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* Lee Jong Boo es hándicap 18,7, lo que le convierte en el mejor jugador de su edad en España.
Hablamos de un gallego especial: Lee Jong Boo, un niño de 7 años nacido en Seúl pero criado en A Coruña y que juega para el Club de Golf de Lugo. Una vez que, para los americanos, Tiger se ha convertido en una figura ex modélica desde el último Día de Acción de Gracias y que, para los europeos, ha ganado en humanidad, la búsqueda de nuevos talentos no deja de entretenernos.
Lee, nuestro infante prodigio, es hándicap 18,7, lo que le convierte en el mejor jugador de su edad en España. El año pasado se proclamó subcampeón gallego benjamín compitiendo contra niños, como mínimo, 2 años mayores que él. Ante esta coyuntura, la Federación Gallega de golf lo ha incluido en el Programa de Jóvenes Promesas de modo excepcional, pues está dirigido, en principio, a chavales de 9-12 años.
Supera a Woods en precocidad para conseguir su primer 'hoyo en uno': Lee lo consiguió a los 4 años y Woods hizo ese registro a los 6
¿Por qué surge la atrevida comparación con Tiger Woods? Aparte de que por ambos corre sangre oriental, mientras el genio californiano comenzó a empuñar unos palos de golf a los 2 años, Lee ya se jugaba 10 hoyos con 3 años. A esa misma edad Tiger se exhibía manejando el putter ante el cómico Bob Hope en la televisión estadounidense. Por su parte, Lee, con 4 primaveras cumplidas y elegantemente trajeado, mostró su swing en el Palacio del Pardo delante del entonces presidente de Corea del Sur, Roh Moo-Hyun, de visita oficial en España. Sin embargo, el niño gallego supera a Woods en precocidad para conseguir su primer 'hoyo en uno': Lee lo consiguió a los 4 años y Woods hizo ese registro a los 6. Por si fuera poco, Lee repitió recientemente la misma hazaña.
En cualquier caso, si le preguntamos a nuestro personaje por sus golfistas favoritos, Jong Boo ignora a Tiger y se decanta por "Rickie Fowler, Rory McIlroy y, sobre todo, me gusta (Ryo) Ishikawa". Por si fuera poco, puede imitar el swing particular de Jim Furyk, Ernie Els o el propio Tiger. ¿Será algún día como ellos? El muchacho lo tiene claro: "no pasa nada. Estoy entrenando y jugando 9 hoyos todos los días. Si continúo así podría llegar a ser campeón", afirma con una mezcla de sencillez y madurez sorprendentes. Su entrenador, José Antonio Salgado, asegura que "es un 'crack'. Nunca he visto a nadie así. Tiene muy buen carácter, es disciplinado, competitivo, trabaja mucho y técnicamente es buenísimo. La cabeza le funciona fenomenal, pero hablamos de solo un niño y no hay que agobiarlo".
El muchacho, precisamente, se muestra orgulloso de sus estudios: "he sacado todo sobresalientes, menos dos notables", mientras su tío abuelo Sool Uh, figura clave en su introducción al golf, lo vacila al afirmar que "aún tienes que mejorar mucho para sacar solo sobresalientes".
Sus golfistas favoritos son Rickie Fowler, Rory McIlroy y, sobre todo, Ryo Ishikawa
Cuando llega la hora de salir al bucólico campo lucense, Lee se crece ante la presencia de algún entrenador, directivo, aficionados o cámaras. Ignora al mundo, se fija en su objetivo, mueve su cuerpo como si fuera de goma y ejecuta el swing con maestría. ¿El resultado? Si usted es un adulto crecidito y está empezando en esto del golf, ármese de autoestima antes de seguir leyendo. La criatura puede enviar la bola con el driver a 150 metros. Sus aproximaciones de 65 metros a bandera dejan la bola casi dada. Ya en el green, resulta complicado verle fallar un putt de 2-3 metros. Si se le pregunta por el palo más difícil, Jong Boo afirma que "me gustan todos los palos, desde el driver hasta el putter".
De todos modos, esta jovencísima promesa no le recuerda a uno otras jóvenes promesas vistas, por ejemplo, en España o Estados Unidos y ya agobiados por la figura implacable de su progenitor o entrenador. A Lee, hasta ahora, se le ve disfrutar del golf como el niño que es. Además, el taekwondo, el baloncesto y el fútbol también están ahí para divertirlo; asegura que "me encanta ver la selección española y el Liverpool". Acabado el juego, marcha corriendo a la casa club para zamparse un bocadillo de jamón, "mi comida favorita además del pulpo con picante". Ese picante, del bueno, es lo que necesitaba el golf. Después de Tiger, quizá llegue un día el gallego Lee. Soñar es gratis.
