LA diferencia entre el Deportivo y el Málaga estuvo en las tres sensacionales paradas que el meta Aranzubia (despedido por el Athletic el pasado verano) hizo en los primeros diez minutos del segundo periodo y en el garrafal error de Goitia en el minuto 21 que le costó a su equipo el primer gol. Esa fue la clave: mientras un portero, el local, lo paró todo, el otro, el visitante, se 'comió' la pelota y el 1-0 no sólo subió al marcador, sino que fue como una losa que hundió al Málaga, todavía más cuando tres minutos después, Weligton, que tampoco está últimamente para tirar cohetes, hizo un penalti de jugador de benjamines y el conjunto gallego, sin merecerlo pese al gran momento de Juan Rodríguez, sentenció. El Málaga desapareció en el minuto 24 y entregó la cuchara. Dos garrafales errores en tres minutos nos dejaron con la miel en los labios...
Y fue una pena. Porque el Málaga, tras un primer tiempo en el que los dos equipos se dedicaron a tantearse, salió tras el descanso a ganar, y lo mereció. Dos sensacionales tiros de Eliseu y Duda fueron despejados a córner por el referido e inspirado Aranzubia, y Luque, lastimosamente, no aprovechó la más clara ocasión de la tarde al cabecear al centro un balón que le llegó libre de toda marca y a apenas dos metros de la portería. Era mucho perdón, y en fútbol, ya se sabe, quien perdona nunca gana. Eso nos pasó y del rosa nos fuimos al amarillo gafe de dos grandes jugadores que no atraviesan su mejor momento, ni mucho menos. El Málaga, su equipo técnico y su directiva tienen que plantearse que hay un grave problema en la portería. Lo hubo con Arnau y sigue existiendo con Goitia. ¿Y...? Pues eso, que esperemos que pasen de este tremendo bache y dejemos de encajar goles como los del Bernabéu o el de ayer.
El Málaga perdió una excelente oportunidad. Llegó a apabullar, a encerrar al once de Lotina, que se veía impotente para conseguir una solución. Poco podía imaginarse que una falta innecesaria de Cuadrado daría lugar a un disparo flojito de Lafita por bajo que Goitia paró bien y después se le coló cual Arconada en París.El 1-0, de todas formas, no era insalvable, pero lo que no entraba en ninguno de los guiones es que tres minutos después una jugada sin peligro acabara en penalti, lo que permitió que los gallegos consiguieran una ventaja que ni los más optimistas podían imaginar diez minutos antes. Pero el fútbol se escribe a base de éxitos y de fracasos. El Deportivo ganó por lo que le regalaron los rivales, no por lo que fue capaz de generar. Otros dos goles a balón parado. No sé cuál puede ser la solución a la pandemia que sufre el Málaga en este tema, pero algo habrá que hacer.
A partir del 2-0, tras el absurdo error de Weligton, ya no hubo más. El 'Dépor' pudo conseguir más goles y el Málaga desapareció como por arte de magia, sin saber dónde estaba aquel equipo punzante, agresivo y con ideas que debió llegar al minuto 55 con un 0-3 a su favor
diariosur.com
Y fue una pena. Porque el Málaga, tras un primer tiempo en el que los dos equipos se dedicaron a tantearse, salió tras el descanso a ganar, y lo mereció. Dos sensacionales tiros de Eliseu y Duda fueron despejados a córner por el referido e inspirado Aranzubia, y Luque, lastimosamente, no aprovechó la más clara ocasión de la tarde al cabecear al centro un balón que le llegó libre de toda marca y a apenas dos metros de la portería. Era mucho perdón, y en fútbol, ya se sabe, quien perdona nunca gana. Eso nos pasó y del rosa nos fuimos al amarillo gafe de dos grandes jugadores que no atraviesan su mejor momento, ni mucho menos. El Málaga, su equipo técnico y su directiva tienen que plantearse que hay un grave problema en la portería. Lo hubo con Arnau y sigue existiendo con Goitia. ¿Y...? Pues eso, que esperemos que pasen de este tremendo bache y dejemos de encajar goles como los del Bernabéu o el de ayer.
El Málaga perdió una excelente oportunidad. Llegó a apabullar, a encerrar al once de Lotina, que se veía impotente para conseguir una solución. Poco podía imaginarse que una falta innecesaria de Cuadrado daría lugar a un disparo flojito de Lafita por bajo que Goitia paró bien y después se le coló cual Arconada en París.El 1-0, de todas formas, no era insalvable, pero lo que no entraba en ninguno de los guiones es que tres minutos después una jugada sin peligro acabara en penalti, lo que permitió que los gallegos consiguieran una ventaja que ni los más optimistas podían imaginar diez minutos antes. Pero el fútbol se escribe a base de éxitos y de fracasos. El Deportivo ganó por lo que le regalaron los rivales, no por lo que fue capaz de generar. Otros dos goles a balón parado. No sé cuál puede ser la solución a la pandemia que sufre el Málaga en este tema, pero algo habrá que hacer.
A partir del 2-0, tras el absurdo error de Weligton, ya no hubo más. El 'Dépor' pudo conseguir más goles y el Málaga desapareció como por arte de magia, sin saber dónde estaba aquel equipo punzante, agresivo y con ideas que debió llegar al minuto 55 con un 0-3 a su favor
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