El Málaga, con su entrenador al frente, le regaló la victoria al Xerez y le dio la vida tras un bochornoso final del partido. El equipo blanquiazul, que, no lo olvidemos, no ha conseguido absolutamente nada, ni siquiera la salvación, decidió darle los tres puntos a su humilde rival, que se encuentra con un balón de oxígeno inesperado aunque sigue en la UVI, y encima se complica él mismo la vida. Y eso que el Málaga lo tenía todo a favor: 2-1 y el Xerez con uno menos. Pero el equipo se dedicó a sestear y Muñiz se durmió por completo: tenía que haber oxigenado al Málaga, haberlo espoleado, haberle impedido que se relajara y sin embargo no hizo nada en una demostración más de su incapacidad de reacción desde el banquillo, y llegó lo que ni los jerecistas se esperaban: un esperpento pelotero local y 2-4 ante el peor equipo de Primera que no le ganaba a casi nadie y que llega aquí y nos hace el baile. Menos declaraciones ampulosas y más humildad, más tener los pies en el suelo y dejar de perdonar a los rivales. El Málaga, en el césped, subestimó al Xerez, pensó que lo tenía chupado tras remontar el 0-1 y nadie puso freno a la hemorragia de fallos que se iban produciendo uno tras otro. El equipo jerezano, que había casi entregado la cuchara, resurgió de sus propias cenizas gracias al Málaga y ahora mira con un optimismo impropio de su categoría la posibilidad de salir del pozo. Todo, gracias a un Málaga que rozó el ridículo más espantoso en algunos momentos de uno de los segundos tiempos más horrorosos que uno recuerda en La Rosaleda con la anuencia de su entrenador, Muñiz, que no estuvo para nada a la altura.
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-03-08/regalo-muniz-20100308.html
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