente no ya en los pagos a los clubes para hacerse con determinados futbolistas, sino en el caché de estos. El nivel de algunos de ellos obliga a afrontar unos emolumentos muy elevados, con lo que se echa por tierra la postura inicial (planteada por Jesualdo Ferreira) de evitar el pago de fichas altas para no provocar una fractura en el vestuario.
La relevancia de varios futbolistas (en particular, los mundialistas Demichelis y Baptista) ha disparado la partida presupuestaria destinada a los sueldos de la primera plantilla. El cálculo de este incremento en la masa salarial no es fácil debido a que se trata de cinco incorporaciones con distintos matices en sus contratos, aunque ronda los nueve millones.
Al margen, resulta obligado añadir en el capítulo de gastos del Málaga en este mercado invernal en torno a otros dos millones, desembolsados para alcanzar un acuerdo de rescisión con Luque y Juanito, cuyo contrato incluía otro año más de duración.
Los aproximadamente veinte millones invertidos hasta el momento -sin contar lógicamente los cuatro de la opción de compra de Demichelis- pueden sufrir un incremento de aquí al lunes, fecha del cierre del mercado. Siempre existe la vía para un último fichaje (aunque desde el pasado lunes es una opción en principio descartada) y no debe descartarse que el club deba afrontar la rescisión de contrato de otro jugador.
Que el jeque Abdullah Al-Thani y el grupo NAS están volcados con el Málaga está ya fuera de toda duda. Todas las que pudieran flotar en el ambiente desaparecieron en el momento en que en cuestión de 48 horas convencieron al mejor entrenador del mercado, Manuel Pellegrini, para que recalara en un conjunto situado en la zona baja. La llegada del chileno ha traído aparejada una inversión durante las últimas semanas de unos veinte millones en la primera plantilla, cifra que puede incrementarse en varios millones más antes de que concluya febrero.
Esa cifra redonda se queda corta en principio a tenor de las expectativas del club, porque sus dirigentes confían en un excelente rendimiento del central argentino Demichelis para que sea factible ejercer la opción de compra pactada con el Bayern Munich, de otros cuatro millones.
La descomunal inversión del Málaga en las últimas semanas se reparte en tres capítulos: los pagos a los clubes para obtener los derechos de determinados futbolistas, los emolumentos de los incorporados y las cantidades desembolsadas para rescindir los contratos. Paradójicamente, en los dos primeros se puede hablar casi de la misma cifra.
El Málaga se ha gastado 8,5 millones en fichajes -es decir, en jugadores a los que hubo que comprar, sin carta de libertad-, porque en ese cómputo conviene incluir los 4,5 millones que el club abona al River Plate para quedarse en propiedad con el medio punta argentino Buonanotte a partir del 1 de julio. El desglose de los cuatro millones restantes es más o menos conocido por la opinión pública: 2,5 al Roma por Baptista y 1,5 al Atlético de Madrid por Camacho. En los casos de Asenjo y Demichelis llegaron en préstamo sin coste alguno (bastaba con asumir la parte de la ficha correspondiente al último semestre del ejercicio) mientras que Maresca estaba sin equipo. En esta cifra no se incluyen las posibles comisiones a los representantes que están a la orden del día en el mundo del fútbol.
Ghubn ya lo avanzó
Nadie puede discutir que los propietarios del Málaga han dado el visto bueno al desembolso necesario. Conviene recordar que a comienzos de septiembre, precisamente en la rueda de prensa posterior a la destitución de Yasmin Al-Sahoud como directora general, el máximo ejecutivo de NAS y a la sazón vicepresidente y consejero delegado del club, Abdullah Ghubn, ya avanzó que Al-Thani no ponía límites a la inversión durante el mercado de invierno.
Esa manga ancha del jeque en el aspecto económico ha quedado patente no ya en los pagos a los clubes para hacerse con determinados futbolistas, sino en el caché de estos. El nivel de algunos de ellos obliga a afrontar unos emolumentos muy elevados, con lo que se echa por tierra la postura inicial (planteada por Jesualdo Ferreira) de evitar el pago de fichas altas para no provocar una fractura en el vestuario.
La relevancia de varios futbolistas (en particular, los mundialistas Demichelis y Baptista) ha disparado la partida presupuestaria destinada a los sueldos de la primera plantilla. El cálculo de este incremento en la masa salarial no es fácil debido a que se trata de cinco incorporaciones con distintos matices en sus contratos, aunque ronda los nueve millones.
Al margen, resulta obligado añadir en el capítulo de gastos del Málaga en este mercado invernal en torno a otros dos millones, desembolsados para alcanzar un acuerdo de rescisión con Luque y Juanito, cuyo contrato incluía otro año más de duración.
Los aproximadamente veinte millones invertidos hasta el momento -sin contar lógicamente los cuatro de la opción de compra de Demichelis- pueden sufrir un incremento de aquí al lunes, fecha del cierre del mercado. Siempre existe la vía para un último fichaje (aunque desde el pasado lunes es una opción en principio descartada) y no debe descartarse que el club deba afrontar la rescisión de contrato de otro jugador.