El infierno puede esperar
La permanencia ofrece viabilidad a un proyecto que el Málaga seguramente se replantearáLos gestores del club deberán trabajar de inmediato en la confección de la nueva plantilla, que será muy diferente a la actual
ANTONIO GÓNGORA agongora@diariosur.es.-
El dramatismo de las últimas horas pasó a mejor vida a las nueve menos diez de ayer, cuando Undiano Mallenco dio por concluido el encuentro ante el Madrid (aunque ya había marcado el Valencia). Fue, en realidad, una permanencia menos ajustada de lo previsto. La respuesta de la afición fue similar a un ascenso o la consecución de un título. El infierno deberá esperar para los malaguistas, que seguirán en Primera, pero nada más concluir el choque llegó el momento de la reflexión y los replanteamientos. La temporada ha sido para olvidar, y nadie se olvida de ello en el club para pensar en el futuro.
Es verdad que la salvación ofrece viabilidad al proyecto malaguista, que estaba en el entredicho con la amenaza de un descenso absolutamente ruinoso para cualquier club de Primera. Pero no es suficiente con celebrar el éxito de la permanencia, sino que ahora será necesario analizar los múltiples errores cometidos para solucionarlos de inmediato, en las próximas semanas. Los gestores seguramente se replantearán el proyecto, tanto en la estrategia como en los nombres o protagonistas. Será imprescindible que no se repita la historia.
La pelota ya está colocada en el tejado de Fernando Sanz, responsable de que se tomen las decisiones más adecuadas. Está claro que la plantilla no ha ofrecido el rendimiento esperado, por lo que se prevé que la salida de futbolistas sea abundante. Dejarán el club los que están cedidos, pero también algunos más que no han respondido a la expectativas. Es necesario buscarles salida a muchos malaguistas para encontrar un mayor equilibrio. También será el momento de analizar al cuerpo técnico, muy criticado por un sector de la afición.
Sanz tendrá que decidir de inmediato cómo se organizará la secretaría técnica y quién será el director deportivo, un cargo que está vacante. Este movimiento se perfila como la primera pieza para comenzar a concretar el próximo proyecto. A continuación, sin esperar al Mundial, debe comenzar la planificación de la plantilla para ofrecer confianza y tranquilidad. Será fundamental que esto ocurra para que se reactive la campaña de captación de accionistas y también se anime la de abonados, que comenzará también de inmediato.
Grandes ventajas
La carambola malaguista, conseguida gracias a su empate y a la mano que le echó el Valencia y Osasuna, ofrece numerosas ventajas y abre la puerta a proyectos de cierto relieve en el club. Todo estaba parado, a la espera de saber dónde jugaría el equipo la próxima campaña, por lo que la entidad se pondrá en marcha de inmediato para proseguir su camino de mejora extradeportiva.
El gran problema del Málaga, en el caso de descender, era económico. Hubiera pasado de percibir un mínimo de quince millones a un máximo de dos de la televisión. Impresionante. Pero el desastre no llegaba sólo por ahí, sino que también habría bajado la recaudación de una forma alarmante en el capítulo publicitario y en el relativo a los socios. El futuro sería inquietante.
También están de enhorabuena proyectos como el museo del club y otras actividades de la Fundación, así como la Ciudad Deportiva de la entidad, cuya viabilidad estaba un poco en el alero si se consumaba el descenso de categoría. La vida es ahora distinta para los malaguistas. En sólo noventa minutos ha cambiado todo. El futuro ya no tiene color negro, más bien todo lo contrario. La buena gestión de la entidad debe ahora centrarse en el plano deportivo. Es imprescindible que se tomen medidas pronto y que se acierte en ellas.
El dramatismo de las últimas horas pasó a mejor vida a las nueve menos diez de ayer, cuando Undiano Mallenco dio por concluido el encuentro ante el Madrid (aunque ya había marcado el Valencia). Fue, en realidad, una permanencia menos ajustada de lo previsto. La respuesta de la afición fue similar a un ascenso o la consecución de un título. El infierno deberá esperar para los malaguistas, que seguirán en Primera, pero nada más concluir el choque llegó el momento de la reflexión y los replanteamientos. La temporada ha sido para olvidar, y nadie se olvida de ello en el club para pensar en el futuro.
Es verdad que la salvación ofrece viabilidad al proyecto malaguista, que estaba en el entredicho con la amenaza de un descenso absolutamente ruinoso para cualquier club de Primera. Pero no es suficiente con celebrar el éxito de la permanencia, sino que ahora será necesario analizar los múltiples errores cometidos para solucionarlos de inmediato, en las próximas semanas. Los gestores seguramente se replantearán el proyecto, tanto en la estrategia como en los nombres o protagonistas. Será imprescindible que no se repita la historia.
La pelota ya está colocada en el tejado de Fernando Sanz, responsable de que se tomen las decisiones más adecuadas. Está claro que la plantilla no ha ofrecido el rendimiento esperado, por lo que se prevé que la salida de futbolistas sea abundante. Dejarán el club los que están cedidos, pero también algunos más que no han respondido a la expectativas. Es necesario buscarles salida a muchos malaguistas para encontrar un mayor equilibrio. También será el momento de analizar al cuerpo técnico, muy criticado por un sector de la afición.
Sanz tendrá que decidir de inmediato cómo se organizará la secretaría técnica y quién será el director deportivo, un cargo que está vacante. Este movimiento se perfila como la primera pieza para comenzar a concretar el próximo proyecto. A continuación, sin esperar al Mundial, debe comenzar la planificación de la plantilla para ofrecer confianza y tranquilidad. Será fundamental que esto ocurra para que se reactive la campaña de captación de accionistas y también se anime la de abonados, que comenzará también de inmediato.
Grandes ventajas
La carambola malaguista, conseguida gracias a su empate y a la mano que le echó el Valencia y Osasuna, ofrece numerosas ventajas y abre la puerta a proyectos de cierto relieve en el club. Todo estaba parado, a la espera de saber dónde jugaría el equipo la próxima campaña, por lo que la entidad se pondrá en marcha de inmediato para proseguir su camino de mejora extradeportiva.
El gran problema del Málaga, en el caso de descender, era económico. Hubiera pasado de percibir un mínimo de quince millones a un máximo de dos de la televisión. Impresionante. Pero el desastre no llegaba sólo por ahí, sino que también habría bajado la recaudación de una forma alarmante en el capítulo publicitario y en el relativo a los socios. El futuro sería inquietante.
También están de enhorabuena proyectos como el museo del club y otras actividades de la Fundación, así como la Ciudad Deportiva de la entidad, cuya viabilidad estaba un poco en el alero si se consumaba el descenso de categoría. La vida es ahora distinta para los malaguistas. En sólo noventa minutos ha cambiado todo. El futuro ya no tiene color negro, más bien todo lo contrario. La buena gestión de la entidad debe ahora centrarse en el plano deportivo. Es imprescindible que se tomen medidas pronto y que se acierte en ellas.