El Unicaja encandila en su debut con un triunfo ilusionante
El equipo conserva la solvencia de la pretemporada y bate a un Real Madrid que nunca tuvo opciones El bajón sufrido durante el tercer cuarto, único lunar
El Unicaja cubrió ayer el trecho que separaba la esperanza de la ilusión. De forma ilustrativa, el equipo malagueño trazó un recorrido de 40 minutos a través de las razones que permiten albergar ese sentimiento para desembocar en un marcador tan rotundo como los últimos de la pretemporada (82-65), pero con el valor oficial que le concede lograrlo en la jornada inaugural del campeonato, por un lado, y, por el otro, a costa del Real Madrid, firme candidato al título, un equipo que casi no es de esta Liga, o eso se dice, pero que se topó con la más cruda de las realidades en su estreno: otro fracaso es posible.
El Unicaja no le dio opción alguna desde el minuto dos hasta el final. No dispuso siquiera de una sola posesión para igualar. El dato dice suficiente acerca del trabajo realizado por el equipo de Aíto, aunque merece la pena hurgar en el desarrollo para comprender algo mejor las aptitudes del equipo y su margen de mejora, que, por descontado y por fortuna, sigue resultando amplio a estas alturas de la temporada.
La brillantez del primer periodo íntegro queda fuera de toda duda. Las ganas por el debut se transformaron en acierto y en una aplicación encomiable a la hora de plasmar las defensas. Ansia, no nervios. El equipo funcionó desde un trabajo sin balón que privó al Madrid de encontrar referencias claras en su ataque. A velocidad constante, las ventajas superiores a la decena de puntos no tardaron en llegar.
Equilibrio
Tierra de por medio ajena al comienzo de las rotaciones. El avance se frenó tras alcanzar una máxima de 13 puntos (24-11, minuto 10) con Faverani en la pista -como alero- para mayor regocijo de la grada. Parón momentáneo, pero sin retroceso. El Madrid sacó partido al cambio en la configuración de los quintetos del Unicaja. Aíto optó por diseñar un perímetro escaso en centímetros, pero de mayor carga ofensiva. La tendencia en el rebote cambió de manos y las segundas opciones abrieron una nueva vía de anotación para el rival. Ni por esas. Cosquillas en los pies (32-26, minuto 16) espantadas con la vuelta de Jiménez, el elemento de equilibrio para un equipo del que se sabe importante, pero no centro de atención.
Descanso en el camino. Fin de la primera parte. Esbozo de intenciones y posibilidades y satisfacción generalizada. Todo dispuesto para el cambio de escenario. La prueba irrefutable de que el objetivo queda lejos aún llegó de manos de la zona. El Unicaja comenzó a renquear en ataque. La misma libertad que le convierte por momentos en mágico se volvió contra él. Parco en ideas y soluciones, sin acierto. Su rival lo aprovechó, como sacó partido también al estado de Ndong, todavía lejos del jugador que se espera que sea.
Ocho puntos consecutivos del internacional Reyes llevaron la desventaja a un nuevo mínimo (50-45, minuto 26), rebajada aún más instantes después por Mumbrú hasta (54-51, minuto 28). El Madrid hacía de Madrid. El equilibrio entre su juego interior y exterior resultaba inquietante, remachado por una defensa especialmente dolorosa convirtió al Unicaja en equipo de pretemporada, en un bloque en fase de pruebas sin el bagaje necesario para superar los problemas planteados.
Un bajón en toda regla para enfriar los ánimos y devolver los pies a la tierra. Sin embargo, de la propia caída surgió la mayor de las alegrías. El último cuarto fue de lujo. El equipo se hizo fuerte de nuevo desde atrás. A la predisposición natural del equipo al trabajo sin balón Aíto sumó quintetos con innegable talento ofensivo. La cuarta falta de Kelati propició la entrada de Gomis y de su combinación con Cabezas renacieron las opciones.
En apenas un minuto, dos triples convertidos por uno y otro devolvieron la ventaja al borde la máxima conseguida (70-57, minuto 36), al tiempo que quitaron de la cabeza de Plaza la idea de guarecer su aro de nuevo con una zona. Quedaba el remate a un partido colosal. Quedaba despedir el recorrido a través del juego 'cajista' con una exhibición de actitud y hambre. Aumentaron las revoluciones y de nuevo la intensidad de la defensa propició la búsqueda de contraataques. Todo en pos de una mayor ventaja. Siempre más. Tres acciones consecutivas de tres puntos materializadas por Gomis, Kelati y Haislip subieron las rentas por encima de la veintena (82-60, minuto 39). Delirio colectivo. Quizá no tanto por la victoria como por la tranquilidad que emana de este nuevo Unicaja.
