MÁLAGA C.F.
Más de cien pares de botas
El Málaga ha desplazado a Alemania 31 baúles de material para la primera estadía del equipo en tierras foráneas en los últimos seis años
7 de agosto de 2010
PEDRO LUIS ALONSO.-
El futbolista, como se suele decir, se lo encuentra todo hecho en su trabajo. Sólo le queda calzarse las botas y defender, desbordar con el balón o marcar goles. En una estadía es fundamental el trabajo en la sombra de un amplio grupo humano. En estas largas concentraciones cobra más relevancia si cabe la figura de los utileros, responsables de descargar un volumen enorme de material deportivo para ocho días de trabajo y de hacer la previsión para que no falte de nada.
Esa fue la preocupación de Miguel Zambrana y Juan Carlos Salcedo los días previos a la marcha a Bad Kreuznach, que recopilaron material para llenar nada menos que treinta y un baúles en la bodega del avión de Lufthansa que llevó a la expedición al aeropuerto internacional de Francfort. Cinco de los bultos eran de material médico y algunos también con las carretillas con las que se traslada el resto de lo desplazado hasta Alemania.
La lista de prendas es enorme, máxime en un lugar en el que se producirán cambios importantes de temperatura. Así, cada jugador lleva dos pares de pantalones largos de abrigo y de chubasqueros, para contrarrestar los quince grados de anoche o la espera en el banquillo en alguno de los partidos de preparación.
Cuarenta y cinco personas
Además, por cabeza hay cuatro pares de medias, calzoncillos y camisetas de entrenamiento entre los 45 expedicionarios (incluyendo jugadores, cuerpo técnico y ayudantes), porque cada cuatro entrenamientos se repone lo lavado. Asimismo, se han transportado dos equipaciones completas titulares y dos suplentes (el nuevo diseño azul marino con franjas oblicuas blanca y celeste en la camiseta) para cada futbolista. Los técnicos, llevan a su vez seis polos.
A todo ello hay que sumarle de tres a siete pares de botas por jugador (hay algunos profesionales más maniáticos en el uso del calzado), un chándal, una chaqueta fina, unas zapatillas de deporte, dos pares de chanclas, cuatro juegos de petos de treinta prendas cada uno, toallas, espinilleras y tacos de aluminio.
La logística de un viaje así obliga a una detenida preparación. La firma china Li Ning, sustituta de Umbro, se ha estrenado así en una gira con el Málaga por el extranjero. Desde el verano de 2004 el conjunto de La Rosaleda no viajaba fuera de España para desarrollar una estadía, por lo que se había perdido la práctica de los grandes traslados. El último precedente fue en Inglaterra, a las órdenes de Tapia, y los tres estíos anteriores en los Alpes austriacos, en Schrüns, donde la selección española aprovechó para comenzar su puesta a punto antes del Mundial.
Para el veterano Zambrana, el primer viaje a Austria coincidió con el más problemático de los despliegues. Aquel último verano con Joaquín Peiró al frente del equipo hubo que acudir nada menos que a Holanda, Suiza y Austria, con partidos en todos estos lugares y más de una decena de días fuera de casa. Hubo varios portes de material por ello. La ventaja esta vez es que el complejo deportivo donde se entrena el equipo ya tenía el instrumental de picas, aros u otros utensilios.
Además de estar considerados grandes jugadores de dominó, Juan Carlos Salcedo y Miguel Zambrana, como otros tantos utileros en otros muchos clubes, suelen poner mucha sal a la convivencia en un vestuario. En el caso del Málaga hay que hablar de sendos empleados responsables del material con una larga vinculación a la entidad: desde 1995 en el caso de Salcedo y desde 1982 por parte de Zambrana, que se estrenó con Benítez en Spa (Bélgica), si bien su colaboración ininterrumpida data desde comienzos de los noventa.
Estas últimas semanas se han encontrado con la sorpresa de coincidir por primera vez con un cuerpo técnico mayoritariamente foráneo, con cuatro portugueses. Sin embargo, reconocen que la convivencia está resultando magnífica y le auguran unos estupendos resultados al Málaga. No será por falta de olfato, después de tantos años en el tajo.
