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Nuno Espirito Santo, miembro destacado de la tripulación portuguesa que tratará de llevar a buen puerto la nave malaguista, afirmó en SUR (21-07-2010): «Entendemos que estará en casa nuestro punto fuerte, porque aquí es donde tenemos que ser seguros».
Lo que entiende el ayudante de Jesualdo Ferreira y ex portero del Deportivo y el Osasuna, es lo que entendemos todos los malagueños. Y de forma especialísima, los que cada quince días ocupan su escaño en el alto tribunal que es La Rosaleda. En el último quinquenio en la división de honor, el equipo ha sido un auténtico desastre. Si no fueron más que dos las aciagas temporadas -el descenso en la 2005-2006, y la pasada con la salvación in extremis-, las otras tres, sin dificultades grandes para mantener la categoría, también resultaron muy negativas por lo que se refiere a los resultados en casa.
El mejor de los cinco últimos años en Primera fue en la campaña 2003-2004. De los diecinueve partidos en Martiricos se ganaron diez. Es decir, que se sumaron 34 de los 57 puntos en litigio. Con cinco derrotas y cuatro empates, en total los puntos que se escabulleron fueron 23. Un récord en el quinquenio, por más que en nueve de los diecinueve partidos el rendimiento del titular, apoyado de principio a fin por sus incondicionales, nos dejara sin la recompensa del triunfo.
Ese fue el registro que permitió al Málaga acabar el campeonato con nueve rivales por delante y diez por detrás. Fue la temporada de Juande Ramos y de un plantilla en la que estuvieron los malagueños Josemi, Manu -el segundo de los Manu del Málaga C. F., que con el actual hacen tres-, Iznata, Alexis, Juanito, Calatayud y Juan Rodríguez, y de la que cuenta Jesualdo Ferreira con Arnau, Duda y Juanito. Aquella temporada, de los 51 puntos que nos permitieron dejar por detrás a diez rivales en la clasificación final, 34 se sumaron donde Nuno Espirito Santo piensa que debe estar nuestro punto fuerte.
Ni siquiera cuando Antonio Tapia se marchó al Betis después de haber colocado al titular en octava posición, el Málaga fue tan fuerte en los predios de Martiricos como con Juande Ramos.
El peor año
Por 'goleada', el peor año fue el año 2006, cuando acabó el campeonato iniciado en agosto de 2005. Sólo en tres de los 19 domingos que jugó el Málaga como local, quedamos satisfechos con el marcador. Ganar tres partidos de ese total tiene, inexorablemente, la 'recompensa' de un descenso. Que fue el que mantuvo en la picota a Manolo Hierro y que estuvo presidido por la separación de Duda de la plantilla. Esa temporada, de los 57 puntos que el Málaga defendía, se le escaparon nada menos que 43. Peor, imposible. Pocas veces un descenso del Málaga estuvo más claro. El ambicioso proyecto que inició Puche se lo había cargado Serafín Roldán con sus fieles e ineficaces colaboradores.
Fácil resulta llegar a la conclusión de que La Rosaleda no ha sido un bastión malaguista en el último quinquenio en Primera. El resumen todavía resulta más explícito por el sendero de victorias y derrotas. En el último quinquenio en Primera, el Málaga ganó sólo un partido más de los que perdió: 34 frente a 33. Los empates, siempre negativos en casa, ascendieron a 28. En porcentajes, el 35 por ciento de victorias, el 34% de derrotas y el 29% de empates. Es evidente que en Primera el Málaga no se crece en La Rosaleda. Hora es de mejorar.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-08-20/quinquenio-deficitario-20100820.html
Lo que entiende el ayudante de Jesualdo Ferreira y ex portero del Deportivo y el Osasuna, es lo que entendemos todos los malagueños. Y de forma especialísima, los que cada quince días ocupan su escaño en el alto tribunal que es La Rosaleda. En el último quinquenio en la división de honor, el equipo ha sido un auténtico desastre. Si no fueron más que dos las aciagas temporadas -el descenso en la 2005-2006, y la pasada con la salvación in extremis-, las otras tres, sin dificultades grandes para mantener la categoría, también resultaron muy negativas por lo que se refiere a los resultados en casa.
El mejor de los cinco últimos años en Primera fue en la campaña 2003-2004. De los diecinueve partidos en Martiricos se ganaron diez. Es decir, que se sumaron 34 de los 57 puntos en litigio. Con cinco derrotas y cuatro empates, en total los puntos que se escabulleron fueron 23. Un récord en el quinquenio, por más que en nueve de los diecinueve partidos el rendimiento del titular, apoyado de principio a fin por sus incondicionales, nos dejara sin la recompensa del triunfo.
Ese fue el registro que permitió al Málaga acabar el campeonato con nueve rivales por delante y diez por detrás. Fue la temporada de Juande Ramos y de un plantilla en la que estuvieron los malagueños Josemi, Manu -el segundo de los Manu del Málaga C. F., que con el actual hacen tres-, Iznata, Alexis, Juanito, Calatayud y Juan Rodríguez, y de la que cuenta Jesualdo Ferreira con Arnau, Duda y Juanito. Aquella temporada, de los 51 puntos que nos permitieron dejar por detrás a diez rivales en la clasificación final, 34 se sumaron donde Nuno Espirito Santo piensa que debe estar nuestro punto fuerte.
Ni siquiera cuando Antonio Tapia se marchó al Betis después de haber colocado al titular en octava posición, el Málaga fue tan fuerte en los predios de Martiricos como con Juande Ramos.
El peor año
Por 'goleada', el peor año fue el año 2006, cuando acabó el campeonato iniciado en agosto de 2005. Sólo en tres de los 19 domingos que jugó el Málaga como local, quedamos satisfechos con el marcador. Ganar tres partidos de ese total tiene, inexorablemente, la 'recompensa' de un descenso. Que fue el que mantuvo en la picota a Manolo Hierro y que estuvo presidido por la separación de Duda de la plantilla. Esa temporada, de los 57 puntos que el Málaga defendía, se le escaparon nada menos que 43. Peor, imposible. Pocas veces un descenso del Málaga estuvo más claro. El ambicioso proyecto que inició Puche se lo había cargado Serafín Roldán con sus fieles e ineficaces colaboradores.
Fácil resulta llegar a la conclusión de que La Rosaleda no ha sido un bastión malaguista en el último quinquenio en Primera. El resumen todavía resulta más explícito por el sendero de victorias y derrotas. En el último quinquenio en Primera, el Málaga ganó sólo un partido más de los que perdió: 34 frente a 33. Los empates, siempre negativos en casa, ascendieron a 28. En porcentajes, el 35 por ciento de victorias, el 34% de derrotas y el 29% de empates. Es evidente que en Primera el Málaga no se crece en La Rosaleda. Hora es de mejorar.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-08-20/quinquenio-deficitario-20100820.html
Frente313
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