Solo lleva cinco tiros a puerta más que el año pasado, pero pisa el área rival con más claridadEl equipo ofrece la eficacia de hace dos temporadas y ha convertido en gol casi la mitad de sus remates entre los tres palos
El Málaga es más ofensivo que el año pasado. Es una realidad palpable, sostenida en parte por la fuerte inversión económica en futbolistas de ataque y también en un elevado porcentaje debido a la implantación por parte de Jesualdo Ferreira de un sistema que busca únicamente mirar a la portería contraria. Sin embargo, los datos reflejan que el equipo ofrece después del primer mes y medio de competición más sensaciones que estadísticas, más acierto que llegada. Numéricamente hablando, la diferencia no es tan amplia como parece, sino más bien escasa.
Hasta el momento el Málaga se ha comportado como un conjunto que llega con mucha claridad al área contraria. Tal vez esta sea la razón de que parezca que el equipo ha mejorado considerablemente en ataque. Efectivamente, no hay otro en la Liga con tanta eficacia como el cuadro dirigido por Ferreira. Gracias a sus doce goles figura como mejor en ataque de la competición junto al segundo de la clasificación, el Villarreal, y el tercero, el Real Madrid, y con uno más que el líder, el Valencia. Y conviene recordar que este se impuso en el duelo entre ambos en La Rosaleda, en la primera jornada, por 1-3. Pero más allá de ese dato llama poderosamente la atención la rentabilidad de sus remates entre los palos.
Semejanza
En este sentido el Málaga se asemeja bastante al de hace dos años, cuando el contragolpe fue su arma fulminante con los movimientos de su teórico ariete (Adrián), la continua recuperación del balón por parte del segundo punta (Baha) y las salidas fulminantes de los extremos (Duda y Eliseu) merced a los envíos de Apoño. Las dos temporadas guardan un curioso paralelismo incluso en dos partidos a domicilio, en Huelva (hace dos años) y en Zaragoza (hace poco más de un mes). En ambos materializó muchos goles (cuatro y cinco, respectivamente) casi con un 100 por ciento de eficacia.
Las diferencias entre la pasada campaña y la actual son mínimas en cuanto a los tiros a puerta. De momento solo lo ha intentado cinco veces más, y en el cómputo de los que acabaron entre los palos del marco contrario, siete. Es decir, en torno a uno por partido de incremento. Se antoja demasiado poco para la impresión que se tiene en general del potencial ofensivo del equipo. Es más, si se excluyera el Málaga-Barcelona del anterior ejercicio -aunque el equipo le plantó cara a los azulgrana, se saldó con un pobre 0/3 en ataque-, la mejoría no sería tan notoria. Curiosamente, de acuerdo con la estadística publicada por SUR en cada encuentro, se da la circunstancia de que intentó el remate a la meta rival diez o más veces en el mismo número de compromisos, tres.
Ahora bien, la verdadera diferencia se aprecia en la cifra de goles. La explicación es sencilla: el Málaga no llega mucho más que el año pasado, pero sí lo hace con más claridad. Y, por lo tanto, con mejores opciones de remate. Es suficientemente revelador el detalle de que el equipo marcó casi en la mitad de las ocasiones en que logró conducir el balón hasta los tres palos. En La Romareda esa eficacia fue tremenda (cinco goles en siete intentos), en Getafe rentabilizó con dos tantos sus cinco llegadas, y en Almería, en el partido más discreto, lo hizo una vez dentro de su escaso bagaje de tres oportunidades.
Como en casi todos los ámbitos de la vida, todo depende del punto de vista. De acuerdo con su número de goles, el Málaga es infinitamente más ofensivo. En cambio, con los remates a puerta en la mano, la diferencia es exigua respecto al año pasado. De momento está más avalado por las sensaciones que por las estadísticas. Pero también en este aspecto los técnicos confían en un amplio margen de mejora para combinar los dos deseos: atacar más y mejor.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-10-07/malaga-acierto-llegada-20101007.html