Más de cien pares de botas
El Málaga ha desplazado a Alemania 31 baúles de material para la primera estadía del equipo en tierras foráneas en los últimos seis años
7 de agosto de 2010
PEDRO LUIS ALONSO.-
El futbolista, como se suele decir, se lo encuentra todo hecho en su trabajo. Sólo le queda calzarse las botas y defender, desbordar con el balón o marcar goles. En una estadía es fundamental el trabajo en la sombra de un amplio grupo humano. En estas largas concentraciones cobra más relevancia si cabe la figura de los utileros, responsables de descargar un volumen enorme de material deportivo para ocho días de trabajo y de hacer la previsión para que no falte de nada.
Esa fue la preocupación de Miguel Zambrana y Juan Carlos Salcedo los días previos a la marcha a Bad Kreuznach, que recopilaron material para llenar nada menos que treinta y un baúles en la bodega del avión de Lufthansa que llevó a la expedición al aeropuerto internacional de Francfort. Cinco de los bultos eran de material médico y algunos también con las carretillas con las que se traslada el resto de lo desplazado hasta Alemania.
La lista de prendas es enorme, máxime en un lugar en el que se producirán cambios importantes de temperatura. Así, cada jugador lleva dos pares de pantalones largos de abrigo y de chubasqueros, para contrarrestar los quince grados de anoche o la espera en el banquillo en alguno de los partidos de preparación.
Cuarenta y cinco personas
Además, por cabeza hay cuatro pares de medias, calzoncillos y camisetas de entrenamiento entre los 45 expedicionarios (incluyendo jugadores, cuerpo técnico y ayudantes), porque cada cuatro entrenamientos se repone lo lavado. Asimismo, se han transportado dos equipaciones completas titulares y dos suplentes (el nuevo diseño azul marino con franjas oblicuas blanca y celeste en la camiseta) para cada futbolista. Los técnicos, llevan a su vez seis polos.
A todo ello hay que sumarle de tres a siete pares de botas por jugador (hay algunos profesionales más maniáticos en el uso del calzado), un chándal, una chaqueta fina, unas zapatillas de deporte, dos pares de chanclas, cuatro juegos de petos de treinta prendas cada uno, toallas, espinilleras y tacos de aluminio.
La logística de un viaje así obliga a una detenida preparación. La firma china Li Ning, sustituta de Umbro, se ha estrenado así en una gira con el Málaga por el extranjero. Desde el verano de 2004 el conjunto de La Rosaleda no viajaba fuera de España para desarrollar una estadía, por lo que se había perdido la práctica de los grandes traslados. El último precedente fue en Inglaterra, a las órdenes de Tapia, y los tres estíos anteriores en los Alpes austriacos, en Schrüns, donde la selección española aprovechó para comenzar su puesta a punto antes del Mundial.
Para el veterano Zambrana, el primer viaje a Austria coincidió con el más problemático de los despliegues. Aquel último verano con Joaquín Peiró al frente del equipo hubo que acudir nada menos que a Holanda, Suiza y Austria, con partidos en todos estos lugares y más de una decena de días fuera de casa. Hubo varios portes de material por ello. La ventaja esta vez es que el complejo deportivo donde se entrena el equipo ya tenía el instrumental de picas, aros u otros utensilios.
Además de estar considerados grandes jugadores de dominó, Juan Carlos Salcedo y Miguel Zambrana, como otros tantos utileros en otros muchos clubes, suelen poner mucha sal a la convivencia en un vestuario. En el caso del Málaga hay que hablar de sendos empleados responsables del material con una larga vinculación a la entidad: desde 1995 en el caso de Salcedo y desde 1982 por parte de Zambrana, que se estrenó con Benítez en Spa (Bélgica), si bien su colaboración ininterrumpida data desde comienzos de los noventa.
Estas últimas semanas se han encontrado con la sorpresa de coincidir por primera vez con un cuerpo técnico mayoritariamente foráneo, con cuatro portugueses. Sin embargo, reconocen que la convivencia está resultando magnífica y le auguran unos estupendos resultados al Málaga. No será por falta de olfato, después de tantos años en el tajo.