Cambio de rumbo
El Málaga rompe el maleficio y le pitan un penalti a favor 44 partidos despuésEl equipo de Ferreira mejora defensivamente y completa en Getafe su primer encuentro del campeonato con la portería a cero
La vida cambió anoche para el Málaga de una forma repentina y radical. El nuevo equipo de Jesualdo Ferreira ha mostrado ciertas carencias en el arranque del campeonato fruto de la falta de conjunción y adaptación de los numerosos fichajes, pero ayer quedó claro que la progresión existe y está siendo muy rápida, hasta espectacular. Para colmo, en Getafe quedaron anulados dos grandes maleficios que acosaban a los blanquiazules. Por una parte, le señalaron un penalti a favor (transformado por Apoño) después de 44 encuentros sin hacerlo. Hay que remontarse al final del campeonato de hace dos campañas, con Antonio Tapia como entrenador, para recordar una pena máxima para los malaguistas. En aquella ocasión marcó Luque desde los once metros.
La exhibición malaguista en el Coliseum ayer muestra un espectacular cambio de rumbo del equipo en relación al pasado más reciente y también abre la puerta de par en par a la esperanza y confianza en un proyecto atractivo y consistente. No solo le señalaron el primer penalti de la temporada (un año y medio más tarde del anterior), sino que lo más probable será que posteriormente vengan muchos más, ya que el poder ofensivo y la rapidez de los atacantes blanquiazules abruma a los rivales en este comienzo del campeonato. Esto no ocurría la pasada campaña, lo que dejó a cero la casilla de los penaltis a favor, si bien debieron señalarle alguno merecido que le hubiera permitido llegar al final de Liga con menos sufrimiento.
Capacidad de sacrificio
Pero la vuelta de calcetín no se quedó en las penas máximas, sino que afectó también a una faceta crucial del equipo: su capacidad defensiva. Existía cierta preocupación entre los aficionados y seguramente en el cuerpo técnico por la facilidad con la que hacían goles al equipo, con una media próxima a los tres tantos encajados por partido en el arranque del campeonato (un total de ocho dianas en tres jornadas). Pues ayer también desapareció ese fantasma, ya que los hombres de Ferreira dejaron la portería a cero en Getafe. La mejoría experimentada en el sistema defensivo, con algo más de sacrificio de los extremos y el delantero, resultó determinante, pese a que el Getafe dispuso de varias oportunidades claras para batir a Rubén en los últimos minutos del encuentro. Ahora será importante evitar los apuros del final, algo que se irá consiguiendo a medida que vaya fructificando el trabajo que realiza el cuerpo técnico. Quizás los futbolistas deberían echar mano del oficio, aunque también es cierto que la plantilla es joven.
La gran imagen que ofreció el Málaga augura un futuro muy halagüeño y deja a las claras la progresiva mejoría que va mostrando el equipo. El técnico pidió un margen de adaptación que todavía no se ha cumplido. Los desajustes son evidentes, pero en cada partido se observan menos. El siguiente paso, sin duda, será trasladar esta sensación de equipo grande a La Rosaleda, donde el conjunto de Ferreira ha pedido los dos partidos jugados hasta ahora. Habrá que esperar, pero la historia promete.
La exhibición malaguista en el Coliseum ayer muestra un espectacular cambio de rumbo del equipo en relación al pasado más reciente y también abre la puerta de par en par a la esperanza y confianza en un proyecto atractivo y consistente. No solo le señalaron el primer penalti de la temporada (un año y medio más tarde del anterior), sino que lo más probable será que posteriormente vengan muchos más, ya que el poder ofensivo y la rapidez de los atacantes blanquiazules abruma a los rivales en este comienzo del campeonato. Esto no ocurría la pasada campaña, lo que dejó a cero la casilla de los penaltis a favor, si bien debieron señalarle alguno merecido que le hubiera permitido llegar al final de Liga con menos sufrimiento.
Capacidad de sacrificio
Pero la vuelta de calcetín no se quedó en las penas máximas, sino que afectó también a una faceta crucial del equipo: su capacidad defensiva. Existía cierta preocupación entre los aficionados y seguramente en el cuerpo técnico por la facilidad con la que hacían goles al equipo, con una media próxima a los tres tantos encajados por partido en el arranque del campeonato (un total de ocho dianas en tres jornadas). Pues ayer también desapareció ese fantasma, ya que los hombres de Ferreira dejaron la portería a cero en Getafe. La mejoría experimentada en el sistema defensivo, con algo más de sacrificio de los extremos y el delantero, resultó determinante, pese a que el Getafe dispuso de varias oportunidades claras para batir a Rubén en los últimos minutos del encuentro. Ahora será importante evitar los apuros del final, algo que se irá consiguiendo a medida que vaya fructificando el trabajo que realiza el cuerpo técnico. Quizás los futbolistas deberían echar mano del oficio, aunque también es cierto que la plantilla es joven.
La gran imagen que ofreció el Málaga augura un futuro muy halagüeño y deja a las claras la progresiva mejoría que va mostrando el equipo. El técnico pidió un margen de adaptación que todavía no se ha cumplido. Los desajustes son evidentes, pero en cada partido se observan menos. El siguiente paso, sin duda, será trasladar esta sensación de equipo grande a La Rosaleda, donde el conjunto de Ferreira ha pedido los dos partidos jugados hasta ahora. Habrá que esperar, pero la historia promete.