Sebastián Fernández Reyes cuelga las botas tras más de 20 años en activo. El eterno ídolo malaguista cumple hoy el primer domingo sin fútbol en su vida adulta, pero ha encontrado una nueva ocupación en el mundo del vino. Un lugar donde ahogar el ´gusanillo´ de la pelota.
Como diría la canción, ¿a qué va a dedicar ahora el tiempo libre?
Pues a mi familia, a mis niños, mis niñas, mi mujer y mi madre. A la familia en general y a descansar un poco del fútbol.
Ahora los domingo por la tarde ya no tendrá excusa para estar con la señora...
La verdad es que sí. Va a ser un poco raro porque es el primer domingo, pero a ver qué va a pasar.
¿La retirada de Basti en un daño colateral de la crisis?
Mi retirada no es por la crisis. He jugado en todas las categorías y he disfrutado del fútbol. Llega un momento en el que quieres dejarlo por cansancio físico, por la familia... Pero no es por la crisis. Realmente ya son muchas las pretemporadas y los esfuerzos que he hecho.
¿Sería una buena solución para salir de la crisis el trabajar por amor al arte como han jugado ustedes este año en El Palo?
Aquí nadie trabaja por amor al arte, pero nos unimos un gran grupo humano en El Palo. Yo diría que el que trabaja quiere cobrar, y si alguien trabaja quiere su dinero como recompensa.
¿Cuál ha sido el gol que siempre soñó con marcar y que no pudo?
Creo que me hubiera gustado marcar en un Real Madrid-Albacete que perdimos 2-1. Íbamos 1-1 y me hubiera gustado marcar el 1-2 a Casillas. No pudo ser.
¿Qué siente cuando por la calle le llama Van Basti?
Un orgullo muy grande. Aún pasando bastante años, la gente te recuerda por la calle. Me hace sentir bien. La gente habla de mí y la verdad es que es un sentimiento muy bonito que realmente me alegra como malaguista y como malagueño.
¿Es cierto eso que dicen que los paleños están hechos de otra pasta?
Yo creo que sí. Incluso cuando estamos hablando decimos «vamos a Málaga a comprar» y eso que estamos ya en Málaga. Somos muy nuestros. Por ejemplo, si tenemos las playas, tenemos las mejores. Resaltamos mucho a nuestra gente y a las cosas de aquí.
Ahora cambia su vida, pero ¿qué sabe Basti de vinos?
Siempre me ha gustado este mundillo.
¿Cuál sería el Málaga de los vinos españoles para usted?
Al Málaga no le voy a poner un vino peleón. Yo me decantaría por un Somosierra o un Prado Rey. Esos dos buenos vinos representan al Málaga a la perfección.
Con una copa de vino en una mano y un balón en la otra, ¿a qué personaje público vestiría de corto y lo pondría delante de 30.000 personas a dar carreras y pelotazos?
Me encantaría poner en La Rosaleda a jugar de corto a Antonio Banderas. Pienso que la ovación sería muy grande. Seguro que se tomaría un buen Rioja y también ofrecería un buen partido.
Volviendo al fútbol, ¿la humildad es la característica olvidada del futbolista?
Sí. Somos por naturaleza agoniosos y egoístas, sólo mirándonos a nosotros mismos. Quiero que los jóvenes sepan que eso es un error. Tienen que dejar de mirarse a sí mismos para ser mejores personas y jugadores.
¿Qué tiene de artista un jugador de fútbol como usted?
Yo creo que mucho. Por ejemplo, romper un partido o hacer una jugada bonita y levantar el público, eso sí que tiene arte. Marcar un gol o meter una falta, si la gente se pone de pie, es un arte.
Dicen que si España gana el Mundial subirá el PIB. ¿Cómo lo celebraría usted?
Con un buen vino blanco en la terraza de mi casa en compañía de mi familia y mis amigos.
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