La Junta, que realizó una inspección en el local, advierte al propietario de que «la ley es de obligado cumplimiento para todos»
El asador rebelde de Guadalmina continuó ayer haciendo ostentación de la desobediencia civil en la que incurre al mantener los carteles en los que informa que el establecimiento no aplica la ley antitabaco. «Nada ha cambiado. Estoy igual de contento que mis clientes», aseguró a este periódico el propietario del negocio José Eugenio Arias. El empresario donostiarra se mantiene erre que erre, pese a que ayer recibió la visita de un inspector de Salud de la Junta de Andalucía para comprobar el cumplimiento o no de la norma que entró en vigor el pasado domingo. El acta que se levantó será enviada a los servicios jurídicos de la Delegación, que determinarán la gravedad de la infracción que se está cometiendo.
Cierre
Incumplir la ley no es gratis. La nueva norma antitabaco considera sanción grave el permitir fumar en los lugares en los que esté prohibido, lo que conlleva una sanción que oscila entre los 601 y 10.000 euros. Para algunos, pecata minuta. «A lo que se expone es que un día vengan y le precinten el local. O ¿no?» pregunta un comercial de hostelería que anoche salía del Asador Guadalmina. Esa es precisamente la pregunta del millón, la que clientes y detractores se formulan: si el propietario insumiso se expone al cierre del establecimiento.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Málaga (Facua), Manuel Sánchez, opina que no será así. «Me temo que la chulería del dueño del establecimiento se quedará en una sanción administrativa», estima el cabeza provincial de esta organización de consumo.
No obstante, la normativa que entró en vigor el pasado domingo contempla la posibilidad de que la Administración autonómica dé traslado al Ministerio Fiscal para que abra diligencias. En este caso, la Junta se deberá abstener de proseguir el procedimiento sancionador mientras la autoridad judicial no se haya pronunciado.
La responsable de Salud de la Junta de Andalucía en Málaga, María Antigua Escalera, advirtió a la dirección del Asador Guadalmina, de que «esta norma, que goza de un amplio consenso social, es de obligado cumplimiento para todos» y que por tanto se trabajará para hacerla respetar.
Policía Local
Tras recibir la correspondiente acta de denuncia por parte de la Policía Local de Marbella, Escalera recordó que la ley «garantiza la protección de la salud de todas las personas, también la de los empleados de los establecimientos de hostelería, permanentemente expuestos al humo».
Sin embargo, fueron muchos los que durante la jornada de ayer abarrotaron el local, situado en la lujosa urbanización Guadalmina, movidos por el morbo, la curiosidad o atraídos por el tufillo a tabaco que desprendía el asador nada más cruzar el umbral de la puerta. Un ambiente que anima a su propietario a dar un paso más. Arias hace un llamamiento a todos los hosteleros de España para que se sumen a su particular cruzada.
Asegura que cuenta con el apoyo de otros empresarios y que se está planteando crear una plataforma contra la ley antitabaco por considerarla «anticonstitucional».
El hostelero donostiarra afincado en Marbella, sorprendido por la repercusión mediática que ha tenido su decisión de no acatar la normativa, critica con dureza la actuación de los agentes de la Policía Local que se acercaron el pasado lunes a pedir la documentación de los clientes que fumaban en ese momento en el establecimiento. Asevera que sus abogados están estudiando el tema para emprender acciones legales.
Parece que la mecha de la ley antitabaco no ha hecho más que encenderse. De hecho, los malagueños se resisten a apagar el cigarro. La provincia acumula 142 quejas por incumplir la ley antitabaco, solo superada por Madrid, con 149.
El asador rebelde de Guadalmina continuó ayer haciendo ostentación de la desobediencia civil en la que incurre al mantener los carteles en los que informa que el establecimiento no aplica la ley antitabaco. «Nada ha cambiado. Estoy igual de contento que mis clientes», aseguró a este periódico el propietario del negocio José Eugenio Arias. El empresario donostiarra se mantiene erre que erre, pese a que ayer recibió la visita de un inspector de Salud de la Junta de Andalucía para comprobar el cumplimiento o no de la norma que entró en vigor el pasado domingo. El acta que se levantó será enviada a los servicios jurídicos de la Delegación, que determinarán la gravedad de la infracción que se está cometiendo.
Cierre
Incumplir la ley no es gratis. La nueva norma antitabaco considera sanción grave el permitir fumar en los lugares en los que esté prohibido, lo que conlleva una sanción que oscila entre los 601 y 10.000 euros. Para algunos, pecata minuta. «A lo que se expone es que un día vengan y le precinten el local. O ¿no?» pregunta un comercial de hostelería que anoche salía del Asador Guadalmina. Esa es precisamente la pregunta del millón, la que clientes y detractores se formulan: si el propietario insumiso se expone al cierre del establecimiento.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Málaga (Facua), Manuel Sánchez, opina que no será así. «Me temo que la chulería del dueño del establecimiento se quedará en una sanción administrativa», estima el cabeza provincial de esta organización de consumo.
No obstante, la normativa que entró en vigor el pasado domingo contempla la posibilidad de que la Administración autonómica dé traslado al Ministerio Fiscal para que abra diligencias. En este caso, la Junta se deberá abstener de proseguir el procedimiento sancionador mientras la autoridad judicial no se haya pronunciado.
La responsable de Salud de la Junta de Andalucía en Málaga, María Antigua Escalera, advirtió a la dirección del Asador Guadalmina, de que «esta norma, que goza de un amplio consenso social, es de obligado cumplimiento para todos» y que por tanto se trabajará para hacerla respetar.
Policía Local
Tras recibir la correspondiente acta de denuncia por parte de la Policía Local de Marbella, Escalera recordó que la ley «garantiza la protección de la salud de todas las personas, también la de los empleados de los establecimientos de hostelería, permanentemente expuestos al humo».
Sin embargo, fueron muchos los que durante la jornada de ayer abarrotaron el local, situado en la lujosa urbanización Guadalmina, movidos por el morbo, la curiosidad o atraídos por el tufillo a tabaco que desprendía el asador nada más cruzar el umbral de la puerta. Un ambiente que anima a su propietario a dar un paso más. Arias hace un llamamiento a todos los hosteleros de España para que se sumen a su particular cruzada.
Asegura que cuenta con el apoyo de otros empresarios y que se está planteando crear una plataforma contra la ley antitabaco por considerarla «anticonstitucional».
El hostelero donostiarra afincado en Marbella, sorprendido por la repercusión mediática que ha tenido su decisión de no acatar la normativa, critica con dureza la actuación de los agentes de la Policía Local que se acercaron el pasado lunes a pedir la documentación de los clientes que fumaban en ese momento en el establecimiento. Asevera que sus abogados están estudiando el tema para emprender acciones legales.
Parece que la mecha de la ley antitabaco no ha hecho más que encenderse. De hecho, los malagueños se resisten a apagar el cigarro. La provincia acumula 142 quejas por incumplir la ley antitabaco, solo superada por Madrid, con 149.