TRES puntos de oro. Y no nos quejemos del árbitro, que pese a ser tiquismiquis nos perdonó un penalti de esos que son de libro. El colegiado es muy malo, igual que el Málaga cuando juega en casa, y no nos puede cegar la pasión, porque el equipo de Muñiz estuvo a marced de un Espanyol que no ganó porque está negado cara a la meta contraria. Tenía que ser así. Una victoria de las que pueden valer una permanencia, porque al final lo que vale no es si se jugó mejor o peor, sino si se ganó o no; o sea, un triunfo más y seis puntos seguidos para poner tierra de por medio con los puestos de descenso.
El Málaga jugó 20 minutos primorosos, pero parece que se dio cuenta de sopetón que en casa no está a gusto y le dio el balón a su rival, que pasó a dominar con comodidad. El empate llegó e incluso en fases del segundo tiempo parecía que un nuevo gol estaba más cercano a los visitantes que a los locales. Afortunadamente, Muñiz reaccionó y dio entrada a Juanito, que ayudó a taponar un centro del campo desquiciado, y como el fútbol es un deporte caprichoso, en un rebote tras un saque de esquina, Obinna consiguió el gol que al fin y a la postre daría el triunfo final a los locales.
2-1. Eso es lo que vale. Lo demás son tonterías, y, sobre todo, no saber que la clasificación no entiende de calidades ni de dominios, sino de puntos. Un respiro profundo para el Málaga y, sobre todo, un ejemplo más de que la afición vale lo que no está en los escritos, porque ayer animaron hasta la saciedad a un equipo que no jugó absolutamente nada en el segundo tiempo, aunque se ganara.
El Málaga camina hacia la permanencia. Eso es lo más importante. Lo hace fundamentado en un equipo con varios jugadores del filial y sin apenas ayudas de los 'fichajes rutilantes' del verano. Los árboles no pueden impedir ver el bosque y todos tenemos que estar convencidos de que no se hicieron las cosas bien. Es verdad que queda mucho camino por recorrer. Pero estamos en la senda. De todas formas no se nos pueden olvidar tantos chascos y tantos malos ratos. Que cada uno apechugue con lo suyo.
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-02-22/vale-ganar-20100222.html
El Málaga jugó 20 minutos primorosos, pero parece que se dio cuenta de sopetón que en casa no está a gusto y le dio el balón a su rival, que pasó a dominar con comodidad. El empate llegó e incluso en fases del segundo tiempo parecía que un nuevo gol estaba más cercano a los visitantes que a los locales. Afortunadamente, Muñiz reaccionó y dio entrada a Juanito, que ayudó a taponar un centro del campo desquiciado, y como el fútbol es un deporte caprichoso, en un rebote tras un saque de esquina, Obinna consiguió el gol que al fin y a la postre daría el triunfo final a los locales.
2-1. Eso es lo que vale. Lo demás son tonterías, y, sobre todo, no saber que la clasificación no entiende de calidades ni de dominios, sino de puntos. Un respiro profundo para el Málaga y, sobre todo, un ejemplo más de que la afición vale lo que no está en los escritos, porque ayer animaron hasta la saciedad a un equipo que no jugó absolutamente nada en el segundo tiempo, aunque se ganara.
El Málaga camina hacia la permanencia. Eso es lo más importante. Lo hace fundamentado en un equipo con varios jugadores del filial y sin apenas ayudas de los 'fichajes rutilantes' del verano. Los árboles no pueden impedir ver el bosque y todos tenemos que estar convencidos de que no se hicieron las cosas bien. Es verdad que queda mucho camino por recorrer. Pero estamos en la senda. De todas formas no se nos pueden olvidar tantos chascos y tantos malos ratos. Que cada uno apechugue con lo suyo.
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