http://www.diariosur.es/20081005/deportes/unicaja/unicaja-encandila-debut-triunfo-20081005.html
El equipo conserva la solvencia de la pretemporada y bate a un Real Madrid que nunca tuvo opciones El bajón sufrido durante el tercer cuarto, único lunar
El Unicaja cubrió ayer el trecho que separaba la esperanza de la ilusión. De forma ilustrativa, el equipo malagueño trazó un recorrido de 40 minutos a través de las razones que permiten albergar ese sentimiento para desembocar en un marcador tan rotundo como los últimos de la pretemporada (82-65), pero con el valor oficial que le concede lograrlo en la jornada inaugural del campeonato, por un lado, y, por el otro, a costa del Real Madrid, firme candidato al título, un equipo que casi no es de esta Liga, o eso se dice, pero que se topó con la más cruda de las realidades en su estreno: otro fracaso es posible.
El Unicaja no le dio opción alguna desde el minuto dos hasta el final. No dispuso siquiera de una sola posesión para igualar. El dato dice suficiente acerca del trabajo realizado por el equipo de Aíto, aunque merece la pena hurgar en el desarrollo para comprender algo mejor las aptitudes del equipo y su margen de mejora, que, por descontado y por fortuna, sigue resultando amplio a estas alturas de la temporada.
La brillantez del primer periodo íntegro queda fuera de toda duda. Las ganas por el debut se transformaron en acierto y en una aplicación encomiable a la hora de plasmar las defensas. Ansia, no nervios. El equipo funcionó desde un trabajo sin balón que privó al Madrid de encontrar referencias claras en su ataque. A velocidad constante, las ventajas superiores a la decena de puntos no tardaron en llegar.
Equilibrio
Tierra de por medio ajena al comienzo de las rotaciones. El avance se frenó tras alcanzar una máxima de 13 puntos (24-11, minuto 10) con Faverani en la pista -como alero- para mayor regocijo de la grada. Parón momentáneo, pero sin retroceso. El Madrid sacó partido al cambio en la configuración de los quintetos del Unicaja. Aíto optó por diseñar un perímetro escaso en centímetros, pero de mayor carga ofensiva. La tendencia en el rebote cambió de manos y las segundas opciones abrieron una nueva vía de anotación para el rival. Ni por esas. Cosquillas en los pies (32-26, minuto 16) espantadas con la vuelta de Jiménez, el elemento de equilibrio para un equipo del que se sabe importante, pero no centro de atención.
Descanso en el camino. Fin de la primera parte. Esbozo de intenciones y posibilidades y satisfacción generalizada. Todo dispuesto para el cambio de escenario. La prueba irrefutable de que el objetivo queda lejos aún llegó de manos de la zona. El Unicaja comenzó a renquear en ataque. La misma libertad que le convierte por momentos en mágico se volvió contra él. Parco en ideas y soluciones, sin acierto. Su rival lo aprovechó, como sacó partido también al estado de Ndong, todavía lejos del jugador que se espera que sea.
Ocho puntos consecutivos del internacional Reyes llevaron la desventaja a un nuevo mínimo (50-45, minuto 26), rebajada aún más instantes después por Mumbrú hasta (54-51, minuto 28). El Madrid hacía de Madrid. El equilibrio entre su juego interior y exterior resultaba inquietante, remachado por una defensa especialmente dolorosa convirtió al Unicaja en equipo de pretemporada, en un bloque en fase de pruebas sin el bagaje necesario para superar los problemas planteados.
Un bajón en toda regla para enfriar los ánimos y devolver los pies a la tierra. Sin embargo, de la propia caída surgió la mayor de las alegrías. El último cuarto fue de lujo. El equipo se hizo fuerte de nuevo desde atrás. A la predisposición natural del equipo al trabajo sin balón Aíto sumó quintetos con innegable talento ofensivo. La cuarta falta de Kelati propició la entrada de Gomis y de su combinación con Cabezas renacieron las opciones.
En apenas un minuto, dos triples convertidos por uno y otro devolvieron la ventaja al borde la máxima conseguida (70-57, minuto 36), al tiempo que quitaron de la cabeza de Plaza la idea de guarecer su aro de nuevo con una zona. Quedaba el remate a un partido colosal. Quedaba despedir el recorrido a través del juego 'cajista' con una exhibición de actitud y hambre. Aumentaron las revoluciones y de nuevo la intensidad de la defensa propició la búsqueda de contraataques. Todo en pos de una mayor ventaja. Siempre más. Tres acciones consecutivas de tres puntos materializadas por Gomis, Kelati y Haislip subieron las rentas por encima de la veintena (82-60, minuto 39). Delirio colectivo. Quizá no tanto por la victoria como por la tranquilidad que emana de este nuevo Unicaja.
http://www.diariosur.es/20081005/deportes/unicaja/unicaja-encandila-debut-triunfo-20081005.html