Esperanzadoras palabras las de Abdullah Ghubn, vicepresidente del Málaga y mano derecha del jeque. Digo esperanzadoras, porque hasta que no lo vea no me lo creo y no es por desconfiar. Aquí, en nuestra Málaga querida he visto de todo. Sobre todo, en el aspecto deportivo. Desaparición del CD Málaga, con promesas falsas del que fuera alcalde por aquellos tiempos de que el club iba a continuar. Un nuevo Málaga CF, con gente seria y comprometida, Fernando Puche, Federico Beltrán, Eduardo Padilla. Luego otro dueño, Antonio Asensio, junto con Puche, que pusieron el organigrama para ser un club grande y que desgraciadamente se truncó por el fallecimiento del primero. Aunque por primera vez en la historia Málaga sonó en Europa con la UEFA. Otro presidente, Serafín Roldán, que fue la marioneta del director general, Antonio Mendoza y otro amo, Fernando Sanz, que entre la Ley Concursal y la casi venta a un grupo mexicano, aguantó el tipo y redujo la deuda.

Hace unos meses llegó Abdullah Al-Thani desde Qatar y las perspectivas son buenas, aunque muchos aficionados se muestran escépticos por todo lo sucedido con la entidad representativa de esta ciudad. Las palabras hay que transformarlas en hechos y habrá que darle tiempo y creer que el Málaga estará en unos años recorriendo Europa y codeándose con los mejores equipos y más grandes en la Liga de Campeones. Es un sueño que espero que no se trunque. El Málaga es un sentimiento. Volveré.