Acaban de arrinconar las muñecas y ya se afanan por criar a bebés de carne y hueso, soportar noches en vela, llantos sin consuelo y cambios de pañales. Pero, como alertan pediatras y trabajadores sociales, ser madre no es ningún juego de niñas. El caso de la menor rumana de diez años que ha dado a luz esta semana en el Hospital de Jerez ha generado un gran revuelo mediático, político y social. Los padres le han restado importancia alegando que se trata de algo «habitual» en su país. Sin embargo, no hay que irse a Rumanía para localizar alumbramientos a edades igual de tempranas. Aquí en Málaga, sin ir más lejos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que cada ejercicio una decena de menores de quince años se convierten en mamás. No tienen diez años. Pero sí once, doce, trece o catorce, «la misma inmadurez psicológica», como aclara el secretario de la Asociación de Pediatría de Andalucía Oriental, Dionisio Ayudarte.
Es cierto que la cifra registrada en la provincia es anecdótica, pero no deja de ser significativa en la medida en que evidencia un fenómeno que va en aumento. En 1998 el INE contabilizaba cuatro partos de malagueñas que no habían cumplido los quince y, sin embargo, al cierre de 2008 -último dato publicado- el balance se duplicaba y ascendía a nueve, similar al de años anteriores.
Un fenómeno en aumento
La magnitud de esta realidad cobra fuerza si se pone la lupa sobre el conjunto de madres menores de edad. Esto es, sobre todas aquellas que han tenido un bebé antes de los 18. Así, en Málaga, el pasado 2008 nacieron 195 niños de adolescentes que no habían alcanzado aún la mayoría de edad, un 10,7% más respecto a la misma cifra de hace una década, cuando se alumbraron 176 bebés de estas características. La mayoría de estas madres, como es de suponer, no están casadas. De hecho, de las mencionadas 195 sólo cinco habían contraído matrimonio.
A tenor del INE, Málaga es una de las provincias donde se conciben más retoños en estos atípicos entornos familiares. En 2008 nacieron en el conjunto nacional 4.589 niños de madre menores de 18 años. De ellos, algo más de una cuarta parte, el 26,4%, vinieron al mundo en algún hospital andaluz. De los 1.212 del cómputo regional, 42 fueron alumbrados por menores de quince años, de los que el 21% (nueve) fueron atendidos en un centro sanitario malagueño. Dentro del mapa provincial, siete de estos casos se dieron en la capital y dos de ellos en Fuengirola.
Cómo actúa Asuntos Sociales
Como explica la delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta en Málaga, Ana Navarro, cuando una menor da a luz existe una coordinación entre el hospital que le atiende y los Servicios Sociales. «Los médicos nos dan el aviso y un equipo interdisciplinar de profesionales se encarga de estudiar cada caso y sus circunstancias para ofrecer una atención integral tanto a la propia madre como al bebé», detalla. Y continúa: «Una vez analizado el entorno familiar se determina si la administración debe asumir la tutela de la menor», añade al tiempo que insiste en que la misión de su departamento es «garantizar» que la madre y su hijo vivan en las mejores condiciones tanto en el presente como en el futuro.
Preguntada por las cifras que arroja el INE, Navarro argumenta que el hecho de que Málaga tenga tal volumen de población y haya sido un potente foco de inmigración en los últimos años ha podido contribuir a perfilar estos resultados, cuyas consecuencias prefiere no valorar.
Quien sí lo hace es el Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Materno Infantil, Antonio Jurado, quien subraya sin tapujos que a edades tan tempranas, la maternidad va contra natura. «Con menos de quince años, no se está preparada ni física ni psíquicamente», dice. «El embarazo conlleva unos trastornos del organismo que una niña no está habilitada para afrontar por carecer de la madurez física que se requiere. Tampoco ha completado su desarrollo hormonal y el canal óseo del parto no está preparado, de ahí que muchos de estos bebés nazcan prematuros o por cesárea».
Los efectos psicológicos también son importantes: «Ser madre altera la vida de la niña y de su familia y le dificulta su formación académica. Se trata de una gran responsabilidad que a esa edad es difícil de asumir», concluye Jurado.
Es cierto que la cifra registrada en la provincia es anecdótica, pero no deja de ser significativa en la medida en que evidencia un fenómeno que va en aumento. En 1998 el INE contabilizaba cuatro partos de malagueñas que no habían cumplido los quince y, sin embargo, al cierre de 2008 -último dato publicado- el balance se duplicaba y ascendía a nueve, similar al de años anteriores.
Un fenómeno en aumento
La magnitud de esta realidad cobra fuerza si se pone la lupa sobre el conjunto de madres menores de edad. Esto es, sobre todas aquellas que han tenido un bebé antes de los 18. Así, en Málaga, el pasado 2008 nacieron 195 niños de adolescentes que no habían alcanzado aún la mayoría de edad, un 10,7% más respecto a la misma cifra de hace una década, cuando se alumbraron 176 bebés de estas características. La mayoría de estas madres, como es de suponer, no están casadas. De hecho, de las mencionadas 195 sólo cinco habían contraído matrimonio.
A tenor del INE, Málaga es una de las provincias donde se conciben más retoños en estos atípicos entornos familiares. En 2008 nacieron en el conjunto nacional 4.589 niños de madre menores de 18 años. De ellos, algo más de una cuarta parte, el 26,4%, vinieron al mundo en algún hospital andaluz. De los 1.212 del cómputo regional, 42 fueron alumbrados por menores de quince años, de los que el 21% (nueve) fueron atendidos en un centro sanitario malagueño. Dentro del mapa provincial, siete de estos casos se dieron en la capital y dos de ellos en Fuengirola.
Cómo actúa Asuntos Sociales
Como explica la delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta en Málaga, Ana Navarro, cuando una menor da a luz existe una coordinación entre el hospital que le atiende y los Servicios Sociales. «Los médicos nos dan el aviso y un equipo interdisciplinar de profesionales se encarga de estudiar cada caso y sus circunstancias para ofrecer una atención integral tanto a la propia madre como al bebé», detalla. Y continúa: «Una vez analizado el entorno familiar se determina si la administración debe asumir la tutela de la menor», añade al tiempo que insiste en que la misión de su departamento es «garantizar» que la madre y su hijo vivan en las mejores condiciones tanto en el presente como en el futuro.
Preguntada por las cifras que arroja el INE, Navarro argumenta que el hecho de que Málaga tenga tal volumen de población y haya sido un potente foco de inmigración en los últimos años ha podido contribuir a perfilar estos resultados, cuyas consecuencias prefiere no valorar.
Quien sí lo hace es el Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Materno Infantil, Antonio Jurado, quien subraya sin tapujos que a edades tan tempranas, la maternidad va contra natura. «Con menos de quince años, no se está preparada ni física ni psíquicamente», dice. «El embarazo conlleva unos trastornos del organismo que una niña no está habilitada para afrontar por carecer de la madurez física que se requiere. Tampoco ha completado su desarrollo hormonal y el canal óseo del parto no está preparado, de ahí que muchos de estos bebés nazcan prematuros o por cesárea».
Los efectos psicológicos también son importantes: «Ser madre altera la vida de la niña y de su familia y le dificulta su formación académica. Se trata de una gran responsabilidad que a esa edad es difícil de asumir», concluye Jurado.