La mayor exposición al sol por la cercanía a la playa provoca que la media de edad de los pacientes con esta patología sea de 66 años, cuatro años menos que la nacional
La cercanía a la playa y un concepto de bronceado tradicionalmente muy arraigado en la sociedad hacen de Málaga no sólo una de las provincias con mayor incidencia de patologías como el melanoma o el cáncer de piel, sino también el municipio donde se da a edades más tempranas. La media de edad de los pacientes a la que se les diagnostican una de estas enfermedades es de 66 años, cuatro menos que el promedio nacional. En contra de lo que se piensa no es que la radiación solar haya variado de forma significativa en las últimas décadas, sino más bien que el cambio paulatino que se ha producido en los hábitos sociales. Aun así, según un estudio realizado por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (Omau), a pesar de que la incidencia de los tumores de piel creció en Málaga hasta 2003, a partir de entonces la cifra se ha ido estabilizando. El freno del crecimiento de este tipo de patologías cutáneas se ha debido precisamente a una mayor concienciación de la población a la hora de exponerse al sol. Sin embargo, los datos siguen siendo preocupantes y los casos de mortalidad por melanoma, la más agresiva de las enfermedades relacionadas con la exposición al sol, se han duplicado con respecto a la década de los años 80.
El melanoma sigue siendo más frecuente en las mujeres y la media de edad de las pacientes es de 60,8 años frente a los 65,2 años en los que se sitúa el promedio en España. Lo relevante es que la reducción de la edad en el caso de las mujeres que fallecen en Málaga por este motivo ha sido patente desde 1975 cuando la media era de 77,5 años, lo que se asocia a la relación que se ha establecido en las últimas décadas entre belleza y bronceado. Justo lo contrario es lo que ha ocurrido en el caso de los hombres. De los 37,5 años en la que estaba la media de edad de los que morían por melanoma en la década de los 70 se ha pasado ahora a casi el doble, 65,3 años.
La latitud en la que está ubicada la provincia de Málaga hace que el sol sea verdaderamente dañino en algunos meses del año. Un estudio de la Universidad de Málaga constata que el índice de radiación solar que se alcanza en toda la Costa del Sol durante el verano, con valores extremos que suelen situarse en los nueve puntos en una escala máxima de 14, produce en tan sólo veinte minutos un eritema actínico o, lo que es lo mismo, el típico enrojecimiento de la piel.
Los expertos advierten que el bronceado que adquiere el cuerpo después de varios días tomando el sol no es más que el mecanismo de defensa que el propio organismo activa frente a los rayos solares. Eso hace que gran parte de las roturas que se producen a nivel celular sean reparadas. El problema surge cuando algunas de esas mutaciones permanecen silenciadas durante años y cuando aparecen puede ser ya demasiado tarde.
La cercanía a la playa y un concepto de bronceado tradicionalmente muy arraigado en la sociedad hacen de Málaga no sólo una de las provincias con mayor incidencia de patologías como el melanoma o el cáncer de piel, sino también el municipio donde se da a edades más tempranas. La media de edad de los pacientes a la que se les diagnostican una de estas enfermedades es de 66 años, cuatro menos que el promedio nacional. En contra de lo que se piensa no es que la radiación solar haya variado de forma significativa en las últimas décadas, sino más bien que el cambio paulatino que se ha producido en los hábitos sociales. Aun así, según un estudio realizado por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (Omau), a pesar de que la incidencia de los tumores de piel creció en Málaga hasta 2003, a partir de entonces la cifra se ha ido estabilizando. El freno del crecimiento de este tipo de patologías cutáneas se ha debido precisamente a una mayor concienciación de la población a la hora de exponerse al sol. Sin embargo, los datos siguen siendo preocupantes y los casos de mortalidad por melanoma, la más agresiva de las enfermedades relacionadas con la exposición al sol, se han duplicado con respecto a la década de los años 80.
El melanoma sigue siendo más frecuente en las mujeres y la media de edad de las pacientes es de 60,8 años frente a los 65,2 años en los que se sitúa el promedio en España. Lo relevante es que la reducción de la edad en el caso de las mujeres que fallecen en Málaga por este motivo ha sido patente desde 1975 cuando la media era de 77,5 años, lo que se asocia a la relación que se ha establecido en las últimas décadas entre belleza y bronceado. Justo lo contrario es lo que ha ocurrido en el caso de los hombres. De los 37,5 años en la que estaba la media de edad de los que morían por melanoma en la década de los 70 se ha pasado ahora a casi el doble, 65,3 años.
La latitud en la que está ubicada la provincia de Málaga hace que el sol sea verdaderamente dañino en algunos meses del año. Un estudio de la Universidad de Málaga constata que el índice de radiación solar que se alcanza en toda la Costa del Sol durante el verano, con valores extremos que suelen situarse en los nueve puntos en una escala máxima de 14, produce en tan sólo veinte minutos un eritema actínico o, lo que es lo mismo, el típico enrojecimiento de la piel.
Los expertos advierten que el bronceado que adquiere el cuerpo después de varios días tomando el sol no es más que el mecanismo de defensa que el propio organismo activa frente a los rayos solares. Eso hace que gran parte de las roturas que se producen a nivel celular sean reparadas. El problema surge cuando algunas de esas mutaciones permanecen silenciadas durante años y cuando aparecen puede ser ya demasiado tarde.