Vaya crack, no veas el nene.
http://www.marca.com/2010/04/13/golf/1271176442.html
Hablamos de un gallego especial: Lee Jong Boo, un niño de 7 años nacido en Seúl pero criado en A Coruña y que juega para el Club de Golf de Lugo. Una vez que, para los americanos, Tiger se ha convertido en una figura ex modélica desde el último Día de Acción de Gracias y que, para los europeos, ha ganado en humanidad, la búsqueda de nuevos talentos no deja de entretenernos.
Lee, nuestro infante prodigio, es hándicap 18,7, lo que le convierte en el mejor jugador de su edad en España. El año pasado se proclamó subcampeón gallego benjamín compitiendo contra niños, como mínimo, 2 años mayores que él. Ante esta coyuntura, la Federación Gallega de golf lo ha incluido en el Programa de Jóvenes Promesas de modo excepcional, pues está dirigido, en principio, a chavales de 9-12 años.
Supera a Woods en precocidad para conseguir su primer 'hoyo en uno': Lee lo consiguió a los 4 años y Woods hizo ese registro a los 6
¿Por qué surge la atrevida comparación con Tiger Woods? Aparte de que por ambos corre sangre oriental, mientras el genio californiano comenzó a empuñar unos palos de golf a los 2 años, Lee ya se jugaba 10 hoyos con 3 años. A esa misma edad Tiger se exhibía manejando el putter ante el cómico Bob Hope en la televisión estadounidense. Por su parte, Lee, con 4 primaveras cumplidas y elegantemente trajeado, mostró su swing en el Palacio del Pardo delante del entonces presidente de Corea del Sur, Roh Moo-Hyun, de visita oficial en España. Sin embargo, el niño gallego supera a Woods en precocidad para conseguir su primer 'hoyo en uno': Lee lo consiguió a los 4 años y Woods hizo ese registro a los 6. Por si fuera poco, Lee repitió recientemente la misma hazaña.
En cualquier caso, si le preguntamos a nuestro personaje por sus golfistas favoritos, Jong Boo ignora a Tiger y se decanta por "Rickie Fowler, Rory McIlroy y, sobre todo, me gusta (Ryo) Ishikawa". Por si fuera poco, puede imitar el swing particular de Jim Furyk, Ernie Els o el propio Tiger. ¿Será algún día como ellos? El muchacho lo tiene claro: "no pasa nada. Estoy entrenando y jugando 9 hoyos todos los días. Si continúo así podría llegar a ser campeón", afirma con una mezcla de sencillez y madurez sorprendentes. Su entrenador, José Antonio Salgado, asegura que "es un 'crack'. Nunca he visto a nadie así. Tiene muy buen carácter, es disciplinado, competitivo, trabaja mucho y técnicamente es buenísimo. La cabeza le funciona fenomenal, pero hablamos de solo un niño y no hay que agobiarlo".
El muchacho, precisamente, se muestra orgulloso de sus estudios: "he sacado todo sobresalientes, menos dos notables", mientras su tío abuelo Sool Uh, figura clave en su introducción al golf, lo vacila al afirmar que "aún tienes que mejorar mucho para sacar solo sobresalientes".
Sus golfistas favoritos son Rickie Fowler, Rory McIlroy y, sobre todo, Ryo Ishikawa
Cuando llega la hora de salir al bucólico campo lucense, Lee se crece ante la presencia de algún entrenador, directivo, aficionados o cámaras. Ignora al mundo, se fija en su objetivo, mueve su cuerpo como si fuera de goma y ejecuta el swing con maestría. ¿El resultado? Si usted es un adulto crecidito y está empezando en esto del golf, ármese de autoestima antes de seguir leyendo. La criatura puede enviar la bola con el driver a 150 metros. Sus aproximaciones de 65 metros a bandera dejan la bola casi dada. Ya en el green, resulta complicado verle fallar un putt de 2-3 metros. Si se le pregunta por el palo más difícil, Jong Boo afirma que "me gustan todos los palos, desde el driver hasta el putter".
De todos modos, esta jovencísima promesa no le recuerda a uno otras jóvenes promesas vistas, por ejemplo, en España o Estados Unidos y ya agobiados por la figura implacable de su progenitor o entrenador. A Lee, hasta ahora, se le ve disfrutar del golf como el niño que es. Además, el taekwondo, el baloncesto y el fútbol también están ahí para divertirlo; asegura que "me encanta ver la selección española y el Liverpool". Acabado el juego, marcha corriendo a la casa club para zamparse un bocadillo de jamón, "mi comida favorita además del pulpo con picante". Ese picante, del bueno, es lo que necesitaba el golf. Después de Tiger, quizá llegue un día el gallego Lee. Soñar es gratis.
Vaya crack, no veas el nene.http://www.marca.com/2010/04/13/golf/1271176442.html
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