La grave enfermedad de su madre hizo que ni anímica ni físicamente pudiera ofrecer su mejor rendimiento los primeros cuatro meses El tunecino completa su adaptación a la Liga y ya aguanta un partido entero
Convenció en la pretemporada, se vino abajo en el primer trimestre y ahora es un pilar. Benachour completó el pasado domingo el partido en El Sardinero sin aparentes muestras de merma física en la prueba más palpable de que ya ha concluido su adaptación a la Liga. Ha sido el punto final a su larga odisea.
Benachour llegó al Málaga por la puerta de atrás, pero desde el primer día se ganó la confianza de Juan Ramón Muñiz y su grupo de trabajo. Sus recursos técnicos y su indiscutible criterio con el balón le hicieron ganar enteros. Además, contó con la baza de que en el equipo sólo otro futbolista tenía esas virtudes, Apoño, y arrastraba molestias.
Al francotunecino, que había llegado del fútbol asiático, no le pesó la presión durante esas fechas pese a que era consciente de que estaba sometido a prueba. Muñiz dio el visto bueno a su contratación, más por su labor en los entrenamientos (una referencia más fiable) que por la actuación en los partidos (que al fin y al cabo eran de pretemporada).
Pero de Benachour apenas hubo noticias durante meses. Muñiz apostó inicialmente en el campeonato por la pareja Juanito-Xavi Torres, pero al comprobar que no ofrecía la adecuada salida del balón optó por el tunecino en casa ante el Racing. Su decepcionante actuación provocó la sustitución al descanso. Fue en ese instante cuando el asturiano comprobó que está limitado para actuar junto a un solo medio centro en un partido con la exigencia propia de la Liga.
Obstáculo
En cualquier caso, el principal obstáculo de Benachour fue durante meses más anímico que físico. Hasta hace casi nada sufría calambres y molestias en los gemelos conforme disputaba más de cuarenta y cinco minutos. Todo era consecuencia de la complicada situación vivida por el medio punta. La grave enfermedad de su madre, en fase terminal, le obligó a solicitar permisos largos que impidieron que tuviera el deseado y necesario trabajo físico de base.
Las idas y venidas a Francia únicamente tuvieron la compensación del cariño y el apoyo de todos los miembros de la plantilla, desde Muñiz a los utileros. Benachour es un tipo entrañable en el grupo, lo que explica el intento de la plantilla -frustrado ilógicamente por el árbitro- de guardar el minuto de silencio por la muerte de su madre junto a él en el banquillo.
Entre la baja condición física, el mazazo anímico y el periodo más prolongado de la cuenta de adaptación a la Liga, Benachour perdió casi media temporada. Sólo su profesionalidad explica que haya concluido su odisea y ofrezca ahora un nivel más alto en su juego. Al margen, claro, del ajuste táctico de Muñiz: prefirió eximirlo de tanta responsabilidad táctica y defensiva con la inclusión de un complemento, Fernando, precisamente uno de sus más leales apoyos.
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-02-18/larga-odisea-benachour-20100218.html