Aislado de la afición
El Málaga desaprovecha una jornada festiva en la ciudad con un trabajo a puerta cerrada que niega el contacto con los ídolosMuchos seguidores se acercaron ayer al Ciudad de Málaga, pero no vieron la sesión ni consiguieron las fotos o los autógrafos deseados
PEDRO LUIS ALONSO.-
El Málaga se ejercitó ayer a puerta cerrada en doble sesión. Nada novedoso en lo que viene siendo su plan habitual de trabajo en las últimas semanas, coincidiendo con la llegada de un nuevo cuerpo técnico. Sin embargo, ayer no fue un día normal en la capital costasoleña. La festividad de la Virgen de la Victoria provocó que, a diferencia de otras ocasiones, un amplio número de aficionados se acercaran al estadio Ciudad de Málaga a seguir las evoluciones de su equipo.
De un tiempo a esta parte, este Málaga reforzado y con miras ambiciosas ha perdido cercanía en el trato. La realidad es que los seguidores malaguistas se tuvieron que conformar con esperar sin resultado alguno en la puerta de acceso del estadio que da al aparcamiento. Fue una guardia inútil, porque los futbolistas ni siquiera abandonan el recinto después de la sesión de trabajo matinal. Aguardan en el vestuario hasta las 12.30, hora programada para la comida, un bufete en una sala habilitada. Después del mismo desfilan hacia sus domicilios para descansar antes de regresar y completar el segundo entrenamiento.
Excepciones
Algunos aficionados, la mayoría padres acompañados de sus hijos, estuvieron ayer desde poco después de las nueve de la mañana sin resultado alguno. Ni autógrafos ni fotos con sus ídolos. Solo se pudo ver salir a Baha, que se viene ausentando estos días del almuerzo al estar cumpliendo con el Ramadán (el mes sagrado musulmán acaba el viernes, aunque el malaguista lo cerrará con retraso por las excepciones hechas los días de partido), y al trío formado por Apoño, Iván y Edinho, que durante un periodo corto se marcharon a atender unos asuntos. Si ni siquiera hay seguidores que, a título individual, acceden al estadio, qué decir de visitas concertadas, como las de los colegios, tan habituales en La Rosaleda los últimos años.
Cabe la posibilidad de seguir el entrenamiento del Málaga en versión 'codificada'; es decir, a través de los barrotes de las vallas que rodean el perímetro del estadio, que hay que recordar que sólo tiene un graderío. No obstante, la perspectiva es algo lejana. Pese a ser un trabajo a puerta cerrada, también se puede divisar desde las terrazas de los nuevos edificios con los que se han urbanizado los aledaños de la gran pastilla de instalaciones deportivas municipales (Palacio de los Deportes, estadio de atletismo y Centro Acuático).
Sólo cabe referirse al Barcelona y al Real Madrid para hallar ejemplos de equipos de Primera División que trabajen de forma asidua a puerta cerrada. Con todo, el club blanco, ahora más blindado, pretende conceder dos entrenamientos abiertos al público al cabo de la temporada. En el caso del conjunto catalán, también se ha generado cierto cisma con los medios al prohibir desde este verano el acceso de los medios gráficos al trabajo diario
.De un tiempo a esta parte, este Málaga reforzado y con miras ambiciosas ha perdido cercanía en el trato. La realidad es que los seguidores malaguistas se tuvieron que conformar con esperar sin resultado alguno en la puerta de acceso del estadio que da al aparcamiento. Fue una guardia inútil, porque los futbolistas ni siquiera abandonan el recinto después de la sesión de trabajo matinal. Aguardan en el vestuario hasta las 12.30, hora programada para la comida, un bufete en una sala habilitada. Después del mismo desfilan hacia sus domicilios para descansar antes de regresar y completar el segundo entrenamiento.
Excepciones
Algunos aficionados, la mayoría padres acompañados de sus hijos, estuvieron ayer desde poco después de las nueve de la mañana sin resultado alguno. Ni autógrafos ni fotos con sus ídolos. Solo se pudo ver salir a Baha, que se viene ausentando estos días del almuerzo al estar cumpliendo con el Ramadán (el mes sagrado musulmán acaba el viernes, aunque el malaguista lo cerrará con retraso por las excepciones hechas los días de partido), y al trío formado por Apoño, Iván y Edinho, que durante un periodo corto se marcharon a atender unos asuntos. Si ni siquiera hay seguidores que, a título individual, acceden al estadio, qué decir de visitas concertadas, como las de los colegios, tan habituales en La Rosaleda los últimos años.
Cabe la posibilidad de seguir el entrenamiento del Málaga en versión 'codificada'; es decir, a través de los barrotes de las vallas que rodean el perímetro del estadio, que hay que recordar que sólo tiene un graderío. No obstante, la perspectiva es algo lejana. Pese a ser un trabajo a puerta cerrada, también se puede divisar desde las terrazas de los nuevos edificios con los que se han urbanizado los aledaños de la gran pastilla de instalaciones deportivas municipales (Palacio de los Deportes, estadio de atletismo y Centro Acuático).
Sólo cabe referirse al Barcelona y al Real Madrid para hallar ejemplos de equipos de Primera División que trabajen de forma asidua a puerta cerrada. Con todo, el club blanco, ahora más blindado, pretende conceder dos entrenamientos abiertos al público al cabo de la temporada. En el caso del conjunto catalán, también se ha generado cierto cisma con los medios al prohibir desde este verano el acceso de los medios gráficos al trabajo diario