El miércoles se quedaron fuera del Polideportivo de Arroyo de la Miel casi tantos seguidores como los 1.600 que lo llenaron Amén del esperado récord de socios, se desborda la asistencia a los primeros ensayos veraniegos
Después de un año de convivencia con la angustia, la afición del Málaga tiene ahora otra compañera de viaje, la ilusión. La compra del club por el jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al-Thani, el proceso de transformación que experimenta la entidad a nivel institucional y los cambios deportivos confluyen en una misma dirección. La ilusión ha llegado aderezada de expectación, curiosidad, ansiedad por la llegada de la primera cita oficial y una confianza ciega en que se dé un punto de inflexión en la historia del club, abonado a ganar y perder la categoría con cierta facilidad y a regalar pocas alegrías en la élite del fútbol nacional.
De un tiempo a esta parte todo parece haber cambiado. El aficionado no deja de ser consciente de que el nuevo proyecto no puede equipararse al de otros clubes que han acabado con el equilibrio en el mercado de fichajes, como el Chelsea o el Manchester City. El nuevo magnate propietario no ha tomado como modelo al ruso Roman Abramovich ni al jeque de Abu Dhabi Mansour ben Zayed Al-Nahyan. Su proyecto es a medio plazo, más paciente y cuerdo, y la idea va calando entre la masa de seguidores.
Sin embargo, el entusiasmo es incontenible. Basta repasar lo sucedido el pasado sábado en Benahavís o el mismo miércoles en Benalmádena. Las dos primeras citas serias de la pretemporada arrastraron a una romería de forofos ávidos de ver las evoluciones de los primeros fichajes e, incluso, con la ensoñación poco realista de que un equipo pueda cambiar de cara de la noche a la mañana.
En efecto, este Málaga aún sigue teniendo mucho del anterior. A falta de que se consumen las dos negociaciones actuales, con el delantero uruguayo Sebastián Fernández y el guardameta brasileño Galatto, las caras nuevas se limitan a cuatro nombres: Rondón, Malagueño, Sandro Silva y el ya conocido Eliseu. La transformación no puede ser milagrosa, pero el aficionado ya la da por consumada.
Fe a prueba de bomba
Es indiferente que el equipo ahora juegue bien o mal, que se muestre espeso en ataque o que deje de ganar los partidos. La ilusión que se ha despertado supera cualquier otra decepción de menor calado, como aquella derrota ante el filial en un ensayo de apenas una hora de duración.
El Málaga apenas generó ocasiones de peligro después, frente al Estepona, al que superó a escasos minutos del final. Pese al rotundo 2-0 contra el Hamilton, tampoco el juego dio demasiados motivos para deleitarse. Sin embargo, nunca faltó el aliento de la grada. Cualquier mínimo detalle de calidad fue coreado como una acción de antología, y buenas jugadas, como las que desembocaron en los goles de Juanmi y Jordi Pablo, provocaron una euforia sin disimulo.
Basta observar la foto que acompaña estas líneas para comprobar cómo estuvo el Municipal de Benahavís en una bochornosa tarde de la semana anterior. Después de que Jesualdo Ferreira ordenara en las dos jornadas previas posponer media hora el arranque de la sesión de trabajo vespertina, el calor no era menos agobiante en los minutos previos al derbi contra el Estepona. El exceso de celo del nuevo cuerpo técnico hizo que no se permitiera el acceso a las escasas filas de butacas recién colocadas en el interior del campo. El respetable tuvo que conformarse con ver el partido de pie y con la incomodidad de filtrar la visión a través de una alambrada, lo que se sumó a la elevada temperatura. Acababan de llegar Malagueño y Sandro Silva, y junto a Rondón, el fichaje más caro de la historia del Málaga, hicieron su debut.
Entradas agotadas
Pero la respuesta más sorprendente llegó el miércoles. El Málaga promocionó muy bien el partido, que coincidía con la novena edición el Trofeo Niña de Benalmádena. Los beneficios de la recaudación se destinaron a Cudeca, si bien antes el jeque compró todas las localidades (como donación) y las volvió a poner a la venta. Las 1.600 entradas que permite la única grada del Polideportivo de Arroyo de la Miel se agotaron mucho tiempo antes del partido, y no precisamente por la presencia del Hamilton.
En los minutos previos al partido, el nudo que comunica la A-7 con el núcleo de Arroyo de la Miel fue una interminable caravana, con cientos de aficionados que coincidieron con la hora del regreso del trabajo de muchos benalmadenses. Los coches tuvieron que estacionar muy lejos del recinto, en torno a cuyas taquillas se formaron grandes grupos de público.
Ya no se podía entrar, pero algunos saltaron una valla de apenas un metro de altura y se colaron a no mucha distancia de un furgón policial. Hubo quienes tuvieron la paciencia de ver el partido encaramados a una valla exterior o desde una puerta lejana que da a una de las porterías, separada por pistas de atletismo. Testigos hablan de que non entraron tantos como los que sí lo consiguieron.
La recaudación final, de más 20.000 euros (mil de ellos donados por el Hamilton) se quedó corta en comparación a lo que pudo haber sido de haberse jugado el encuentro en un estadio con mayor aforo, o si se hubieran habilitado zonas valladas en torno al perímetro para presenciar el partido de pie.
La expectación estaba justificada. El Málaga ya no volverá a jugar en la provincia hasta que se presente oficialmente (el 21 de agosto), ante un rival aún por determinar, pero que puede ser de campanillas. Habrá aún quien peregrine hasta Almuñécar mañana (21.00 horas) para ver el partido contra el Betis, pero luego la expedición jugará tres encuentros más en Alemania (durante su segunda estadía) y otro en Granada (en la presentación del conjunto local, recién ascendido a Segunda División).
La expectación desbordada en los amistosos se une al espectacular ritmo de venta de los abonos para la próxima temporada, que salvo sorpresa garantizan un nuevo récord. Ya se han retirado 20.200, según datos del Málaga de comienzos de semana, con el matiz de que casi 4.000 de ellos corresponden a nuevos socios. A estas alturas La Rosaleda se puede quedar pequeña (el aforo es de poco más de 29.000) cara a la próxima campaña.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-07-30/malaga-despierta-ilusion-20100730.html