El Málaga navegó entre pamplinas durante una buena fase del partido de ayer y al final le faltó tiempo. Una pena, porque la oportunidad de conseguir la tercera plaza estuvo servida sobre el césped de La Rosaleda y se escurrió por la atonía local. La Real Sociedad, con mucho menos nombre (y dinero), y encima con uno menos, se llevó un empate y aguó la fiesta prevista por todos tras la matinal tan positiva para los interesas malaguistas.
Lo peor no fue el empate, sino la sensación que dio el Málaga, porque parecía que a los jugadores no les iba nada en el envite. O la forma física es muy mala o faltaron sangre y ganas, porque otra explicación no hay, pese a las bajas y al arbitraje, que tuvo el lunar del gol de Demichelis, ilegalmente anulado.
Con el tanto de Isco y la expulsión, merecida, de González, la cosa estaba clara. Así lo debieron pensar los malaguistas, que comenzaron a jugar andando, con un exceso de confianza que desesperó a sus aficionados. De nuevo lo mismo que frente al Racing (con la diferencia de que el equipo cántabro es mucho peor que el donostiarra) y que en la fase final de Villarreal. ¡Dios mío, qué cinco puntos nos hemos dejado en el camino! Lamentable, de verdad, lamentable.
Cuando Cazorla no funciona, medio Málaga se 'gripa'. Y el asturiano no tuvo su tarde, con cuatro errores seguidos en las cuatro primeras ocasiones en que tocó la pelota, a lo que se unió el 'atasco' entre Maresca y Demichelis. Pese al mal juego, a la falta de un líder, a la lentitud desesperante y al abuso del pasecito corto, la verdad es que ni el más pesimista de los malaguistas pensaba en el descanso que el partido no se iba a ganar.
Pues así fue. No se ganó. Y no se hizo frente a un rival en inferioridad numérica, que solo con orden e intensidad nos puso contra las cuerdas. Mientras, el tercer puesto esperaba, lloroso, tras comprobar ayer el juego de dos de sus máximos 'aspirantes', el Valencia y el Málaga, que 'se dieron la mano'.
De nada sirvió un arreón final que debió llegar mucho antes, ni siquiera los cambios de un desesperado Pellegrini que lo intentó todo, pero el despiste de varios de sus jugadores es para nota: Seba y Rondón están negados, especialmente el primero, Cazorla no encuentra el 'toque' y el equipo tuvo muchas fases en los que pareció estar partido en dos. En cuanto a este Málaga se le saca del guión, se hunde. Una pena, pero así es.
PEDRO LUIS GÓMEZ
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