Se inventa un delito para ocultar que había dejado los estudios que le pagaron sus padres durante ocho años. También pidió dinero para unas oposiciones a las que no se presentó y acabó inventándose un falso novio que la extorsionaba
Cuando acabó el instituto, eligió la carrera de Farmacia, para lo que tenía que trasladarse desde su Málaga natal a Granada. Sus padres la ayudaron con los gastos del piso y su manutención. Siguieron enviándole dinero cuando, al acabar la carrera, les dijo que se iba a preparar unas oposiciones. Hace unos meses, la chica les confesó que su ex novio la estaba extorsionando con la amenaza de publicar unas fotos íntimas. Y sus padres la acompañaron a la comisaría de policía para denunciar los hechos. No podían imaginar entonces el vuelco que iba a dar la investigación, porque esos últimos ocho años habían sido una mentira.
La protagonista de la rocambolesca historia, una joven de 26 años, ha sido detenida por la simulación de un delito, ya que nunca existió tal extorsión y ni siquiera el presunto novio. Fue la mentira final para encubrir los ocho años anteriores.
La mentira comenzó hace cuando la chica se trasladó a Granada para estudiar Farmacia. No le fue bien y decidió dejar los estudios, pero no les dijo nada a sus padres. Siguió manteniendo el ritmo del curso y sus padres le siguieron enviando dinero.
A los cinco años les dijo que había acabado la carrera, y sus padres llegaron a ofrecerse para montarle una oficina de farmacia. Se inventó entonces que prefería hacer unas oposiciones. Era una forma de ganar tiempo.
Cuenta familiar
Pasaron dos años, y la familia seguía mandando dinero. Pero, como es lógico, también le iban preguntando hasta que un día les comunicó que había aprobado los exámenes. Se le acabaron entonces las ayudas económicas, pero la chica seguía sacando dinero con su tarjeta de la cuenta familiar. Los padres, extrañados por estos movimientos, le preguntaron a la chica, que les confesó una supuesta extorsión que estaba sufriendo por parte de un ex novio.
Según su versión, había mantenido una relación con un joven en verano y una vez que rompieron, la estaba amenazando con publicar unas fotos íntimas de la chica si no le daba 800 euros, cantidad que le entregó hasta en tres ocasiones. Curiosamente, era el dinero que faltaba de la cuenta de los padres. En la denuncia que presentó en diciembre, la joven facilitó una dirección, una descripción física del joven y detalles sobre la presunta extorsión, lo que permitió abrir una investigación policial que se prolongó durante meses.
En las pesquisas, que llevó a cabo el grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría norte de Granada, se llegaron a solicitar listados de llamadas y se citó a declarar a los inquilinos actuales y anteriores de la dirección que facilitó la denunciante, que se trasladó a Málaga para recuperarse de esa presunta extorsión. El asunto llegó incluso al Juzgado de Violencia Sobre la Mujer.
Para sus pesquisas, los agentes citaban a la joven en comisaría, pero siempre tenía algún incidente de última hora o alguna calamidad que le impedía desplazarse. También incurrió en incongruencias, como no poder facilitar el número móvil del que supuestamente había sido su novio.
Al final, la chica tuvo que admitir que lo había inventado para ocultarles a sus padres que nunca acabó la carrera ni aprobó las oposiciones. Los padres nunca sospecharon nada y supieron lo que ocurría cuando la joven confesó las mentiras.
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