Si entre los fugitivos no corre la voz, ellos sabrán. Al menos entre los delincuentes extranjeros con pedigrí delictivo que todavía conservan la idea de la Costa del Solcomo un refugio. Desde que la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) de la Costa del Sol tiene presencia en la provincia, la caza de fugitivos buscados en sus países de origen se ha convertido, junto a la lucha contra el narcotráfico, en uno de los principales pilares de su actividad.
Desde el 1 de enero de este año hasta hoy, los diferentes grupos Udyco han sumado un total de 250 de tenciones. De esa cifra, 161 personas (un 64%) eran de origen extranjero y 50 resultaron ser fugitivos reclamados en otros países a los que ya están rindiendo cuentas. La tendencia de los últimos años es ascendente porcentualmente. Tanto en 2009 como en 2008, la mayoría de las detenciones realizadas por este grupo policial también recayeron sobre fugitivos que eligieron la provincia malagueña para desarrollar sus actividades delictivas u ocultarse de la justicia de sus países. Tanto es así que, de las 407 detenciones realizadas por la Udyco el año pasado, 260 correspondieron a ciudadanos no españoles que supusieron un 63% del total. El dato más espectacular fue el de los fugitivos neutralizados en virtud de órdenes de extradición: 80.
En 2008, el porcentaje de extranjeros detenidos fue algo más bajo (57%) con 173 arrestados. En 31 casos se trataba de personas con Órdenes de Detención Europeas para extradición. En los tres ejercicios, a falta de noviembre y diciembre de este año, la Udyco suma 161 fugitivos extranjeros detenidos en virtud de órdenes europeas o extracomunitarias.
Los resultados no parecen casuales. El discurso de la cúpula de la Comisaría Provincial de Málaga no cede ni una coma al resumir la estrategia aplicada en los últimos años. «Queremos la Costa del Sol limpia, y eso incluye a las personas que tienen la etiqueta de delincuentes en otros países», subraya un mando policial. Esa estrategia no es otra que el control selectivo de personas con un perfil muy variado. Sicarios, pederastas, estafadores, mafiosos y narcotraficantes han venido cayendo en las redes de la Udyco en un goteo paciente y constante.
Si se habla de pasaportes, un responsable del grupo aprecia una clara mayoría de fugitivos británicos y franceses que estaban reclamados por sus países, seguidos de los italianos. Y por el tipo de delito, el agente destaca el narcotráfico u otros relacionados con los estupefacientes. El blanqueo y las estafas están el peldaño anterior, antes que los delitos de sangre. «Éstos últimos son los más complicados y a su vez mediáticos. Los fugitivos buscados por homicidio se juegan penas más duras», apunta el investigador, quien reconoce que la caza va «por rachas». Sin embargo, los investigadores se muestran muy satisfechos, más que por la cantidad de detenidos, «por la calidad de las pesquisas» que consiguen desmontar modus operandi cada vez más complejos.
La presión no cesa. Y como advertencia queda la reciente operación «Cardhu» culminada en octubre. La Policía Nacional de Málaga, en colaboración con agentes británicos, detenía a cinco personas después de barrer los municipios de Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Mijas y Marbella. Los resultados arrojaron cinco detenidos, más de un centenar de identificaciones y una quincena de registros.
Desde el 1 de enero de este año hasta hoy, los diferentes grupos Udyco han sumado un total de 250 de tenciones. De esa cifra, 161 personas (un 64%) eran de origen extranjero y 50 resultaron ser fugitivos reclamados en otros países a los que ya están rindiendo cuentas. La tendencia de los últimos años es ascendente porcentualmente. Tanto en 2009 como en 2008, la mayoría de las detenciones realizadas por este grupo policial también recayeron sobre fugitivos que eligieron la provincia malagueña para desarrollar sus actividades delictivas u ocultarse de la justicia de sus países. Tanto es así que, de las 407 detenciones realizadas por la Udyco el año pasado, 260 correspondieron a ciudadanos no españoles que supusieron un 63% del total. El dato más espectacular fue el de los fugitivos neutralizados en virtud de órdenes de extradición: 80.
En 2008, el porcentaje de extranjeros detenidos fue algo más bajo (57%) con 173 arrestados. En 31 casos se trataba de personas con Órdenes de Detención Europeas para extradición. En los tres ejercicios, a falta de noviembre y diciembre de este año, la Udyco suma 161 fugitivos extranjeros detenidos en virtud de órdenes europeas o extracomunitarias.
Los resultados no parecen casuales. El discurso de la cúpula de la Comisaría Provincial de Málaga no cede ni una coma al resumir la estrategia aplicada en los últimos años. «Queremos la Costa del Sol limpia, y eso incluye a las personas que tienen la etiqueta de delincuentes en otros países», subraya un mando policial. Esa estrategia no es otra que el control selectivo de personas con un perfil muy variado. Sicarios, pederastas, estafadores, mafiosos y narcotraficantes han venido cayendo en las redes de la Udyco en un goteo paciente y constante.
Si se habla de pasaportes, un responsable del grupo aprecia una clara mayoría de fugitivos británicos y franceses que estaban reclamados por sus países, seguidos de los italianos. Y por el tipo de delito, el agente destaca el narcotráfico u otros relacionados con los estupefacientes. El blanqueo y las estafas están el peldaño anterior, antes que los delitos de sangre. «Éstos últimos son los más complicados y a su vez mediáticos. Los fugitivos buscados por homicidio se juegan penas más duras», apunta el investigador, quien reconoce que la caza va «por rachas». Sin embargo, los investigadores se muestran muy satisfechos, más que por la cantidad de detenidos, «por la calidad de las pesquisas» que consiguen desmontar modus operandi cada vez más complejos.
La presión no cesa. Y como advertencia queda la reciente operación «Cardhu» culminada en octubre. La Policía Nacional de Málaga, en colaboración con agentes británicos, detenía a cinco personas después de barrer los municipios de Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Mijas y Marbella. Los resultados arrojaron cinco detenidos, más de un centenar de identificaciones y una quincena de registros.