Es un conjunto más sólido tácticamente, menos dependiente del contragolpe y más capaz en La Rosaleda que en la etapa del luso El Málaga ha logrado tres puntos más en la Liga con el entrenador chileno que con el portugués

El cambio fue para mejor en el Málaga. El periodo sin Jesualdo Ferreira ha sido más fecundo para el equipo, ahora que ya ha jugado tantos partidos a sus órdenes como después de que cesara, nueve. El conjunto de La Rosaleda ha sumado tres puntos más (diez frente a siete) en los choques ligueros jugados tras la destitución del luso, de los que uno fue en un periodo de interinidad, con Rafa Gil y Antonio Benítez sentados en el banquillo (1-0 en Cornellá ante el Espanyol). Con apenas siete partidos el balance con Pellegrini ya superaba al de Ferreira, y más aún tras el empate del sábado contra el Athletic, en el octavo choque con el chileno al mando.

Eso sí, con unos y otros el Málaga camina lejos de las expectativas creadas este verano. No se ha formado de momento un equipo capaz de conseguir de forma holgada la permanencia, pero al menos ahora las sensaciones en torno al equipo son otras, máxime después de la llegada de refuerzos en enero.

Contra lo esperado, Pellegrini no detuvo la sangría de tantos en contra en el equipo. Al menos se mitigó. Con Ferreira el Málaga recibió veintiún tantos, y ya van quince en esta segunda etapa (dieciséis con el tanto recibido en el partido de transición). La diferencia ni siquiera ha impedido que el equipo blanquiazul siga siendo el más goleado de la categoría, y a ello se le une el pobre bagaje en esta faceta en la Copa del Rey: el Hércules marcó dos tantos en dieciseisavos de final, y el Sevilla, ocho en octavos.

El Málaga no mejoró en el rendimiento defensivo a balón parado (muestra de ello fue el reciente tanto de Javi Martínez) ni ha podido corregir hasta la apertura del mercado de fichajes su importante desequilibrio en el puesto de medio centro. Ahora Sandro Silva ha salido del equipo (Edu Ramos y Juanito, además, han sido descartados), y han llegado Camacho y Maresca. Al mismo tiempo, ha reaparecido Duda, y es ahora cuando Apoño ofrece su mejor nivel, sin que todavía haya podido gozar de muchas continuidad en sus prestaciones.

Pellegrini retocó ese 4-3-3 innegociable de Ferreira para adoptar un clásico 4-4-2, solo que sin extremos puros en los costados. Jugadores como Quincy pasaron a etiquetarse como delanteros, con su llegada, y el equipo mantuvo mejor la distancia entre las líneas.

A costa de estas virtudes, el Málaga ha perdido gol. Ya fue una sensación notoria en los últimos partidos de la etapa de Ferreira, puesto que se pasó de marcar once en las cinco primeras a solo tres en las cuatro siguientes. Con Pellegrini la pobreza realizadora se ha mantenido, apenas maquillada en el 4-1 al Racing, pues únicamente han llegado cinco más en otros siete choques ligueros.

De Juanmi a Recio

Si la principal apuesta entre los canteranos por parte de Ferreira fue Juanmi, autor de tres tantos en la máxima categoría ante la confianza depositada, Pellegrini llegó a hacer titular a Portillo (lo que no hicieron ni su predecesor ni Muñiz). Sin embargo, su apuesta en realidad ha sido el medio centro Recio, al que hizo debutar en le élite.

En su filosofía de juego es donde más se aprecian las diferencias. Ambos apostaron por el toque como principal premisa. Otra cosa es que con los mimbres de los que dispusieron lograron ponerlo en práctica. La realidad fue que el Málaga de Ferreira -obsesionado con instalar en el vestuario una mentalidad ganadora- se caracterizó por su brillantez en el contragolpe, no por hilar largas posesiones de balón, con un centro del campo famélico.

Conocida es también la apuesta de Pellegrini por volantes a los costados que no se comportan como extremos sino como interiores, con el objeto de conceder el pasillo a los laterales y ganar en fluidez en las posesiones. Ni aún con esas este Málaga llega a gobernar los partidos a base de toque, pero al menos la idea parece ir calando poco a poco en los jugadores, como se aprecia en las últimas actuaciones.

El Málaga de Pellegrini también ha logrado mitigar la sangría de puntos en La Rosaleda. Ferreira, ahora también con escaso éxito al frente del Panathinaikos griego (eliminado de las competiciones europeas y lejos del Olympiacos en la liga), se fue con cifras históricas en los negativo. En los cinco primeros choques en casa no se logró puntuar, más allá de que los cuatro partidos iniciales fueran ante rivales de cierta exigencia: Valencia, Sevilla, Villarreal y Real Madrid. Con el cambio de entrenador el equipo se ha hecho respetar más, con siete puntos sobre un total de doce: 1-0 al Levante, 4-1 al Racing, 0-3 del Atlético de Madrid y 1-1 el sábado contra el Athletic.